En las noches de Villa Crespo, se puede disfrutar de cerveza, DJs, Wonderboy y Pac-Man
Villa Crespo tiene un secreto: en el fondo de una de sus casas existe un pequeño paraíso para los amantes de los videojuegos. Se trata del Arcade Club Social, un lugar al que se puede ir a tomar algo, escuchar música y, por supuesto… jugar a los fichines. En la barra, además de cerveza y tragos elementales, se venden las fichas para la selección de arcades clásicos: hay máquinas de Pac-Man, Tetris, Mortal Kombat, Wonderboy, Bubble Fantasy, Los Simpson, las Tortugas Ninja y hasta el Moonwalker de Michael Jackson, entre otras, puestas en fila en un área ambientada con proyecciones de videos retro (por ejemplo: entrevistas a Drew Barrymore durante la época de E.T.). Arcade Club Social no tiene presencia en redes sociales ni sitio web –aunque su dirección está a una búsqueda en Google de distancia–, lo cual no impidió su éxito boca a boca en menos de dos años. No es raro que sus asistentes deban esperar su turno en el área de las mesas o en alguno de sus dos patios. En general, abren los viernes y sábados a partir de las 23. “Pero nunca sabés con certeza si va a estar abierto o no”, dice un cliente regular. “Una vez fuimos con mis amigos entre semana, un día de lluvia, y tuvimos todo el lugar para nosotros solos. ¡Fue espectacular!”
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