The Bangles: Elvis, una interpretación "desnuda" y el lento que hace 30 años enamoró a una generación
No fue el primer corte de difusión. Y casi queda fuera del disco. Pero cuando "Eternal flame" llegó a las radios, algo "mágico" pasó. Esa balada aparentemente melosa, llena de coros, campanitas, arreglos de teclados y vientos; alejada del ritmo filoso y juguetón de anteriores hits de las Bangles, rompió cualquier previsión y se convirtió en uno de los más escuchados de la primavera de allá y el otoño de acá de 1989. El tema que más se esperaba a la hora de los lentos. Y uno de los que mejor traducía al idioma de su época (esos ochenta tan de fantasía, tan de frivolidad plástica como imaginativa) aquella tradición anterior de baladas románticas que sabían montar la épica y alcanzar el cielo.
"Cerrá los ojos, dame tu mano, ¿sentís mi corazón latiendo? ¿Lo entendés? ¿Te pasa lo mismo? ¿O sólo estoy soñando?", cantaba con tono algo añiñado Susanna Hoffs, la bangle morocha y de ojos verdes que pronto abandonaría la banda por su coqueteo con el cine y una ilusión de estrellato mayor (nada de eso sucedería después). Pero que entonces todavía conformaba un grupo poderoso junto sus compañeras y amigas: las hermanas Vicki y Debbi Peterson en guitarras y batería, y la exintegrante de Runaways, Michael Steele, en bajo. Las cuatro cantantes y lindas. Las cuatro compositoras y actitud bien al frente. Las cuatro mujeres.
"La prueba de que mini faldas y guitarras eléctricas pueden ir de la mano", se comentaba entonces en referencia al look, tan aguerrido como femenino, de la que hacían gala las Bangles, favoritas de Prince (les regaló "Manic Mondays", que ellas convirtieron en hit) y atracción directa para un público cuya avanzada en los recitales, contra la valla, se componía principalmente de chicas. "Nunca dudamos de que la banda iba a funcionar", le dijeron a Rolling Stone cuando "Eternal Flame" todavía no había salido pero ya se codeaban con la plana mayor del ambiente musical de Los Angeles y sus videos rotaban sin cansancio por MTV. "Estaban todos estos grupos como The Go-Go's o The Knack, a los que la prensa estaba prestando atención. Pensamos que por ahí no iba a haber lugar para nosotras, pero por suerte nos equivocamos".
Y es que tras el éxito en 1986 de "Different Light" (que además de "Manic Monday" contenía "Walk Like An Egyptian") la apuesta de la banda (y del sello) era repetir el impacto. Y por eso a Hoffs se le ocurrió convocar a la dupla Billy Steinberg-Tom Kelly, reconocidos colaboradores de Madonna, Heart y Cyndi Lauper, para trabajar juntos en algunos temas. "Susanna nos hablaba mucho de 'Unconditional Love', el tema que habíamos hecho para Lauper. Una canción que no habría desentonado en Revolver, de los Beatles. Nos dijo que quería lograr una melodía así. Estaba como envidiosa. Le dijimos: 'Susy, quedate tranquila. Vamos a hacer un tema mejor que ése'", relató Steinberg al sitio Songfacts. Y cumplió.
El disparador lo encontraron cuando Hoffs les contó que hacía poco habían visitado Graceland, la residencia de Elvis Presley en Memphis convertida en memorial, y que sobre la lápida de su tumba habían encontrado una "llama eterna" encerrada en un recipiente de vidrio hexagonal que, insólitamente, aquel día estaba apagado porque "llovía". "Ahí se me prendió la lamparita", contó Steinberg. "Una llama eterna: qué buen título para una canción", pensó.
Entre las tres, entonces, se pusieron a trabajar sobre la idea un amor que como una "llama eterna" fuera tan fuerte que no se consumiese nunca. "Un fuego tan eterno como el del sol", graficaron. Por el lado de lo musical, en tanto, le buscaron una melodía de corte beatlesca, aunque para las armonías de voces pensaron en los Beach Boys. "Una de las particularidades del tema", reveló Steinberg, "es que no tiene estribillo: son sólo estrofas y un puente repetido dos veces. Una estructura poco habitual para una canción pop, aunque los Beatles la usaron en temas como 'We Can Work It Out'".
Cuando terminaron el demo, Susanna Hoff lo llevó al estudio donde sus compañeras ya se encontraban grabando las otras canciones para Everything, el tercer disco. Y gustó, lo aprobaron. Aunque eso no evitó que casi quedara fuera del disco. La canción que más y mejor iba a marcar la memoria emotiva relacionada con las Bangles casi queda inédita. Explica la cantante: "Como era un tema sin batería yo veía que iba quedando relegado, sin trabajar por parte nuestra. Hasta que un momento les dije: 'Ey! ¿Y 'Eternal flame'? ¿Qué pasa? ¿No la vamos a grabar? Hasta me daba incomodidad mencionarlo".
La cantante cuenta que David Sigerson, el productor, la miró con condescendencia: "Está bien, está bien. Vamos a hacerla. Pero tendremos que meterle varios arreglos para que no desentone con el resto del disco". Ahí entonces fue que entraron las campanas, los teclados, los vientos, las armonías vocales de las cuatro Bangles. Y un solo de guitarra de Vicki Peterson que se llevó la admiración de Susanna: "Su intervención fue tan buena y hermosa que todavía me emociona".
Pero faltaba la parte de la voz principal, la interpretación de Hoff. Según contó en "I'M In A Girl Group", un documental de la BBC sobre bandas integradas sólo por chicas, Susanna se desnudó en el estudio para cantar su parte a partir de una chanza de Sigerson, que empezó a decirle que Olivia Newton John había hecho lo mismo para imprimirle la suficiente emoción a sus principales hits. "Wow, pensé yo. Eso sí que es una buena técnica. Quiero probarla", resolvió entonces sin saber que el relato había sido todo un invento del productor. Lo cual obviamente la molestó.
"Siento que en todo lo relacionado con 'Eternal flame" tuvo mucho que ver mi esfuerzo", contó años más tarde al sitio Songfacts. "La sensación era que podía quedar relegada y quedar fuera del disco. Entonces, cuando finalmente la grababamos y tuvo el éxito que tuvo lo sentí como un triunfo personal". El tema (segundo corte del disco Everything, luego del poco recordado "In Your Room") llegó al número uno en nueve países y se convirtió en su último gran éxito hace exactamente 30 años. Poco después la banda entró en un espiral de discordancia interna y confusión que la llevó a separarse hasta principios de 2000, cuando grabaron un cuarto álbum, salieron de gira con la formación original y protagonizaron un pequeño revival. Y si hablamos de revival, allí está la película que acaba de estrenar Netflix, Entre vino y vinagre, que utiliza al clásico como parte de la banda de sonido de un grupo de amigas de cuarenta y pico que realiza un viaje a unos viñedos californianos.
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