24: Legacy, o la complicada misión superar a Jack Bauer
Te contamos cómo empezó el nuevo relanzamiento de este policial
Finalmente llegó 24: Legacy, la serie que pretende extenderle vida a la franquicia a pesar de la ausencia de Jack Bauer (Kiefer Sutherland), confiando en la solvencia del esquema y en el carisma de un nuevo dúo protagónico. A continuación, un repaso sobre qué funcionó, qué no y cuál es el gran riesgo que corre este relanzamiento basado en la ficción televisiva de acción más importante del siglo XXI.
Jack Bauer, el héroe que rompió el molde
24 formó parte de esa camada inicial de series que abrieron una nueva época de oro para la televisión norteamericana. Llegó en el 2003, Los Soprano ya habían aterrizado, Lost comenzaría al año siguiente, y The Wire había demostrado en el 2002 que los policiales podían hacer de la burocracia una torturada vedette. Pero 24 tenía algo distinto. No sólo su planteo tenía un gancho fabuloso (la imposible idea de pretender que la acción transcurre en tiempo real es algo tan inocente como atractivo), sino que la saga creada por Robert Cochran y Joel Surnow funcionaba a la perfección en su estructura de conspiraciones dentro de conspiraciones y agentes dobles que una y otra vez traicionaban a sus compañeros. Y en medio de ese torbellino aparecía Jack Bauer, un héroe cuya ética laboral desestructuró, como no sucedía desde el John McClane de Duro de matar, la lógica del policía de ficción.
Bauer era de los buenos, pero torturaba y mataba sin ningún tipo de miramiento, y su obsesión por cumplir el deber era lo único que lo motorizaba. De esa forma en el camino quedaban sus familiares, sus amistades y sus romances, porque nada podía hacerle sombra a sus misiones, a su odio visceral y una incansable lucha contra el terrorismo que solo podía comprenderse en la sensibilidad de una ficción paranoide hija directa del 11-S. Y Bauer funcionaba, su carisma explotaba y la interpretación de Sutherland pudo emparchar cada uno de los baches argumentativos que tuvo la serie a lo largo de sus nueve temporadas.
Ahora en el 2017, Cochran y Surnow, confiados en la estructura de su idea, apostaron a seguir adelante y contar una nueva historia en la que Bauer no sería más el protagonista.
Héroes de acción y héroes de oficina, nuevamente reunidos
En la gran mayoría de las temporadas de la 24 original, la acción se dividía en dos grandes planos: por un lado Bauer era el hombre de acción, mientras que algún presidente de turno se encargaba de las conspiraciones gubernamentales y/o de inteligencia. En Legacy, nuevamente se pone el acento en esta doble estructura. La trama presenta a Eric Carter (Corey Hawkins), un ex Ranger que luego de completar una dura misión antiterrorista junto a cinco compañeros, busca ahora reinsertarse en su vida cotidiana junto a su pareja. Por otra parte, la ex directora de CTU, Rebecca Ingram (Miranda Otto), abandona su cargo con la intención de acompañar a su marido en la carrera hacia las elecciones presidenciales. Pero la crisis comienza cuando un grupo de terroristas mata a los ex compañeros de Eric en la búsqueda de una caja de seguridad que uno de ellos robó. El protagonista, luego de salvar su vida en un intento de asesinato, comienza a rastrear el paradero de esa caja y para ello pide la ayuda de Rebecca, su antigua jefa y la única persona en la que puede confiar. La mujer, mientras tanto, deberá guiar a Eric mientras se ve en la difícil posición de darle la espalda a su marido, a medida no puede evitar desconfiar de Keith Mullins (Teddy Sears), el nuevo director de CTU. De esa manera 24 vuelve a establecer dos líneas de acción, una que tiene a Eric como protagonista, que deberá matar a diestra y siniestra a cuantos terroristas se crucen en su camino, y otra en la que Rebecca deberá averiguar quién es el doble agente que puede estar en CTU, en la CIA o en el departamento de inteligencia, a medida que trabaja codo a codo con el héroe.
Otro ingrediente que suma la nueva 24, pero que hasta el momento no tiene el gancho suficiente, tiene que ver con conspiraciones paralelas y dramas familiares. Como ya se mencionó, en la serie de Sutherland, buena parte del drama estaba puesto en cómo Jack Bauer se relacionaba con su familia, y de qué manera su trabajo entorpecía la relación emocional con su entorno. En el capricho de mantener ese concepto, la historia cayó en cuestiones algo ridículas como poner a Kim (Elisha Cuthbert), la hija del protagonista, a trabajar en CTU de forma totalmente arbitraria. Y en Legacy, esta idea se repite a través de Nicole (Anna Diop), la novia de Eric y la probable causa de futuros problemas que entorpecerán el camino profesional del héroe.
A su vez, también hay una subtrama protagonizada por una joven estudiante de secundaria que, como es de esperar, se terminará incorporando al eje central. Esas historias paralelas siempre terminan vinculándose con la trama primaria, pero resultan algo tediosas al comienzo y muchas veces sólo sirven para rellenar minutos del episodio, sin lograr aportar mayor información.
Pero entonces, ¿hay o no vida luego de Jack Bauer?
A pesar del escepticismo de muchos, a pesar de creer que sin Jack Bauer 24 no existía y a pesar de reciclar una fórmula que parecía haber dado lo mejor de sí, lo cierto es que Legacy derriba esos prejuicios y demuestra que sí, que la serie bien puede cambiar de protagonista y obtener así un inesperado aire de renovación.
El actor Corey Hawkins -y este es uno de los grandes aciertos- interpreta a un personaje que a pesar de su evidente habilidad, se presenta mucho más endeble que Bauer, demostrando miedo y una evidente sensación de no saber con certeza dónde está parado. Y mientras Jack era un agente a prueba de balas, Eric es un hombre mucho más vulnerable, siendo quizá el único rasgo en común entre ambos que, tanto a Bauer como a Eric, las heridas de sus respectivos pasados definen su presente. Por otra parte, el personaje de Miranda Otto y el vínculo que mantiene con el protagonista, conserva la dinámica que en su momento también mantuvieron Bauer y el presidente Palmer (Dennis Haysbert), en las que fueron las mejores temporadas de la ficción.
Por el lado negativo, hay que destacar que más allá de ser una propuesta que sabe reutilizar la esencia de su antecesora, el riesgo que corre Legacy es el de no saber renovar a tiempo la fórmula, y terminar en el mismo casillero sin salida de la serie original, repitiendo hasta el hartazgo las mil variantes del mismo esquema. De momento, y al menos en sus primeros episodios, Legacy cumple y mantiene un buen ritmo, pero tarde o temprano deberá recurrir a nuevas ideas con el fin de no conformarse con ser una mera copia en un envase nuevo (algo que también es relativo, teniendo en cuenta que la historia transcurre en la misma continuidad de la 24 original, y que ya se confirmó la presencia de viejos conocidos como Tony Almeida).
De esa manera, el éxito de Legacy estará puesto en su capacidad de saber honrar el legado de 24, sin por eso perder la capacidad de improvisar nuevos esquemas que refresquen el concepto original, y que puedan justificar este reboot. Lo que la serie debe evitar a toda costa, y que sería su indudable certificado de defunción, es la futura aparición de Jack Bauer, prueba más que suficiente que la fuerza de estas nuevas ideas no funcionaron. Ojalá no suceda (aunque no serán pocos los que lo pedirán).
¿Cuándo verlo? 24: Legacy estrena hoy a las 22.00 por FOX
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