Lo nuevo del cantautor yanqui y un repaso por lo viejo
El folk, el pop, las melodías alegres, las melodías pacíficas, el indie rock o el country rock a lo Ryan Adams, las baladas romanticonas definidas por teclas melancólicas marca Ben Folds, los beats y rasgueos enérgicos de herencia Kink: coloque todos estos ingredientes en un recipiente hermético, agite fuertemente durante dos minutos y quince segundos, deje reposar. No tan simple, la receta que define a la música de Ben Kweller, el cantautor de 30 años nacido en San Francisco, representa una mezcla natural, no forzada. Esas características aglutinadas por su tonalidad lennoniana, esa que por momentos adopta la dulzura de Sondre Lerche o Jeff Tweedy o Conor Oberst, por otros la tristeza de Elliott Smith y, también, el infantilismo de Steven Malkmus.
Go Fly a Kite, será el quinto álbum de estudio de Kweller, con fecha de lanzamiento pautada para el 7 de febrero. “Mean to Me” es la primer muestra, un power pop pegadizo decorado por los vientos y quebrado por un solo violento. Les dejo el tema y, para los que quieran adentrarse en ese no-tan-ecléctico universo Kweller, diez temas al azar del resto de su discografía.
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