La muerte de un mito juvenil
El 30 de septiembre de 1955, en un accidente automovilístico, moría, a los 24 años, el ídolo juvenil James Dean. Amante de la velocidad, la muerte lo encontró frente al volante de su Porsche. Provocador, polémico, trangresor, fue el representante de una generación "rebelde y sin causa". Con apenas tres películas ("Al este del paraíso", "Rebelde sin causa" y "Gigante") y un par de obras de teatro, alcanzó la categoría de mito. Interpretó a jóvenes que se veían enfrentados a las figuras paternales, por falta de amor, por indiferencia o por enfrentamientos generacionales. Fue, junto a Marlon Brando y Paul Newman, un actor que rompió con la imagen de galán para crear otra diferente, sufriente y torturado, desamorado pero necesitado de mucho amor, lo que movilizaba la ternura y la comprensión de la audiencia juvenil.
Como todos los años en esta fecha, se realiza en Hollywood el Festival James Dean, como homenaje.
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