Zotto, a Puro tango

Puro Tango / Idea, coreografía y dirección general: Miguel angel Zotto / Interpretes: Miguel Angel Zotto,

Daiana Guspero, Leandro Oliver y Laila Rezk, entre otros. / Orquesta: Pocho Palmer y Marcos A. Fernández ( bandoneones), Fabián Bertero y María Laura Bertero (violines), Miguel Pereiro (piano), Nicolás Zacarías (contrabajo) / Iluminación: Miguel Angel Zotto, Andrés Mattiauda / Vestuario: Renata Schussheim, Jorge Ferrari, María Julia Bertotto, Michael, Zotto Tango Shop / Video: Maxi Vecco / Producción: Sebastián Blutrach y Javier Faroni / Duración: 100 minutos (sin intervalo)
Nuestra opinión: muy bueno

Tan creativo como impecable, Miguel Angel Zotto vuelve a llevar al escenario un espectáculo a todo lujo para mostrar el devenir de la música ciudadana.

Aprovecha en esta oportunidad el aporte de la tecnología visual para darle el marco escénico necesario para reproducir las épocas y los ambientes, recurso que ayuda, mediante videos, a la resolución estética, con el aporte de la iluminación, que genera contrastes muy sugerentes.

Dividido en cuadros, el show va revelando los inicios (1890) cuando los tangos, anónimos, se escuchaban en los prostíbulos y eran interpretados por los hombres que esperaban su turno. Luego salta a 1910, en que, a través de imágenes del film argentino Carnaval de antaño , se reconocen a algunos de los protagonistas: Sabina Olmos, Sofía Bozán, Florencio Parravicini, con temas de Roncallo, Greco, Arolas, interpretados por diferentes orquestas. El tercero, ubicado en 1920, es el cuadro para los temas de Gardel y Lepera. El cuarto refleja una academia de tango, con grabaciones de diferentes ensambles; el quinto remite a 1940, cuando la radio albergaba en su programación a las grandes orquestas con la asistencia de público y a los cantantes, y el sexto presenta al afán de los bailarines por elaborar nuevas coreografías.

A partir del séptimo cuadro cambia el esquema y ya las proyecciones de video dejan de formar un diseño arquitectónico y las imágenes pasan a ser decorativas, momento en el que Zotto permite el lucimiento de cada pareja, con la asistencia de la orquesta en escena que brilla con los arreglos de Fabián Bertero. No queda en claro la utilización de la imagen de la joven que ilustra, en una versión muy original, el tema "Adiós, Nonino", de Piazzolla.

Con un estilo tradicional, Zotto, brillante en su actuación, demuestra que siempre es posible encontrar nuevas vertientes para la coreografía, las que permiten que todos los bailarines expongan su habilidad y ductilidad en los bailes de conjunto, perfectamente sincronizados, e individuales, en los que cada pareja demuestra su estilo, lo que moviliza el entusiasmo espontáneo del público.

Cuenta con el invalorable aporte de una orquesta que impone en los temas un sello muy particular sin perder de vista la esencia de cada tango.

Un rubro aparte merece el vestuario por la variedad de diseño, estilos y telas, y la cantidad de modelos y calzado que lucen el elenco femenino y también el masculino, lo que termina de engalanar un espectáculo que fue bautizado acertadamente Puro tango .

Por Susana Freire

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