Un hecho recurrente desde 1980
Ese año la toma de la sede peruana llevó a un masivo éxodo
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LA HABANA.- El ingreso violento de jóvenes cubanos en la embajada de México en La Habana planteó ayer el interrogante sobre si las autoridades les permitirán salir de la isla mediante una excepción a su política migratoria, como lo hicieron en 1993, o si exigirán su entrega.
En cuanto a la manera en que el incidente podría afectar las relaciones entre los dos países, el dilema pareció despejarse después de que el canciller mexicano, Jorge Castañeda, se alineó con la posición del gobierno cubano, al afirmar que se trataba de una "provocación" orquestada por elementos radicales del exilio anticastrista en Miami.
Desde 1980, cuando seis personas irrumpieron en la embajada de Perú en La Habana, también a bordo de un ómnibus que estrellaron contra la reja de entrada, las autoridades cubanas decidieron no acceder a presiones de este tipo y sólo conceder permiso de salida a quienes realicen los trámites ordinarios.
El incidente de la embajada de Perú, en el cual murió un policía, llevó a las autoridades de la isla a retirar la custodia policial de esa sede, en la cual penetraron 10.000 personas en los días subsiguientes para instalarse allí durante meses.
El gobierno estadounidense del ex presidente James Carter manifestó entonces su disposición a acoger a los cubanos refugiados, lo que dio pie a la apertura de un puente marítimo por el puerto de la localidad de Mariel, por el cual emigraron 128.000 cubanos en un caótico éxodo marítimo.
"La crisis de las embajadas"
En julio y agosto de 1990 medio centenar de personas entró en las embajadas en La Habana de España, Checoslovaquia, Bélgica, Italia, Canadá y Suiza, creando lo que se denominó "la crisis de las embajadas". Cuba se mantuvo inflexible en su posición de no autorizar esas salidas y dio garantías a los ciudadanos para el retorno a sus hogares, quienes fueron poco a poco deponiendo su actitud.
Tres años después, en septiembre de 1993, once personas (cuatro mujeres, seis hombres y un niño) entraron en la embajada de México en La Habana con el pretexto de realizar trámites migratorios, negándose a salir después.
Un mes antes, en agosto, México había repatriado a Cuba a un grupo de emigrantes ilegales cubanos que naufragó cerca de ese país. Pero tras algunas negociaciones con La Habana y con carácter excepcional, los náufragos regresaron a México por petición de las autoridades de ese país, para después viajar a los Estados Unidos.
Ese mismo carácter excepcional fue aplicado por Cuba a las 11 personas que se encontraban dentro de la embajada, a las que se les extendieron los papeles migratorios y se les permitió abandonar la isla por vía aérea.
La entonces embajadora de México en Cuba, Beatriz Paredes Rangel, dijo que "incidentes como éste no deben repetirse" y calificó de "excepción" la solución dada al caso.
Uno de los últimos incidentes se remonta a mayo-junio de 1994, cuando unas 150 personas ingresaron en las embajadas de Bélgica y Alemania, así como en el consulado de Chile en La Habana, pero regresaron a sus hogares tras una espera en que las autoridades cubanas no flexibilizaron su posición migratoria.
Huelga de hambre
- GUANTANAMO, Cuba (AP).- Aproximadamente un tercio de los 300 prisioneros talibanes y de Al-Qaeda detenidos en la base de Guantánamo inició ayer una huelga de hambre, luego de que el martes último dos guardias obligaron a un preso a quitarse el turbante -que se había hecho con una sábana- durante una oración, informó un funcionario estadounidense. Esta situación indignó a los reclusos, que se niegan a comer desde anteayer.





