
El Dogma es un sabotaje al cine
Por Eliseo Subiela
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Hace un tiempo que circula por el mundo una especie de "manifiesto" llamado "Voto de castidad" o "Dogma 95". Yo creo, en cambio, que es una humorada de un director muy vivo llamado Lars Von Trier, que tuvo bastante eco entre los zombies culturales que abundan en este fin de siglo.
A partir de este manifiesto comenzaron a aparecer "películas dogma" y "películas antidogma", mientras Von Trier ganó la Palma de Oro en el último Festival de Cannes. Lo que se dice un brillante hombre de negocios.
El "Dogma 95" se levanta contra el cine de ilusión... Perdónalos, Melies, no saben lo que dicen. Si están contra la ilusión, ¿por qué no hacen televisión y dejan al cine en paz?
En lo que no mienten es que "Dogme 95 es un acto de sabotaje". En eso estoy de acuerdo, porque se trata de un acto de sabotaje al cine.
Es como un virus que pretende diseminar el "anticine" en las mentes de los jóvenes,como si no estuvieran ya suficientemente contaminadas de escepticismo, vacuidad y estupidez disparados desde los medios de comunicación, incluyendo el cine.
Como juramento, el voto de castidad de "Dogma 95" señala: "Juro que como director me abstendré de todo gusto personal. Ya no soy un artista. Juro que me abstendré de crear una obra"...
Si creyera en las tumbas diría: "Fellini, Kurosawa y Kubrick deben estar revolviéndose en las suyas..."
Modestamente, quisiera exponer desde esta página mi propio "voto de castidad", el mismo que intento transmitir a los alumnos de mi escuela, que como primer juramento reniega de castidad alguna.
-Juro que como cineasta jamás me someteré a reglas establecidas y confirmadas. Ese sometimiento supondría mi negación como artista.
-El cineasta debe buscar y crear desde la mayor libertad posible, sin someter su obra a condicionamiento político, religioso e ideológico alguno.
-Dogma son los partidos políticos, que limitan y empobrecen mi idea de la libertad.
-Dogma son las iglesias, que limitan y empobrecen mi noción de Dios.
"Dogma 95" es un intento neurótico de limitar y empobrecer el más fantástico arte del siglo XX.
Los amantes del cine vamos a resistirnos hasta el último fotograma.





