Violentas protestas contra el gobierno en Taiwan
TAIPEI.- La histórica victoria del candidato independentista Chen Shui-bian en las elecciones presidenciales de anteayer en Taiwan desató violentas protestas de los partidarios del Partido Nacionalista (Kuomintang, KMT), derrotado tras medio siglo de poder, mientras el gobierno chino mantuvo un discreto silencio a pesar de sus anteriores amenazas.
En medio de un clima de gran incertidumbre y con las tropas aún en estado de alerta, unos 4000 manifestantes cercaron ayer la sede del Kuomintang en la capital taiwanesa, que por 50 años fue el templo del poder indiscutido en Taiwan, y pidieron a gritos la dimisión inmediata del comité central del KMT y de su presidente, Lee Teng-hui.
Lee es al mismo tiempo presidente saliente de Taiwan, y es considerado el primer responsable de la estrepitosa derrota electoral.
Las demostraciones de repudio contra el oficialismo llevaron a que se arrojaran huevos contra la sede partidaria y se rompieran vidrios de los autos. Hubo varios heridos en los choques con la policía antidisturbios.
Reacomodamiento
En tanto, y pese a las fuertes amenazas de una invasión si triunfaba el candidato independentista, las autoridades de Pekín mantuvieron un discreto silencio y parecen haber optado por aguardar el reacomodamiento político de la isla.
Presionado por los violentos disturbios, Lee anunció ayer durante la reunión del comité central del Kuomintang su dimisión y las del vicepresidente del partido, Lien Chan, y de todo el comité central. Estas se harán efectivas en la asamblea general que se realizará en septiembre, informó el vocero del KMT, Huang Hui-chen. Sin embargo, las declaraciones no calmaron los ánimos en las calles de Taipei y en las principales ciudades de la isla. En las elecciones presidenciales realizadas anteayer en Taiwan, el candidato del KMT, Lien Chan, quedó en tercer lugar, por detrás del vencedor, el independentista Chen, y del independiente James Soong, que había sido apartado de la dirección del Kuomintang.
También moderado, Chen reaccionó ayer a los disturbios callejeros instando a los taiwaneses a respetar a Lee y a mantener el orden.
"Debemos dar al presidente Lee Teng-hui el respeto que se merece y mantener el orden público", declaró Chen, que siempre ha tenido buenas relaciones con Lee y afirma que éste lo apoya.
Un alto responsable del Kuomintang, Ma Ying-jeou, alcalde de la capital, intentó restablecer la calma con la promesa de que intercedería ante el presidente saliente de Taiwan para que abandonara la presidencia del partido de inmediato, pero no logró transmitir el mensaje al mandatario.
Diálogo posible
El gobierno chino, que había multiplicado las advertencias bélicas a los electores taiwaneses si votaban por Chen, evitó ayer cerrar la puerta al diálogo con el vencedor de los comicios, pese a que éste era considerado el gran enemigo de Pekín.
China considera a Taiwan una provincia rebelde, y amenazó reiteradamente con recurrir a la fuerza si la isla proclama su independencia o pone trabas para negociar su reunificación a la República Popular, a pesar de más de 50 años de separación política.
En su primera reacción a la victoria de Chen, el gobierno de Pekín aseguró que nunca permitirá la independencia de Taiwan. Sin embargo, Pekín se manifestó ayer dispuesto a "escuchar lo que el nuevo dirigente de Taiwan diga, observar lo que haga y ver adónde van a conducir las relaciones entre ambos lados del estrecho de Taiwan.
A pesar del tono mesurado, la inquietud era perceptible en la isla en el primer día de una nueva era.
Taiwan decidió ayer mantener sus tropas en estado de alerta durante un período indeterminado. En un principio el alerta había sido declarado hasta el final de las elecciones, pero el Ministerio de Defensa taiwanés afirmó que "existe una amenaza" sobre la isla que no debe ser pasada por alto.
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