
El Trío Argentino presentó su disco
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Trío Argentino (Fernando Pérez, piano; Elías Gurevich, violín; Jorge Pérez Tedesco, chelo). Concierto de presentación del nuevo CD "Schubert - Fauré". Programa: Fauré: Trío en re menor, Op. 120; Schubert: Trío en Mi bemol mayor, D. 929, Op. Post. 100. A beneficio de FUNI. Teatro Colón.
Nuestra opinión: muy bueno
Tomando, como corresponde, las ideas del campo de la música popular, como La Renga en el Château Carreras o Fito Páez en el Gran Rex, el Trío Argentino lanzó al mercado su nuevo CD con una presentación en vivo, en este caso, en el Colón. Claro que si las multitudes acudieron desde todo el país hacia Córdoba para ver a una banda de culto, poca gente, lamentablemente, se acercó al Colón para ver en acción a uno de los conjuntos de cámara más destacados del medio nacional, el cual, desde hace varios años, viene transitando una senda de buenos trabajos y resultados. Y si el marco, que no fue el mejor por los amplios vacíos en el teatro, podría haber sugerido algún tipo de displicencia en la entrega, pues nada de eso pudo ser observado: el Trío dio lo mejor de sí, acaso pensando no en el público ausente sino en que cada uno de los presentes merecía el máximo empeño.
Programa desparejo
El programa, integrado por las dos obras del nuevo compacto, fue desparejo en las extensiones de una y otra -el Trío de Fauré dura unos veinte minutos y el de Schubert, más del doble, separadas ambas por un intervalo quizás innecesario o, al menos, opinable- y también en la valoración que sobre ellas pueda realizarse. Si el Trío de Schubert puede ser considerado una obra maestra, el de Fauré no pasa de ser una obra correctamente escrita. También en una y otra, el Trío Argentino mostró un desbalance sonoro general que, menester es remarcarlo, no se percibe en el CD, cuando, en el estudio de grabación, los micrófonos pueden remediar aquello que, en vivo, pudo ser notado con cierta claridad.
El asunto no tiene que ver con las capacidades técnicas de ninguno de los tres músicos -no pareció correcto, tal vez en un exceso de modestia, que los nombres de los integrantes del Trío Argentino no figuraran en el programa de mano- ni con el ajuste del ensamble o el enfoque interpretativo general, sino con la manifiesta preeminencia del piano por sobre los instrumentos de cuerdas. O, en sentido inverso, por el escaso volumen o por la decisión de no sacar a relucir un sonido más intenso por parte de Gurevich y Pérez Tedesco. Afortunadamente, Fernando Pérez es un músico estupendo y sus aportes siempre son magníficos y bienvenidos, pero, en definitiva, y valga la redundancia, las obras ofrecidas fueron dos tríos de tres instrumentos en igualdad de requerimientos y condiciones. El segundo movimiento del Trío de Schubert, por caso, con una melodía conmovedora, que siempre parece estar escapándose desde adentro del ciclo de canciones "Viaje de invierno", hubiera requerido de un instrumento que aportara intensamente todo lo que de vocal ella tiene. Sólo cuando la tuvo Pérez en sus manos asomó en toda su belleza.
Por lo demás, y si bien el desequilibrio señalado empañó un tanto la tarea general, también hay que decir que la música ofrecida gozó de lecturas apropiadas. En el Trío de Fauré, como ya fue señalado, una obra menor en comparación a su vecina de ocasión, no hubo aproximaciones "alemanas" ni de romanticismos desmedidos. En el de Schubert, una obra escrita casi un siglo antes y que está anunciando claramente al romanticismo por venir, más en su lenguaje que en su concepción general, tampoco hubo ecuanimidades clásicas inconducentes ni exageraciones sentimentales. Además, y esto no es un detalle secundario ni menor, Pérez, Gurevich y Pérez Tedesco, como ensamble de cámara, denotan un virtuosismo notable, con abundante proliferación de ajustes, precisiones y exactitudes.



