Netflix: Bronx, un policial francés violento y entretenido
Bronx (Francia/2020). Guion y dirección: Olivier Marchal. Fotografía: Denis Rouden. Música: Erwann Kermorvant. Edición: Camille Delprat y Raphaele Urtin. Elenco: Lannick Gautry, Stanislas Merhar, Kaaris, Jean Reno, David Belle, Patrick Catarifo, Gerard Lanvin, Claudia Cardinale. Disponible en Netflix. Nuestra opinión: buena.
Unos meses después del sorprendente éxito de La bala perdida, otro policial francés consigue encaramarse de manera sostenida a un lugar destacado entre los contenidos más populares que ofrece por estos días el catálogo de Netflix en la Argentina. A diferencia de La bala perdida, un visible producto clase B, Bronx es una producción ambiciosa, de considerable escala y con todas las características de las grandes producciones del polar, esa variante genuinamente gala del policial negro en el que las tramas oscuras, lacónicas y pesimistas sobre crímenes y corrupción generalizada involucran por igual a policías y hampones. Ni siquiera una pequeña y delgada línea los separa. En el fondo unos y otros terminan siendo lo mismo.
La gran figura actual del polar francés es Olivier Marchal, un guionista, actor y director que asimiló casi todo el conocimiento que tiene sobre su temática preferida de su propia experiencia personal, ya que fue oficial de policía entre 1980 y 1994 antes de dedicarse enteramente al mundo del espectáculo.
Los mejores momentos de Bronx remiten al vibrante debut como realizador de Marchal con la que es hasta hora su mejor película, El muelle (2004). Sobre todo porque conserva el pulso firme para retratar las sombrías conexiones entre policías y criminales, capturar el cruel lenguaje de los bajos fondos, explicar por qué los supuestos defensores de la ley se pasan con tanta facilidad al otro lado y llevar de tanto en tanto esas situaciones a un clímax de violencia y tensión a través de varias logradas escenas de acción, con tiroteos y enfrentamientos de todo tipo.
Queda una vez más a la vista que Marchal conoce al dedillo ese mundo y se mueve en él con mucha comodidad. Bronx es Marsella, una ciudad en la que el crimen organizado vive en permanente tensión con las brigadas policiales que en apariencia los persiguen, hasta que nos damos cuenta que en ambos lados hay traiciones, codicias, venganzas y sospechas cruzadas. Y sobre todo, unos y otros aspiran a apoderarse de un mismo botín sin ahorrar violencia ni en las palabras ni en los hechos.
Así como cada nueva película de Marchal es el mismo acercamiento con leves variantes a esa mundo ambiguo, el director también se deja llevar como en sus películas anteriores por tentaciones innecesarias. En vez de concentrarse en la narración (algo que sabe hacer bien), se complica con algunas vueltas de tuerca de más y es demasiado explícito en el retrato de ciertos personajes atormentados, al punto de transformarlos en cliché. Todos esos desniveles se compensan con un sostenido suspenso y la convicción de la mayoría de sus actores, entre los que aparecen nuestro conocido Jean Reno y una casi irreconocible Claudia Cardinale, en una breve aparición como una anciana que maneja un clan mafioso con mano de hierro.
Más leídas de Espectáculos
“Nunca se tiró en contra del INCAA”. Florencia Peña salió a bancar a Guillermo Francella tras sus dichos
Joan Manuel Serrat, premiado. El nacimiento de su “otro yo”, las giras por la Argentina y su alejamiento de los escenarios
"Es injusto vivir así". La angustia de la conductora de TN Roxy Vázquez al relatar cómo fue el asalto que sufrió su hijo en Palermo