La historia de la radio, en un museo bar temático
Daniel Grimaldi es un locutor y coleccionista que comparte su pasión en un nuevo sitio de culto en La Boca
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Se sabe que muchas veces la pasión es el motor que impulsa los proyectos más ambiciosos, y esa frase puede aplicarse cabalmente a Radio Bar, primer bar temático y museo dedicado íntegramente a la radio. Ubicado en La Boca (a dos cuadras de La Usina del Arte), más precisamente en Wenceslao Villafañe 65 (sector conocido como el Distrito del Arte), tiene como objetivo esencial dar a conocer la historia de la radio.
El ámbito tan pintoresco y atractivo, por cierto, se inauguró el 27 de agosto, fecha emblemática para este medio porque marca el comienzo de la radiofonía en la Argentina, de la mano de "Los locos de la azotea", liderados por el gran Enrique Telémaco Susini.
Se trata de un espacio de casi 700 metros cuadrados distribuidos en dos plantas totalmente decoradas con íconos de colores y elementos que transportan a la época dorada de la radiofonía argentina y mundial. En la planta baja funciona un salón muy amplio, con mesas y un sector VIP, con pinotea reciclada de viejos conventillos de La Boca, donde se sirven desayuno, almuerzo y té, y está abierto de martes a domingos, de 10 a 18. En el segundo piso se observa un auténtico museo radial: con paredes estampadas de fotos de los grandes del éter: Fontana, Carrizo, Larrea, Dolina o Guerrero Marthineitz, además de diferentes notas dedicadas a la radio. También hay un sector de merchandising, con los afiches de los films relacionados con la radio: Días de radio, Solos en la madrugada, La radio ataca y Buenos días, Vietnam, entre otros. Además de mucha memorabilia, como entradas a auditorios donde se hacían programas de radio y las programaciones de emisoras en papel como Radio El Mundo, Belgrano, Del Pueblo y otras, con las publicidades de la época. Por supuesto, también hay una gran colección de aparatos radiales, que comienza en 1927 y finaliza a fines de los 70. Son más de 400 piezas, entre radios, grabadores, radio alambre, válvulas antiquísimas, un tocadiscos para autos o una radio encendedor.
Daniel Grimaldi, locutor, radioaficionado, publicista y coleccionista de radios desde los 15 años, es el hacedor de esta singular aventura, cuyo coleccionismo incluye la reparación, restauración y puesta en valor de esas radios. "Lo que logro es hacer funcionar cada aparato. No quiero radios que no funcionen. Trabajé más de 15 años como locutor, tanto en varias emisoras como en Canal 9, y otros años haciendo grandes eventos, como productor. Seguí incorporando radios y otras cosas relacionadas con la radiofonía, como grabadores de alambre. Tengo una amberola, que se usaba para reproducir discos, y una radio a galena de 1922, que perteneció a una dama porteña de Boedo que la llevaba en la cartera", cuenta.
Llama la atención una radio muy particular que funciona a kerosene: invento ruso. Usa un farol con una termocupla en la punta que transforma el calor del farol en energía eléctrica, que enciende la radio. Grimaldi se siente orgulloso y enfatiza: "Hago una especie de tour guiado, ya que acá asiste gente que sabe y escucha radio. Aclaro, que si bien abajo hay un salón comedor, la gente puede visitar el museo sin obligación de consumir. Esto es una contribución cultural que además ha sido tenida en cuenta como patrimonio de esta ciudad, ya que fue incluida en la recorrida de la próxima Noche de los Museos", adelanta.
De chico escuchaba con su madre El teatro Palmolive del aire y Los Pérez García, y es en la radio donde puso todo su amor y patrimonio. "Me hace feliz que varias emisoras estén evaluando venir a transmitir en vivo al local. Y en un mes voy a iniciar un ciclo de proyección de películas dedicadas a la radio. Voy a empezar con Solos en la madrugada. Y todo lo hago para preservar la magia de la radio, en la que sigo creyendo, como cuando era chico", finaliza emocionado Grimaldi.





