Angela Gheorghiu y Roberto Alagna, en el Teatro Colón
La soprano rumana y el tenor ítalo-francés abren el Abono Bicentenario, a puro glamour
Así como Cecilia Bartoli fue quizás la última diva del siglo XX y Anna Netrebko la primera del siglo XXI, la soprano rumana Angela Gheorghiu y el tenor ítalo-francés Roberto Alagna fueron la pareja de oro de la ópera entre la década de 1990 y lo que va del nuevo milenio, con sus dosis repartidas de triunfos musicales y escándalos de camarín. Pareja en un doble sentido artístico y sentimental, aunque, en el caso de ellos, no resulta sencillo separar esos dos aspectos, si se toma en cuenta que se casaron prácticamente en el Met de Nueva York, en 1996, después de actuar juntos en La bohème .
Si bien Alagna dirá que él y ella son una sola voz, los dos, por lo menos al hablar, no podrían ser más distintos. Gheorghiu mantiene cierta reserva, una reserva un poco irónica, es cierto, con un laconismo que quiere ser enigmático. Alagna, en cambio, cuenta expansivamente la historia de su bisabuelo peletero y también tenor que cantaba para la mafia en la neoyorquina Little Italy, y, para explicar que cada idioma tiene su propio color y su música particular, canta entusiasmado un pasaje del Oneguin, de Tchaikovsky. Ninguno de los dos parece sentir la menor ansiedad por el debut en el Teatro Colón, donde, como parte del Abono Bicentenario, harán hoy un programa doble con pasajes de Adriana Lecouvrer, de Franceso Cilea, y Tosca, de Giacomo Puccini. "Siempre me siento en casa, ¿sabe? El escenario es mi casa. Estuve toda mi vida allí arriba y no tengo diferentes voces para cada sala", explica Angela. "Para mí es muy especial -observa Alagna-. Mi abuela nació en Buenos Aires; mi bisabuelo hizo que viniera a nacer aquí cuando estalló la guerra en Nueva York entre las familias de la mafia. Y cuando yo era chico, ella siempre me hablaba de la ciudad, de la música, de la comida, del Colón y de Caruso. La primera vez que me llamaron para actuar en el Colón coincidió con la muerte de mi primera esposa y, por supuesto, no pude venir. La segunda tampoco pude porque murió ese gran maestro que fue Michelangelo Veltri. Y ahora que estoy finalmente aquí pienso mucho en mi abuela. En cierto momento, recuperé además el tango." Esta debilidad del tenor por el tango se hizo evidente en Pasión , el disco editado hace pocos meses en el que canta "La cumparsita", "Por una cabeza" y "El día que me quieras". "Me emociono cada vez que canto «El día que me quieras». ¡Qué letra!"
-Seguramente usted conocerá la frase atribuida a Caruso, según la cual Gardel cantaba con una lágrima en la garganta.
Alagna: -Sí, claro. Es que Caruso escuchaba a Gardel y le gustaba mucho, y también Gardel escuchaba muchísimo a Caruso. Eso se nota. En Gardel, uno descubre la impostación de la voz muy alta, y estoy seguro de que podía cantar sin micrófono. La idea de la lágrima en la garganta es muy importante. En eso reside realmente la emoción.
-¿Por qué optaron para el Colón por un repertorio más continuo, centrado en dos óperas, en lugar de arias de distintas obras?
Alagna: -A mí no me gusta mucho hacer un concierto solamente con arias o duetos de distintas óperas. Como es la primera vez que estamos acá, pensamos que hubiera dos papeles en los que Angela es la reina, como Adriana y Tosca. Para mí, es toda una prueba porque nunca antes canté Adriana... ; recién la voy a hacer completa la semana que viene en Barcelona.
-¿Cuál consideran que es la cualidad vocal más importante para cantar Puccini?
Gheorghiu: -¡Sería bueno que me lo dijera usted?! Lo más importante es ser expresivo. Cada compositor es diferente y la clave pasa por la comprensión de esas diferencias, por lo que sucede entre uno y el compositor. Yo nunca diría, por ejemplo, que Puccini me gusta más que otros. Me gusta también Puccini. No quiero que otros compositores se pongan celosos?
-Roberto, usted pasó por momentos difíciles en su vida. Pienso, sobre todo, en la muerte de su primera mujer. ¿Influyen de algún modo las experiencias personales en la manera de cantar?
Alagna: -Todo lo que te pasa en la vida se siente en la voz. La garganta es un instrumento muy frágil y sensible. Pero la verdad es que a mí me gustan las voces que transmiten emoción. Por eso me gusta la voz de Angela, porque tiene esa lágrima en la garganta de la que hablábamos antes. No se puede imaginar algo como Adriana o Tosca sin esa emoción.
-Una pregunta un poco más personal. ¿Cómo se hace para que una pareja tenga éxito en el escenario y fuera del escenario?
Gheorghiu: -El secreto es que no tenemos ningún secreto. Es cierto que vivimos todo juntos? ¡Qué historia! Pero somos gente normal. Vivimos cada día sin pensar en el siguiente. Todo ocurre de manera natural. Simplemente sucede, sin forzar nada. Debe ser ésa la razón por la que todavía estamos juntos.
Alagna: -Cuando conocí a Angela, fue algo fulminante. Es un amor tan poderoso que no podemos hacer nada el uno sin el otro. Somos como la imagen del otro en el espejo. Las voces son además muy similares en el color, en el fraseo. Nosotros no hablamos de cuestiones interpretativas, pero cuando escuchamos después las grabaciones a veces no podemos distinguir una voz de la otra. Cantar juntos es como rezar. De hecho, diría que para mí cantar es como rezar.
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