Fue un referente del "cine político". El adiós final a Gerardo Vallejo
A los 65 años, murió el autor de El camino hacia la muerte del viejo Reales
A los 65 años, falleció en Buenos Aires el cineasta Gerardo Vallejo, uno de los fundadores del grupo Cine Liberación. Su restos, por su expresa voluntad, serán trasladados hoy a la provincia de San Luis, donde vivía desde 2004.
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Gerardo Vallejo fue una de las figuras importantes del cine argentino y su corta obra mereció elogios tanto en el país, como en el exterior por dos películas que marcaron momentos claves de la historia política del país, El camino hacia la muerte del viejo Reales y El rigor del destino .
Nacido en Tucumán el 4 de enero de 1942, Vallejo comenzó a destacarse cuando en 1968 se convirtió en el asistente de Fernando Solanas y Octavio Getino en el extenso y largamente prohibido documental La hora de los hornos .
Ese mismo año comenzó el rodaje de El camino hacia la muerte del viejo Reales , película semidocumental con guión propio, compartido con Solanas y Getino, que terminó en Roma tres años después y sólo pudo estrenar en la Argentina en 1974. Este film marcó un momento clave en la historia del cine testimonial latinoamericano. Obra de autor (tuvo a su cargo la dirección, el manejo de cámara, la fotografía y el montaje), recibió el premio principal del Festival de Mannheim-Heidelberg en 1971.
Con la vuelta a la democracia, entre 1973 y 1976, se dedicó a registrar la lucha de los trabajadores de la Fotia (Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera), en una serie de documentales reunidos bajo el título Testimonios de Tucumán hasta que, en 1974, cuando ya sonaba en sus pagos el Operativo Independencia, pudo esquivar un intento de fuerzas paramilitares de violar su domicilio y así marchar, finalmente, al exilio, en principio en Panamá.
Desde entonces, el nombre de Vallejo quedó prohibido, como el de tantos otros representantes de la cultura. Poco después, ya instalado en España, fundó la Escuela de Cine de Madrid, y dirigió Reflexiones de un salvaje . Al regresar, en 1984, rodó en su Tucumán El rigor del destino , con Carlos Carella, Alberto Benegas y Víctor Laplace, en la que a partir de una ficción recuperó los conflictos que llevaron a la desactivación de la agrupación que nucleaba a los cañeros de su querida provincia. La película recibió el Colón de Oro en el Festival de Huelva.
Sólo en 1995, una década después, Vallejo volvería a la dirección, esta vez Con el alma , un encuentro mágico entre Martín Fierro y Don Quijote -interpretados por Alcón y Lito Cruz, en los valles Calchaquíes-, personajes que salen en busca de sus tumbas. Una historia con la que intentó homenajear a los desaparecidos de la última dictadura militar. En 2000 intentó rodar una adaptación de la novela El inocente , de Julio Ardiles Gray, que no pudo concluir.
Hace tres años fue convocado por el gobernador de la provincia de San Luis, Alberto Rodríguez Saa, que lo respaldó en su vuelta al cine tras un nuevo -y largo- paréntesis de más de una década, para filmar un viejo sueño, Martín Fierro, el ave solitaria , que estrenó en junio de 2006. Esta vez, el cineasta adaptó el poema épico de José Hernández, con un fuerte subrayado en la condición social del personaje, interpretado por Juan Palomino, al que retrató como el arquetipo del trabajador argentino, según su punto de vista, "hace casi dos siglos explotado y sometido a los mismos abusos y a las mismas persecuciones".
Poco antes de instalarse en San Luis, donde vivía con sus mascotas, Vallejo contrajo diabetes, una enfermedad por la que, si bien recibía tratamiento, sufrió algunas complicaciones.