
Una deuda del pasado
Presentada recientemente en el Bafici, mañana será el estreno comercial de "Hermanas", opera prima de la directora argentina
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Llegó el gran momento para Julia Solomonoff: el estreno comercial de su opera prima, "Hermanas". Sin embargo, la relación entre ella y el cine no es nueva. Desde su primera experiencia como asistente de montaje en "Eterna sonrisa de Nueva Jersey", de Carlos Sorín, hasta el rol de primera asistente de "Diarios de motocicleta", de Walter Salles, pasando por trabajos como directora de series televisivas en Estados Unidos y hasta un papel en "Historias mínimas", nada parece resultarle ajeno.
En el caso de "Hermanas", que está protagonizada por Valeria Bertuccelli y la española Ingrid Rubio, Solomonoff realizó un exhaustivo trabajo (de investigaciones y entrevistas) que le demandó más de un año. El resultado, casi una catarsis personal, tiene que ver con "las consecuencias de callar demasiadas cosas".
-En cierta forma, la historia del film, está ligada a nuestro pasado reciente. ¿Por qué?
-Porque en realidad, este presente está lleno de ese pasado reciente. Todavía vivimos pagando deudas de lo que callamos, y el problema son los silencios. Me parece que lo peor de todo es el encubrimiento, que en un punto sigue vigente. Y hablo de una sociedad civil, de gente que desde la política u otros sectores se benefició con determinados actos delictivos.
-De todos modos, el foco está puesto en las relaciones familiares.
-Eso es lo más importante. La película refleja un ámbito familiar, tiene una mirada muy personal sobre cómo determinadas circunstancias afectan la vida de una familia.
-¿Cómo quisiste describir ese reencuentro entre dos hermanas?
-Es muy importante lograr que el público pueda ponerse en el lugar de una o de la otra, indistintamente. Siempre me pareció interesante (tanto en el cine como en la literatura) el viaje hacia el lugar del otro. No quise presentar un punto de vista único. Muchos pueden sentir que es un tema del cual ya se habló, pero sentí que faltaba una aproximación más emocional a las consecuencias de nuestro pasado reciente, sin tener en cuenta los prejuicios o las posiciones ideológicas.
-¿Cómo son ambos personajes?
-Natalia (Ingrid Rubio) es una periodista exiliada en España, con cierto compromiso político: una mujer independiente con una vida fragmentada con tantos movimientos y por haber dejado la Argentina a los 18 años. Elena es una ama de casa que vive en Texas y que está dedicada a sus hijos y marido, que necesita del orden y el control. Un orden que tiene que ver con la propia represión. Ella tiene que salirse de esa casa y de la cultura americana y necesita reencontrar su rol en la historia. En apariencia hace todo, pero no termina de asimilarlo. La negación de su pasado la lleva a hacer una asimilación muy superficial.
-¿Es deliberado que la historia empiece a resolverse fuera del país?
-Lo deliberado es que es una historia centrada en un drama familiar entre dos hermanas. Como una ecuación matemática, empecé a despejar las incógnitas para llegar a la fundamental. Al tener a ambas en un lugar tan anodino, tan sin nada que ver con ellas como ese pueblo de Texas, aumentaba esa ecuación entre ellas dos. En lo que está en juego entre ellas, no participan los vecinos, el ex novio, o gente que las conozca. Había que aislarlas, en una especie de isla cultural, isla de la memoria. Pero la historia no se resuelve afuera; lo que se resuelve es la necesidad del encuentro.
-Se nota un especial interés en ciertos detalles arquitectónicos. ¿Qué buscaste reforzar?
-Remarcar el sentido del orden ajeno. En Texas me impresionó la arquitectura serial, de casas prefabricadas, iguales. Es una especie de negación de lo más importante: la memoria, la individualidad, la construcción de la identidad. Esas casas, que son un símbolo de la arquitectura en Estados Unidos, también se reproducen en la Argentina. Me escandalizó haberlas encontrado aquí también. Mi acercamiento a esas casas es muy crítico: seriales y anónimas, son todo lo contrario de mi idea de casa. La presencia de la arquitectura tiene que ver con lo opresivo de esa serialidad. Pero lo llamativo no es que lo muestre, sino que hay mucha gente que aspira a eso.
-¿Tuviste claro que sería una historia entre dos hermanas?
-Lo que estuvo fue la relación de las dos hermanas y el contexto político. Tuvo que ver con investigar qué había pasado en mi familia. Empecé a escribir la historia viviendo en Nueva York. Empecé a preguntarme como un juego, qué hubiera sido de mí si hubiera nacido diez años antes. Y es mi gran pregunta cuando vuelvo a ver la película.
Proyectos que tiene entre manos
"Hermanas" es el resultado de un proyecto que lleva más de cuatro años. Y la segunda película que tiene in mente Solomonoff también se tomará su tiempo para ver la luz. "Tiene que ver con el fin de la infancia, el inicio de la sexualidad y cómo eso va generando la diferenciación entre lo individual y lo familiar. Esa cosa de niños que empiezan a encontrarse y a asustarse de sus deseos y sus cambios físicos y al mismo tiempo forman parte de una familia", expresa la cineasta. Solomonoff tiene previsto acompañar a "Hermanas" en el circuito de festivales, en el segundo semestre de 2005, después del nacimiento de su hijo, en julio.
Este proyecto obtuvo apoyo del Fondo Ibermedia, fue invitado al Sundance Lab y fue elegido entre propuestas de 35 países para participar del seminario de guionistas de la Union Latine de París; ella misma fue invitada, el año último, a participar del Talent Campus del Festival de Berlín.
En algún momento, antes de fin de año, se trasladará a Entre Ríos para realizar una investigación sobre el tema que tratará su nuevo film. "La película está basada en un hecho real: mi madre es ginecóloga y a través de ella conocí tangencialmente un caso muy dramático", describe. Pero el presente de Solomonoff pasa por otras prioridades, familiares y artísticas. Y cuando piensa en su proyecto ni siquiera se refiere a fechas. "Es apenas una primera aproximación al tema. Pero falta mucho para tener el libro resuelto. Calculo que podría empezar a filmar a fines de 2006", aventura la realizadora.
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