Se despide el trío Fattoruso
Se despide en Buenos Aires, una ciudad de encomiable propensión a absorber lo bueno del mundo, uno delos grupos más importantes del Río de la Plata. El trío Fattoruso se toma vacaciones debido a la partida hacia Nueva York de su bajista Francisco (hijo de Hugo) que comienza una prometedora carrera en el corazón mismo del jazz. Hoy, a las 22, y mañana, a las 21.30 y a las 24, el grupo cierra una etapa y le dice adiós en Uno y Medio, Suipacha 1025, a esta historia.
El trío, tal como hoy lo conocemos -Hugo en teclados, Osvaldo en batería y Francisco en el bajo- se reunió a mediados de 1999 para actuar en Tobago, a instancias de su directora artística, Diana Glusberg, que puso toda su energía en aquel encuentro, en el que el combo demostró la fuerza musical de esta familia.
Por aquellos días, quienes asistían a Tobago no salían de su asombro ante la llegada de Francisco al grupo, un músico que con sólo 19 años evidenciaba una sorprendente madurez y hablaba el mismo y rico idioma que Hugo y Osvaldo.
Si bien ya no se podrá disfrutar del grupo en vivo, el trío deja un legado discográfico que, según se espera, verá la luz en algún tiempo. Precisamente, el encuentro con LA NACION es en el estudio Circo Beat, donde el combo grabó en dos intensas jornadas 23 temas que serán parte de su inminente producción, "Brainstorming", y la música de otra placa de carácter acústico, una verdadera rareza para este trío básicamente eléctrico. La troika oriental respira una paz creativa mientras escucha el material que acaba de quedar registrado; Francisco parece la "mente" detrás del grupo, es quien pone la energía para llevar a la placa la idea conceptual del grupo.
"Ahora queda la masterización", dice Osvaldo, con barba de dos días y un cierto cansancio en su mirada. "Cerramos este capítulo con 23 temas", advierte y recapitula la historia.
"Dejaremos de tocar un tiempo, pero con Francisco en Nueva York creo que saldrán otras historias. En principio, en dos meses estaría "Brainstorming" (Tormenta cerebral), para el sello Big World Music", cuenta el baterista, al tiempo que señala a su dueño, Neil Weiss, que bajó de Nueva York para supervisar directamente lo que será editado en estos meses venideros.
Mientras que Osvaldo cada vez tiene más trabajo en Buenos Aires, no sólo como músico (Daniel Maza y en el grupo de Belén Pérez Muñiz) , su actividad como profesor se incrementó marcadamente ("cada día son más los músicos que están interesados en aprender candombe", dice). Probablemente, cruce su domicilio a Buenos Aires.
Osvaldo se aparta del centro de la reunión y se lo cede a Francisco. Con 24 años tiene una notoria madurez de carácter y su inminente viaje a Nueva York no le quita el sueño. Viajero, desde joven vivió en un país (Uruguay) y trabajó en otro (Argentina) cuando era parte de los Illia Kuriaki. Es como su familia, un artista andariego.
Comienza por repasar su hoja de ruta: "Primero llego y me tengo que presentar en ese mundo. Tengo material y, además, la posibilidad de producir o colaborar en la producción de música para Big World Music, pero voy a ver qué pasa", dice el músico, uno de los bajistas más interesantes de esta región, al punto que será uno de los principales protagonistas del disco de homenaje al gigante del bajo eléctrico Jaco Pastorius que saldrá en los Estados Unidos a fines de octubre.
En efecto, Neil Weiss guarda el testamento musical de este músico fallecido trágicamente el 21 de septiembre de 1987 en la Florida y prepara para fines de octubre el lanzamiento de un disco con 10 temas del artista tocados por bajistas como Marcus Miller, entre otros. El único track que no es de Pastorius es de Francisco Fattoruso. Una presentación en sociedad más que interesante.
"Tenemos planes para seguir tocando como trío, pero en proyectos de otro alcance. Se está definiendo una gira por Japón y otra por Europa que nos reuniría, pero en el hemisferio norte", dice Francisco.
El huracán de Hugo
La entrada de Hugo al salón es repentina. Llega rodeado de un brillo, de una luz propia, un músico que Pastorius tenía como ejemplo de apertura mental. En sus alforjas lleva dos discos, "Eras" y "The Shaker", trabajos que lo describen como un músico de una saludable inquietud como compositor e intérprete. Sendas placas aún necesitan de algún tiempo para ser saboreadas por el público.
Para Hugo los cambios son necesarios. Su mundo musical es de una riqueza tal que le permite abordar dos proyectos simultáneos tan disímiles como ir hacer tango a Honduras, El Salvador y Guatemala acompañando a la novel cantante uruguaya Mabel Hopenhaym y luego recalar una temporada en San Pablo, donde se presentará en trío con dos músicos locales.
"Tengo una vida intensa, la música, los viajes y los distintos músicos con los que toco son mi energía", dice como justificando esa fuerza vital que lo mueve.
Su actividad comprende Rey Tambor, con Diego Paredes en tambor piano, Fernandito Núñez en tambor chico y Nicolás Peluffo en repique. Acaba de grabar un disco y se presentarán en Buenos Aires el 14 y 15 de noviembre.
También cuenta que se grabó en minidisc la segunda manga del grupo de candombe Ansina. "Son treinta tambores, más o menos, que suenen a Africa. Es una cuerda tremenda que te para los pelos", dice Hugo Fattoruso, al tiempo que siente la necesidad de explicar ese mundo.
Los tres encuentran en la música su forma de expresión y la obligada separación les genera un "hasta pronto". Será porque además del arte los une una indisoluble relación de sangre. El adiós es sólo un punto de partida.
Para agendar
Trío Fattoruso
Se despiden con tres conciertos. Uno y Medio Suipacha 1025 Tel. 4313 0255
Hoy, a las 22 y mañana, a las 21.30 y a las 24. $ 18
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