El romance del baco y la vaca: magnífica recreación de una historia desopilante

Autor: Gonzalo Demaría / Intérprete: Marco Antonio Caponi / Dirección: Daniel Casablanca / Sala: Timbre 4, México 3554 / Funciones: domingos, a las 21.30 / Duración: 65 minutos / Nuestra opinión: excelente

El destacado Gonzalo Demaría construye en esta oportunidad un texto extremadamente singular y desopilante. Sigue ciertas líneas de la tradición gauchesca. Apoyado en el verso, el creador dar forma a un magnífico material en el que carga las tintas para diseñar a un personaje casi caricaturesco. Su universo escapa a cualquier ley natural, aunque en muchos momentos se torna, ante el espectador, una criatura que se expone con sus costados más revulsivos y en otros asoma como un ser indefenso que provoca ternura.

Baco fue criado por una vaca y, ya mayor, se enamora de otra: Blanquita, con quien vive un romance inusual aunque ciertamente intenso. Con ella recorre la pampa mientras va relatando las alternativas de un viaje que está plagado de condimentos inusuales. Es un gaucho sensible, a su manera, apasionado, que se armó una vida integrándose a un paisaje hostil que lo condicionó a seguir un camino errático del que ya no puede escapar. Incapaz de forjarse un destino mejor, se acomoda a una realidad revulsiva en muchos aspectos, bien distinta a la de cualquier ser humano. En ese marco sus andanzas resultan muy atractivas. Los sucesos a los que se enfrenta lo transforman en un aventurero pillo, perspicaz y también aguerrido. Y si a eso se le suma que la Justicia comienza a perseguirlo, su realidad se torna más delirante.

El director Daniel Casablanca moldea en el cuerpo de Marco Antonio Caponi a un ser que parece escapado de un mundo fantasmal, que transgrede todas las normas y lo hace con una marcada ingenuidad. Su cuerpo se transforma a lo largo del relato de manera elocuente y su imaginación logra reconstruir a una criatura que proyecta cada tramo de su viaje con una carga emocional intensa. Con mucha seguridad el intérprete repasa el derrotero de su vida y hace cómplice al público de una historia plagada de sorpresas. En cada tramo Baco experimenta la posibilidad de llamar la atención con una anécdota, con la descripción de un ambiente o con un acto delictivo que no ha tenido más remedio que concretar.

La dupla Casablanca/Caponi logra otorgarle al texto de Demaría una fortaleza notable. Sin duda el equipo se entregó a una investigación muy profunda que los ha llevado a lograr una construcción muy minuciosa sobre el verso y también sobre ese espacio escénico que, aun sus grandes dimensiones, logra contener la energía de este actor que utiliza sus recursos al máximo y con magníficos resultados.

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