Cómo es lo nuevo del hombre de los sweaters
Un poco de autocrítica: a veces los periodistas nos dejamos encandilar por los grandes lanzamientos mediáticos y, por eso, terminamos ignorando otros menos llamativos, pero quizás más relevantes. En los últimos meses nos enfrascamos en hablar una y otra vez sobre el retorno de los Fabulosos Cadillacs, y por eso se nos pasó otra vuelta que no le va en zaga a la de Vicentico, Flavio y los demás: la del gran Alberto Felipe Soria, más conocido como Johnny Tedesco.
Así fue como, buscando a Teenage Fanclub en mi discoteca, encontré el flamante LP del hombre de los suéteres, sagazmente titulado El regreso, un verdadero prodigio del rock and roll, con varios temas conceptuales de más de seis minutos (igual que Death Magnetic de Metallica), letras crípticas y arreglos de teclados de plástico comprados en el Once. Aquí, un análisis somero, tema por tema, de la obra que nos devuelve a este prócer de la música nacional y popular.
"Potpourrí": "Vuelve a mi barquita que está muy solita / si no vienes a mi barca la hundiré", canta JT en una sublime metáfora de corte picaresco en la que hace una clara referencia a que si la chica en cuestión no se ocupa de ciertas partes suyas, él las sumergirá en algún otro lado. En "Miss Canguro" ofrece una cruda crónica de la ingesta de estupefacientes en una fiesta, con una señorita que "pega grandes saltos / se pone a cabecear / sacude las rodillas / que calamidad". Y en "Era una cadena" recuerda sus años como fan de Riff.
"Coqueta": una diatriba contra la banalidad y el apego excesivo por la estética en la vida moderna, con baterías rebosantes de cámara que harían enrojecer de envidia a Jesus and Mary Chain.
"Bésame pronto": a diferencia de lo que sucedía en el mítico bolero de Consuelo Velázquez, Johnny no está interesado en la cantidad sino en la rapidez. Pariente del “no sé lo que quiero, pero lo quiero ya” de Sumo.
"Potpourrí": otro medley conceptual en el que empieza solicitando alegría ("Dame felicidad") y, cuando en vez de eso le dan cualquier cosa absolutamente random que no tiene nada que ver con nada ("100 libras de barro"), decide poner fin a su pesar ("Adiós mundo cruel").
"Mi alma lloró": soberbia yuxtaposición de sensaciones, con arreglos fiesteros y un estribillo que repite "la vida se apagó / y mi alma lloró / el cielo se nubló / y todo se apagó". Comedia y tragedia, todo en uno. Como la vida misma.
"Zapatos de pompón": la gamuza azul es para la gilada... Johnny expresa su preferencia por las borlas adosadas a su calzado, y al mismo nos deja un interrogante: ¿Dónde irían los pompones en un par de zapatos?
"Presumida": ¿Se puede combinar el riff de "Hoochie Coochie Man" de Willie Dixon con el estribillo de cualquier canción de Bombita Rodríguez y no morir en el intento? Con este tema, Johnny deja bien en claro que no.
"Vuelve primavera": imperecedero homenaje a la estación de las alergias.
"Potpourrí": Johnny Tedesco in English! Bah, más o menos: "Pretty woman / cuando te veo venir / Pretty woman / cuando te veo ir", dice la letra políglota del tema de Roy Orbison. Y todo termina con una versión de "Venus" muy parecida a la de Bananarama pero, otra vez, mitad en español, mitad en algo parecido al inglés.
“No tengo más problemas”: ejercicio máximo del chupaunhuevismo musical, una especie de eslabón perdido entre el “Don´t Worry Be Happy” de Bobby McFerrin y el “Tomate un vino y olvidate” de Los Tulipanes.