Roto: el nuevo formato de grupo intergeneracional
Casi sin darse cuenta, el guitarrista y cantante Ramiro Sagasti del grupo platense Pérez combinó dos o tres elementos, agitó un poco la mezcla y terminó consiguiendo una fórmula inesperada y genial. "Natural", se encarga de definirla. Roto es el nuevo proyecto musical que comparte con su gran amigo y excompañero de Los Hermanos Makana, Kubilai Medina (Mostruo!), y con su hija Faustina Sagasti (Isla Mujeres), que a su vez sumó a su amigo Santiago Monroy (Muerte al Tío Cosa, Peruano).
¿Un supergrupo del llamado "indie platense"? Mejor una buena combinación de amistad, familia y música. "Santi (Monroy) y Fausti (Sagasti) habían empezado a juntarse a tocar en casa, y un día me salió una fecha como solista -recuerda Ramiro-. Les pregunté si querían tocar conmigo y, ya que estábamos, invité a mi amigo el Kubo (Medina). Ahí arrancó Roto, recuerda Ramiro. Hace algunas semanas lanzaron el homónimo Roto, un álbum de once canciones en las diferentes partes suman un todo inédito.
Desde el beat bailable de "Mirá", que irrumpe de entrada, hasta el shoegaze de "Perros" o el grito rockero de "Luz", no hay voz principal ni género que prime por sobre el resto. "La mayoría del disco está hecha con primeras tomas, todas derechas. No importa si está un poco pifiado, es una música bien enfocada en la interpretación y en el momento. En el tiempo presente", describe Ramiro y borra de un tirón todo tipo de brecha generacional en la banda. "Es música, es otra manera de dialogar con amigos y con mi hija, las personas que más quiero en mi vida", expresa orgulloso.
Entonces, ¿qué se siente al tocar con tu gran amigo de toda la vida y tu hija en la misma banda? Ramiro dice que hay un "relax" que lo facilita todo. "Generalmente cuando arrancás un proyecto nuevo te cuesta algo de tiempo encontrar ese relax en el ensamble arriba del escenario. Pero con Roto, tanto en los vivos como en el estudio, sale todo muy natural. Tocar con Fausti es hermoso y toqué siempre con ella. Hasta grabamos un disco juntos con otro proyecto, Los Viernes -recuerda Ramiro-. Atravesé su adolescencia de una manera muy copada. Si bien siempre está presente la relación padre e hijo, y todo lo que puede pasar entre una adolescente y su papá, la música hizo que fuera supercopado. Tenemos una relación muy linda, la música ayudó y ayuda". El disco Roto sorprende porque no es un capricho de relaciones, sino una obra al nivel de las mejores. Y en La Plata sigue germinando buena música.
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