Tres buenas y dos malas películas con Ellen Page
Hacemos un recorrido por la filmografía de la actriz a raíz del estreno de Ahora y para siempre
*TRES BUENAS:
*1. LA JOVEN VIDA DE JUNO (2007, Jason Reitman)
A Ellen Page le costó mucho disociarse del personaje de Juno MacGuff y no es difícil determinar las razones. En primer lugar, porque Juno fue un papel hecho a su medida, con la mezcla justa de sarcasmo e ingenuidad. En segundo lugar, porque le supo seguir el paso a los veloces diálogos escritos por Diablo Cody, diálogos tan distintivos que terminaron polarizando a la audiencia y a la crítica. Por último, porque se trató de su interpretación más resonante, una que le valió su primera y única nominación al Oscar y que se introdujo en la cultura popular a fuerza de Tic-Tacs de naranja, covers de Moldy Peaches y teléfonos con forma de hamburguesa. Asimismo, cabe decir que Page consigue una tarea casi imposible en el film de Jason Reitman: la de humanizar a una adolescente que bien podría haber sido un estereotipo y que en las secuencias con su padre (el siempre notable J.K. Simmons) se comunica con total vulnerabilidad.
*2. HARD CANDY (2005, David Slade)
Antes del papel consagratorio en La joven vida de Juno, Page ya parecía estar pidiendo que no la encasillen a través de su interpretación en Hard Candy. El largometraje de David Slade es varias películas en una. Por un lado, aborda el tópico de la traspolación de las relaciones virtuales al mundo real y los peligros que ésto conlleva. Por el otro, trabaja con las reglas de films de venganza, pero diluyendo la crueldad notablemente (Hard Candy no se permite ir hasta el fondo como Audition, por ejemplo).
Asimismo, es una película intimista que se propone desnudar los rasgos más escalofriantes de esa joven que usa la seducción como herramienta previa a la tortura y el hombre (Patrick Wilson) que parece haber caído en sus redes para que después se nos revele lo contrario. Hard Candy, aún con desniveles (como el personaje de Sandra Oh que ingresa a la historia sin propósito alguno), es un ascético relato sobre un cazador cazado, con Page prácticamente en los inicios de su carrera maximizando su potencial.
*3. THE EAST (2013, Zal Batmanglij)
Desde acá recomendamos fervientemente todo lo que haga el colectivo creativo compuesto por la actriz y guionista Brit Marling; su marido, el realizador y guionista Mike Cahill; y Zal Batmanglij, también director y guionista que colabora frecuentemente con Marling escribiendo historias en conjunto. Los tres concibieron un puñado de producciones independientes anómalas y fascinantes, desde esa joyita de la ciencia ficción que es Another Earth, pasando por la brillante The Sound of My Voice hasta la más sofisticada I Origins. The East quizás sea el eslabón más débil de lo que ha generado esta trifecta, pero aún así consigue poner el dedo en la llaga con precisión, interpelándonos, preguntándonos de qué lado nos ubicaríamos al estar buscando justicia en una sociedad corrupta.
Con ciertos puntos de contacto con la mencionada The Sound of My Voice (el puntapié vuelve a ser la infiltración de una persona en un micromundo relativamente sectario que cambiará su perspectiva), The East sigue los pasos de Sarah Moss (Marling), una empleada corporativa que se inmiscuye en un grupo de ecologistas de ideología anarquista con el fin de desmantelar sus planes justicieros. Sin embargo, la persuasiva verborragia de su líder (Alexander Skarsgård) y la presencia de una de las integrantes del equipo, Izzy (Page), le hará replantear su posición. The East demuestra que es bueno cuando el indie le da espacio a una actriz como Ellen para hacer mucho con un personaje pequeño, a diferencia de la película de la que hablaremos a continuación.
*DOS MALAS:
*1. TOUCHY FEELY (2013, Lynn Shelton)
Parecía que nada podía fallar en Touchy Feely. Detrás de cámara estaba la realizadora Lynn Shelton, quien irrumpió en el movimiento Mumblecore con la imprescindible Humpday para luego volcarse a una narrativa más tradicional con su mejor film hasta el momento: Your Sister's Sister. Asimismo, dos mimados del indie estadounidense como Scoot McNairy y Rosemarie DeWitt eran los protagonistas. Sin embargo, todo eventualmente terminó saliendo mal. DeWitt interpreta a Abby, una terapeuta de masajes que, por razones desconocidas, de un instante a otro comienza a sentir aversión por el contacto. Así las cosas, deja de trabajar, arruina un prometedor noviazgo y se ve obligada a examinar su pasado para determinar la causa de esa peculiar condición.
Touchy Feely es tan vacía y superflua que el único momento en el que logra conectar con el espectador es aquel en el que abandona las metáforas (hay reiterados y exasperantes planos detalles de manos en contacto con la naturaleza, por ejemplo) y simplemente retrata a dos individuos (Page y McNairy) disfrutando de la música ("Horses" de Tomo Nakayama) como sinónimo de intimidad. Todo lo demás sobra.
*2. A ROMA CON AMOR (2012, Woody Allen)
Entre el regreso con gloria que implicó Medianoche en Paris y la interesante relectura de Un tranvía llamado deseo que fue Blue Jasmine, Woody Allen hizo una de sus peores comedias hasta la fecha. A Roma con amor suena más a capricho del director por conquistar una nueva ciudad que a una necesidad verdadera de contar una historia sustancial, dado que ni siquiera funciona como una de esas películas sucintas que nos entrega de vez en cuando (como la modesta pero sólida Magia a luz de la luna). Y si bien una de las improntas del cineasta es su ojo para ensamblar elencos aparentemente incompatibles, en este caso los cuatro relatos que esboza carecen de química entre sus actantes, desde la propia Page como una mujer que irradia sexualidad hasta Greta Gerwig y Jesse Eisenberg como la pareja víctima de su incandescente entrada en escena.
*El trailer de Ahora y para siempre, estreno de la semana:
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