Un documento sobre la pobreza y la esperanza
"Matanza". Documental nacional (2001) presentado en video y pantalla grande por el Grupo Documental Primero de Mayo en el Cosmos. Dirección y guión: Nicolás Batlle, Rubén Delgado, Fernando Menéndez y Emiliano Penelas. Cámara: Emiliano Penelas, Julián Ledesma, Nicolás Batlle y Rubén Delgado. Sonido: Fernando Menéndez y Nicolás Batlle. Montaje: Rubén Delgado. Duración: 73 minutos. Calificación: apta para todo público.
Nuestra opinión: bueno.
Desocupación, marginalidad, piquetes, protestas y crisis económica son algunos de los términos más usados diariamente por los medios de comunicación para reflejar la cotidianidad de un país, la Argentina, ubicado en un camino sin presente ni futuro.
El cine, y fundamentalmente el cine hecho por jóvenes desde la más absoluta precariedad, refleja asiduamente, sobre todo por medio del documental, esta problemática que agobia a los habitantes de una nación que, en alguna época, fue el granero del mundo. El Grupo Primero de Mayo se acercó una vez más, con "Matanza", a esa gente humillada desprovista de esperanzas. Los realizadores Nicolás Batlle, Rubén Delgado, Fernando Menéndez y Emiliano Penelas tuvieron la suficiente paciencia y la mirada clara para enfocar las penurias de los habitantes del partido de La Matanza, una de las zonas más castigadas por la pobreza y el desamparo.
Seguimiento
Los responsables del documental siguieron a lo largo de cuatro años a una familia marginal, y en torno de ella retrataron el surgimiento del movimiento social piquetero y la crisis económica que desató los episodios de diciembre de 2001. Esa familia narra su larga marcha por conseguir tierras, salud, educación y trabajo.
Felizmente, "Matanza" no apunta al discurso político ni se encierra en una cinematografía de protesta, tan usual en los realizadores contestatarios. Simplemente los directores atraparon con sus ágiles cámaras la lucha de esos marginales por rescatar algo de optimismo dentro de un micromundo cada vez más devastador y afligente.
Puede argumentarse que lo que muestra este documental no es novedoso, ya que sus palabras y sus imágenes están día tras día en los diarios y en la televisión. Pero "Matanza" alcanza el valor del documento que no utiliza la remanida voz en off ni se regodea con un montaje tamizado por la pretensión. Todo en este film es natural y aterrador y, a la vez, grita a las conciencias sordas que se empeñan en no escuchar el clamor de los desposeídos.
Hay algunas secuencias -como aquella en que la embarazada tiene un permanente antojo de comer milanesas- que ubican a "Matanza" en esa antología del documental de los mejores trabajos de Fernando Birri, un maestro del género.
El Grupo Primero de Mayo, que nació en 1998 en las aulas de la Escuela de Experimentación y Realización Cinematográfica del Incaa, apuesta en su film a la verdad que duele porque nos toca de cerca, porque habla de pobreza y de ilusiones y se enmarca en lo que, como argentinos, padecemos y toleramos todos los días.
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