Murió el compositor Pompeyo Camps
La muerte del compositor y periodista Pompeyo Camps provoca dolorosa conmoción porque se trata de una figura destacada de la cultura nacional, de profundas convicciones y una forma de vida austera y sencilla, dedicada de lleno a la música y a la formación de jóvenes intérpretes. Fue un excelente crítico musical de los diarios Noticias Gráficas, La Opinión y Clarín.
Su figura era reconocible a la distancia por su aspecto simple, su cuidada barba, que se unía a sus patillas, y su pelo blanco. La pipa formaba parte de su personalidad, así como su pequeño perrito, que paseaba todos los días.
Había nacido en Paraná, Entre Ríos, en 1924, donde realizó sus primeros estudios musicales de bandoneón y piano. En 1947 se radicó en Buenos Aires y continuó su formación con el compositor catalán Jaime Pahissa con quien se interna en el estudio del sistema intertonal. Fue de los primeros compositores en utilizar esta técnica surgida como reacción al dodecafonismo, a la vez que la amplió y flexibilizó.
En 1959 estrenó el drama musical de cámara en un acto "La pendiente", en el teatro De los Independientes, considerada la primera pieza lírica de ambiente de Buenos Aires, temática que se manifestó en otras composiciones tales como "Homenaje a Roberto Arlt", "Viñetas porteñas" y "Fantasía para cuerdas", entre otras.
En 1962, la Municipalidad de Buenos Aires premió su "Romance de la ciudad de San Juan de la Frontera" y en 1967 obtuvo el primer premio por su "Sinfonía para un poeta". También su "Plataforma de fanfarria" mereció una distinción de la Secretaría de Cultura de la Nación. Y en 1980, al cumplirse los 400 años de la fundación de Buenos Aires, por encargo de la Municipalidad, compuso el poema sinfónico "Greenwich 58 Oeste".
Pompeyo Camps, del mismo modo que Héctor Panizza, con sus cuatro óperas estrenadas, "La pendiente", "La hacienda", de 1987, "Maratón", de 1990 y "La oscuridad de la razón", de 1996, se ubica entre los compositores argentinos más prolíficos en la materia, después de Arturo Berutti, Felipe Boero, Constantino Gaito y Alfredo Schiuma.
Es justamente en el terreno de la ópera donde la postura ideológica del compositor se descubre nítidamente con un mensaje de ríspido tema social, muy marcado en "La hacienda", una farsa trágica que el mismo autor explicó con motivo de su estreno en el Teatro Colón: "Lo imaginé como una parábola sobre el feudalismo en nuestra América y su componente, el filicidio. A su vez, feudalismo y filicidio representan las típicas y paternalistas dictaduras de América Latina".
En "Maratón", sobre libreto de Ricardo Monti, acción que gira en torno de una maratón de baile, Camps buscó crear una metáfora sobre la condición humana y en "La oscuridad de la razón", con un texto también de Monti, cargado de discutibles simbolismos, se inclinó por una postura erudita y discursiva, con una música fiel a su estilo y tendencia.
Más allá de que se haya compartido o no su ideología, es una realidad que la desaparición del músico, en la plenitud de sus facultades creadores, provoca una sensación de profundo vacío.
Más leídas de Espectáculos
"Temí por mi vida". Victoria Vannucci y Matías Garfunkel: de safaris en África y orgías en Europa a un divorcio sin bienes que dividir, cárcel y una casa rodante
La despedida de Cocineros argentinos. Un guiso federal, una choripaneada, el regreso del primer conductor y más de 100 invitados
"No teníamos para comer". Air Supply: tienen el mismo nombre, nacieron casi el mismo día y hace 50 años los unió Jesucristo