Con coreografías variadas

Coreografías de Giuliana Rossetti, Damián Cortés y Carolina Verbutti, Mariana Sirote y Oscar Araiz, respectivamente. Intérpretes: Ballet Joven Arte XXI. En el Metropolitan I. Funciones: Lunes a las 21.

Los integrantes del Ballet Joven Arte XXI son alumnos de la Nueva Escuela de Danza Contemporánea que dirige el bailarín y coreógrafo Guido De Benedetti, también presidente de la Asociación Arte XXI, generadora de estos proyectos. Las cinco coreografías que conforman el programa les da la posibilidad a los jóvenes bailarines de trabajar sobre diferentes estilos y a la vez de la mano de coreógrafos, a veces, opuestos en sus búsquedas creativas.

En "Juego de niños" -coreografía de Giuliana Rossetti- y "Chacona"- coreografía de Oscar Araiz-, el grupo de bailarines se muestra muy impreciso y resulta complejo profundizar en estos trabajos porque no se exponen del todo acabados. A los bailarines se los ve muy formales. Hay algo de sus interioridades que no termina de asomar en escena y esto resulta perjudicial sobre todo para "Chacona", con música de Bach .

"Tributo a Bjotk", bailado y coreografiado por Damián Cortés y Carolina Verbutti, sobre música de Ice, es, por el contrario, de una destacada intensidad. Tal vez aquí sea necesario destacar que Cortés es un creador con más experiencia ya que forma parte del Ballet Contemporáneo del San Martín. Hay mucha teatralidad además en el juego que conciben los artistas y en un ritmo muy sostenido ellos mismos se revelan como muy buenos intérpretes.

"Danza del viejo boyero", "Danza de la moza donosa" y "Danza del gaucho matrero", de Alberto Ginastera, conforman "Las mujeres de Ginastera" que coreografía Mariana Sirote. El trabajo se inicia con una propuesta muy teatral que permite a las tres intérpretes desarrollar algo más que un buen juego de movimiento. En un tono de profundo romanticismo Sirote combina los aires camperos con unas situaciones de rica expresividad, ideal para un trío de jóvenes .

En el final, "Pléyades" resulta la creación más destacada del programa. Sobre la pequeña Sinfonía Concertante de Frank Martin, el coreógrafo Oscar Araiz construye un mundo muy poético de relaciones femeninas que se destaca por su energía y su profundidad. Siete intérpretes, con el torso desnudo, componen de continuo un entramado exquisito de formas y más formas. Sus imágenes son muy bellas e inquietantes y, desde lo conceptual hasta el resultado final, la propuesta de Araiz parecería enriquecerse y potenciarse con la tan delicada juventud de esas intérpretes.

Por Carlos Pacheco

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