
El sintetizador viviente
Se presentará una grabación del Colectivo de Creación Sonora
El Colectivo de Creación Sonora presentará hoy, a las 18, en el Centro de Experimentación del Teatro Colón, "Músicas de una etnia imaginaria", el disco que representa el fruto de cuatro años ininterrumpidos de experimentación musical.
El grupo, que dirige el compositor Jorge Sad, explora las múltiples posibilidades que ofrece el encuentro entre la improvisación colectiva, la composición académica y el procesamiento electrónico del sonido en tiempo real.
La agrupación incluye cuatro instrumentistas: Juliana Moreno (flauta), Enrique Entenza (bandoneón y clarinete bajo), Martín Devoto (violoncelo ) y Germán Meira (guitarra), y un asistente técnico y programador, Francisco Colasanto.
El motor del proyecto, según cuenta Jorge Sad en diálogo con La Nación , fue contar con un "banco de pruebas" sonoro para la composición, a partir del trabajo de improvisación con los instrumentistas. Más adelante, gracias a la fenomenal revolución digital que abarató y mejoró las prestaciones de los equipos electroacústicos, se sumó la interacción con el procesamiento electrónico en vivo.
Sad, egresado como licenciado en composición en la Universidad Católica de Buenos Aires, en 1988, está especializado precisamente en el campo de la música electroacústica. Forma parte del grupo de compositores que investiga y compone habitualmente en el Laboratorio del Centro Cultural Recoleta (LIPM), realizó obras en Canadá y Francia y, desde 1997, es el director del Instituto de Investigación Experimental en Sonido y Música por Medios Digitales de la Facultad de Informática de la Universidad de Morón y profesor del Atelier de Música Electroacústica del Conservatorio Alberto Ginastera. Dentro de su campo de acción, el Colectivo de Creación Sonora funciona como un campo de pruebas en el que la figura del compositor no es monolítica. "Las obras que hacemos son piezas en colaboración con los músicos. Siempre me interesó el trabajo cotidiano junto al instrumentista, porque cuando uno escribe una obra y luego se la lleva a ellos puede descubrir que la cosa estaba muy lejos de lo que uno se había imaginado."
La composición del sonido
Lo que Sad pone en escena con el Colectivo de Creación Sonora es lo que él define como "un sintetizador viviente". Es que tanto la parte electrónica como la realización de los instrumentistas hacen foco en el problema del timbre, esto es, en la composición del sonido en sí mismo, desde el más simple hasta el que resulta de las superposiciones más complejas, como eje estructurador del discurso musical.
Las cinco piezas que incluye el disco reflejan la preocupación por diluir las fronteras entre el sonido digital y el natural, con instrumentos que se adaptan particularmente bien para fundirse con este tipo de sonidos, algo que se potencia con la utilización de modos de ejecución no convencionales.
El procesamiento en tiempo real de los sonidos que emiten el bandoneón, el bajo, la guitarra y la flauta son realizados "a mano" por Sad y su asistente. Según explica el compositor, el programa que utilizan, llamado Max, está lejos de poder hacer realidad el mito de la composición automática. "El resultado no es interesante -sostiene Sad-. Nosotros utilizamos el programa para expandir las posibilidades de nuestro control sobre el sonido." El grupo viene presentándose en público desde hace dos años y trabaja en forma continuada gracias a que funciona como grupo residente del Instituto de la Universidad de Morón. Por eso es que varias de las piezas presentadas "son el resultado de un año de sesiones de improvisación", según explica Sad.
Confirmando aquello de que "cuanto más sé, menos sé", Sad confiesa que el trabajo intensivo con este grupo de instrumentistas le hizo más difícil la composición, "porque tengo más conciencia de todo lo que se puede hacer con cada instrumento", concluye con una sonrisa.
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