
Una lucha de poder entre dos reinas tiene en vilo a Jordania
Noor, la viuda de Hussein, está enfrentada a Rania, esposa del actual monarca
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AMMAN (El Mercurio).- Dos soberanas atractivas y encantadoras de un reino sacado de los cuentos de "Las mil y una noches" se enfrentan a muerte para imponer como heredero al trono a su respectivo primogénito.
Como en los mejores dramas de Shakespeare, la historia tiene todos los elementos para fascinar al mundo. Intrigas palaciegas y batallas fratricidas por el poder son los ingredientes principales de la guerra por la sucesión que se libra hoy en Jordania.
Todo comenzó el 28 de noviembre, cuando el rey Abdullah anunció sorpresivamente que le quitaba a su medio hermano, Hamza, el título de príncipe heredero. La explicación fue que el cargo "limitaba la libertad" de Hamza, de 24 años, que está terminando sus estudios en Harvard.
Sin embargo, los medios diplomáticos interpretaron el anuncio de una manera muy distinta. Es, dicen, un nuevo capítulo en la lucha de poder desatada entre las dos reinas de Jordania: Rania, esposa de Abdullah, y Noor, cuarta y última esposa del fallecido rey Hussein.
Noor ganó la primera batalla cuando consiguió hace cinco años que el rey Hussein alterara, en su lecho de muerte, el orden sucesorio. En un giro inesperado, el monarca despojó de la calidad de heredero al príncipe Hassan, su hermano, y lo reemplazó por Abdullah, hijo de su segunda esposa, la princesa Muna.
Al mismo tiempo designó sucesor al primogénito de Noor, Hamza. Pero Rania logró trastrocar de nuevo los papeles al conseguir ahora que su marido deje el camino libre a Hussein, su hijo mayor de 10 años, para que se convierta algún día en rey.
La tormenta en Jordania se veía venir. Los que conocen de cerca los intrincados códigos de la casa real hachemita auguraban desde hace tiempo que la coexistencia de la reina viuda Noor y la actual soberana, Rania, no podía terminar bien.
Rania llegó al trono de Jordania en 1999 casi de casualidad. Su destino era ser una princesa más en la enorme corte de Jordania y acompañar a Abdullah, que no tenía perspectiva alguna de llegar a rey.
"Ella esperaba ser la mujer de un oficial del ejército con una vida cómoda. Pero el rey Hussein hizo un cambio de último momento y, a los 28 años, Rania se convirtió en reina. Al principio no estaba preparada, pero los que la conocemos de cerca sabíamos que se iba a convertir rápidamente en una estrella", dice Mark Kirk, un ex compañero de trabajo de Rania en el Citibank.
Una de las primeras medidas de la joven de origen palestino fue contratar los mismos servicios de relaciones públicas que usaba Noor. En pocos meses consiguió eclipsar a su antecesora.
Joven, bella y con una buena preparación universitaria, Rania es una de las estrellas indiscutibles de la prensa de todo el mundo. Su estilo moderno y sofisticado la ha convertido, además, en el referente del modelo de mujer musulmana que se intenta exportar a Occidente.
Noor es también, a los 53 años, una reina admirada. A pesar de su origen norteamericano, consiguió conquistar el corazón de los jordanos que la siguen considerando uno de sus referentes. La explicación que se da ahora para el duelo que libran las soberanas es que Jordania es un país pequeño y no hay suficiente lugar para dos reinas.
"El problema es que son muy parecidas. Ambas quieren ser como Diana de Gales y se ven como rivales. Rania es más poderosa de lo que fue Noor en su momento, porque tiene mucha influencia sobre su marido. Pero no habría podido convertirse en lo que es hoy es si Noor no le hubiese abierto el camino", dice la escritora Leslie Bennetts, autora de varios reportajes sobre la joven reina.
El temor a la inestabilidad
La decisión de Rania de sacar de la escena a Hamza se produce justo en el momento en que el hijo mayor de Noor se preparaba para volver a ocupar un primer plano en la vida política de Jordania.
Analistas árabes y europeos creen que ante la perspectiva de que el príncipe Hamza -mucho más popular que Abdullah entre los jordanos- adquiriera demasiado protagonismo, el rey optó por quitarle el título de heredero, cargo que está vacante, ya que no se designó sustituto, a la espera de que el hijo del monarca tenga edad suficiente.
"Esto crea inestabilidad en un país que se caracteriza por su historia turbulenta. Muchos jordanos temen que la humillación a Hamza desencadene una reacción violenta entre los sectores tradicionales y en las tribus que valoran mucho la figura del primogénito de Noor, el más parecido al fallecido rey Hussein de los 11 hijos que tuvo con sus cuatro esposas", dice el ex corresponsal de la BBC en Medio Oriente, Nicolas Pelham.
Este y otros analistas consideran que el vacío de poder que deja la destitución de Hamza es muy negativa para la estabilidad de la región (Jordania es vecina de Siria e Israel).
A diferencia de Abdullah, que tras la separación de sus padres creció en internados británicos y perdió gran parte de sus raíces (su árabe es precario), Hamza se educó en colegios jordanos, habla a la perfección el árabe en su versión beduina y conoce de cerca el funcionamiento de palacio.
Siempre fue el hijo predilecto del rey Hussein, que lo llevaba en sus viajes al extranjero y en las giras por el país. "Es obvio que Hussein crió a Hamza para que fuera el heredero. Pero la muerte lo tomó por sorpresa, y Hamza, a los 18 años, era demasiado joven para hacerse cargo del país", dice Nicolas Pelham.
Abdullah hizo lo posible en los últimos años para evitar que su hermanastro le hiciera sombra. La televisión pública y los medios de comunicación tenían instrucciones precisas de que apareciera lo menos posible y de no reproducir su voz, idéntica a la del fallecido Hussein.
Una de las más perjudicadas con la caída de Hamza es Noor, que al perder la calidad de madre del heredero, ve desvanecerse su última parcela de poder. Ahora es sólo la reina viuda, título inexistente y sin protocolo.
La última palabra no está, sin embargo, escrita. Hay rumores de que el hijo de Abdullah, de 10 años, es diabético. Si Rania que está embarazada tiene otra hija (además de Hussein, ella y Abdullah tienen dos hijas), el trono de Jordania podría regresar a manos de Hamza. Y Noor sería, en ese caso, la vencedora de este duelo.
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