¿Qué veo? Cinco documentales que no hay que perderse

Elvis: The Searcher. Construído como un detallado y minucioso recorrido por las influencias musicales, sociales y familiares que hicieron de Elvis Presley el artista que fue, este documental dirigido por Thom Zimny (habitual colaborador de Bruce Springsteen) y producido por Priscilla Presley, retrata también parte de la historia de los Estados Unidos. Con el magnífico especial televisivo que Presley grabó en 1968 como eje, la narración va en busca de los orígenes para explicar la revolución musical y social que catalizó el músico de Memphis. Imágenes de archivo de su vida, su carrera y hasta grabaciones dónde el propio Elvis habla de su música construyen un relato fascinante. Dos episodios disponibles en HBO y HBOGo.

Chef’s Table. El subgénero del documental gastronómico tiene tantas variantes como recetas existen en el mundo. Claro que en el caso de Chef’s Table, el formato resulta tan permeable y elástico como necesite la historia del cocinero retratado en cada episodio. Un logro narrativo extraordinario que funciona en sincronía con la puesta en escena. Esta quinta temporada cuenta con relatos notables entre los que se destaca el de Cristina Martínez, una chef mexicana que trabaja en los Estados Unidos con los saberes ancestrales de su tierra al tiempo que lucha para que se reconozca el lugar de los inmigrantes. Un retrato de época que utiliza la cocina como excusa para hablar de la identidad cultural. 26 episodios. 5 temporadas. Disponible en Netflix.

Secretos de los museos. París, Roma, El Cairo, Nueva York, Atenas y San Petersburgo, entre otras grandes capitales culturales del mundo recorridas a través de sus más importantes museos y las obras que exhiben. La serie utiliza reconstrucciones y entrevistas para mostrar costados menos conocidos de los lugares más visitados del planeta. En el caso del Louvre, por ejemplo, la serie reconstruye el robo de la Mona Lisa cometido en 1911, pone el foco en el cuadro La consagración de Napoleón de Jacques-Louis David y su efecto propagandista y utiliza técnicas de la medicina moderna para explicar el misterio de la impoluta armadura del rey Enrique II que se exhibe en el museo parisino. 12 episodios. 1 temporada. Disponible en Amazon Prime Video

Jack Whitehall: Travels with my Father. Para los amantes del humor inglés, este documental viajero puede funcionar también como ensayo histórico sobre la evolución o involución del género. Todo depende de la perspectiva desde dónde se lo mire. Si uno se identifica con el joven Jack, exitoso comediante de stand up, especialista en chistes bastante ridículos e inmaduros, o con su octagenario padre Michael, un atildado londinense, agente literario retirado y cultor del más seco humor británico. En esta temporada padre e hijo dirimen sus abismales diferencias recorriendo Europa, esa región a la que el conservador Michael votó por abandonar. 11 episodios. 2 temporada. Disponible en Netflix.

El arte de Escandinavia. Desde el próximo martes, se podrá ver esta serie documental escrita y presentada por el historiador y catedrático Andrew Graham-Dixon. Con los modos de un profesor de historia del arte y la prosa de un poeta, Dixon explora la estrecha relación entre el paisaje y las condiciones climáticas de Escandinavia y los países que integran la región (Suecia, Dinamarca y Noruega) con el arte que allí se produce. Especialmente fascinante para los amantes del nordicnoir, el recorrido incluye el análisis del cuadro El grito de Edvard Munch, las naves vikingas, los cuentos de Hans Christian Andersen, los Lego y el diseño de muebles, entre muchos otros artefactos culturales. 3 episodios. 1 temporada. Desde el martes, por Film & Arts