"Muchacha (ojos de papel)", el clásico que el propio Luis Alberto Spinetta tildó de "machista"
Todos conocen a "Muchacha (ojos de papel)" , el tema insignia del primer álbum grabado por Luis Alberto Spinetta con su grupo Almendra, en 1969. Algunos saben que está inspirado por Cristina Bustamante, su "primer gran amor", a quien tres años más tarde le dedicaría "Blues de Cris", de su segunda agrupación, Pescado Rabioso. Pero son pocos los que conocen el texto que escribió el mismo Spinetta, en 1987, como una suerte de "autopsia" del tema y que, publicado por el Suplemento Sí de Clarín, se tituló "Muchacha ojos de papel: desintegración abstracta de la defoliación". Un texto que hoy bien podría considerarse como la primera deconstrucción del rock argentino, en el que el "Flaco" llega a esbozar una autocrítica a su poesía: "Quedarse hasta el alba, que sólo el guía ve, representa a las claras una orden impartida (que subyace en cualquier pedido) y refleja la prosecución de una finalidad de parte del que pide", dice en un pasaje de este extenso texto y remata: "Instintivo argumento de un "padre represivo" quien, originalmente, acapara la organización de deseos en quien tutela. Aunque ésta no pueda verlo, podría desear algo que es ajeno al campo del impedimento, lo que origina un poder que rige a través de quien todo presencia". Años más tarde, Spinetta iría aún más lejos y tildaría de "machista" a la letra de "Muchacha", cuando el debate por la igualdad de género aún no estaba sobre la mesa.
Pero como dice Jack, vayamos por partes. Primero, lo que decía Spinetta sobre aquella musa que inspiró a esa muchacha de pequeños pies y pechos de miel. "La de la canción era Cristina Bustamante, mi primer gran amor. Ella vivía en el mismo edificio de Emilio (Del Guercio) y por eso lo conocía de vista. A veces se juntaban los fines de semana a charlar en la puerta, pero sin pasar a ser más que conocidos. Pero una vez nos quedamos solos en la casa de Emilio, porque sus padres habían viajado, y entonces invitamos a las chicas a tomar algo, a bailar, una especie de asalto. Y ahí, por primera vez, me sentí enamorado. En realidad ya me había enamorado varias veces pero siempre habían sido amores imposibles de realizar por diferencia de edad, no sé, me enamoraba de las maestras, de las pibas más grandes y después no pasaba nada, obviamente. Yo era un inepto absoluto en ese momento. Y bueno, todos esos pequeños amores desembocaron en un gran amor que fue el de esta muchacha ojos de papel, que fue un amor correspondido. Porque también ella me quiso mucho. Fue mi primer amor, mi primer gran amor, inolvidable amor. Y me inspiró una canción", le dijo el músico al periodista Víctor Pintos en 1984, en los estudios radiales de FMR.
La de la canción era Cristina Bustamante, mi primer gran amor. Ella vivía en el mismo edificio de Emilio (Del Guercio) y por eso lo conocía de vista
"Muchacha" fue el primero y muy probablemente el tema más popular de Spinetta, algo que hizo que el músico dejara de tocarlo durante muchos años, más allá de los insistentes pedidos de sus seguidores. "Cuando la estrenamos, fue tan rotundo el éxito de la canción que yo mismo lloraba, no lo podía creer. Ese tipo de cosas bien de pubertad, de 18 años. Amor", aseguró en una entrevista a fines de los 90. "Ella la conocía de antes, yo se la había cantado para ella en forma personal. Yo lloraba arriba del escenario, porque sentí que toda la gente se conmocionaba con eso. Al instante. Después vino el éxito. Sentí que la canción traspasaba la gente, lo mismo que cuando estrené "Plegaria para un niño dormido" o "Figuración", "Muchacha" traspasaba la gente. Con Almendra me cansé de ver chicos y chicas llorando, de emoción o de felicidad".
Cuando la estrenamos, fue tan rotundo el éxito de la canción que yo mismo lloraba, no lo podía creer. Ese tipo de cosas bien de pubertad, de 18 años. Amor
Cristina, musa spinetteana entonces, contó varias veces la relación que los unía: "Escuchábamos a los Beatles y dibujábamos; los tres dibujábamos bien: Luis, Emilio y yo. Y como yo sabía inglés y Luis no tanto, le traducía los temas de los Beatles. Para él era una especie de heroína del inglés". Luego de escuchar la canción por primera vez, la "muchacha" logró convencer al "muchacho" que cambiara una palabra de la letra. "Le sugerí un solo cambio; en el original Luis había puesto ‘senos de miel’, y yo le dije que eso parecía un catálogo de corpiños… Estuvimos de acuerdo en que ‘pechos’ quedaba mejor."
En 2010, en el ciclo televisivo Cómo hice, conducido por el Almendra Emilio del Guercio, Spinetta habló una vez más sobre este himno del rock argentino e hizo referencia también al texto que había escrito tiempo atrás a manera de "autopsia", en el que vinculaba a esta supuesta canción de amor inocente con los más bajos instintos del ser humano: "Cuando se cumplieron veinte años de la canción, hice un texto filosófico, desmitificando las bondades del individuo que canta. El que canta, es bravo… de alguna manera es algo que está en la sociedad humana, que es la dominación. El tipo a la mina quiere que se quede ahí y que no se mueva. Y quiere ser el único protagonista él, inclusive si es necesario la va a dejar embarazada, por eso fabrica un castillo en su vientre, para que no entre nadie… Es algo machista… y encima después le afana un color ¿Por qué pobre piba? Yo lo analicé mucho y la letra, bajo la superficie, es bucólica, amorosa… duerme un poco y yo entre tanto… vos dormí, que yo laburo… algo de eso hay".
Spinetta comenzaba explicando aquel texto titulado Muchacha ojos de papel – Desintegración abstracta de la defoliación, de esta manera: "Más allá de inscripciones cronológicas que responden al "momento" en el que Muchacha, como canción, se involucra en el poder de captación de la gente, una devanación se hace necesaria para mí, de manera tal que bajo un intento de estructura de certidumbre de la simbología del texto, me abra la cabeza".
Luego, con subtítulos como guía, el músico analizó cada una de las partes del tema.
"El papel no ve. La contraposición entre los simbolismos del título es el eje ante el cual el "azoramiento", momentáneamente, no se expresa en términos de un nombramiento virtual. Sino que debe introducir una subjetividad que "globalmente" sea la afirmación. Con lo cual, sin recluirse a los ojos de todos, el símbolo del personaje adquiere a la vez una significación individual para cada quien, sin tener en común para todos, más que la unicidad exclusiva y "sin nombre". Además, hay una subjetividad que debe ser reconocida en el hecho de que Muchacha posee las "virtudes de la blindación. Sus ojos. Blindados por un papel irreducible a lo transparente. Violencia simbólica en procura de seducción..."
"El personaje relator: Sueña un sueño despacito entre mis manos, hasta que por la ventana suba el sol. Desencadenar el reposo en Muchacha parece asomar como una finalidad, con el detalle de que ella debe acceder a una sutil sumisión que está representada por una localización entre las manos. Esto significa: a disposición de contención y palpación. Con el objeto de subyugar una porción aún más tangible que lo se vería teniendo ojos de papel..."
"Pequeños pies, no corras más. A pequeñas huellas, en algún momento, corresponden pequeños acontecimientos que no colaboran, o son directamente inútiles en sí, como para que Muchacha rompa el elipse simbólico de su propio poder. Es decir, el poder está en manos de quien se lo desea..."
Así, la extensa "autopsia" filosófica de "Muchacha" (que pueden leer completa aquí) cierra con la firma poética de Spinetta y marca también el sentir arrepentido de un ser ya deconstruido: "Nada más atroz que la inlatencia de la tiza para un corazón al que el orgasmo curaría".
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