Una década de nuevas melodías
Alejados de las luces del centro, brillan con luz propia en el barrio de Belgrano. Son Los Solistas de Música Contemporánea, un grupo de siete instrumentistas que tiene su "casa" en la Asociación Cultural del Colegio Pestalozzi (Freire 1882) que celebra 10 años de actividad ininterrumpida con el último concierto del año, con entrada libre y gratuita, el sábado próximo, a las 20.30.
Son Patricia Da Dalt (flauta), Lucrecia Jancsa (arpa), Elías Gurevich (violín), Marcela Magin (viola), Jorge Pérez Tedesco (chelo), Susana Kasakoff (piano), más Andrés Spiller en su doble calidad de oboísta y director musical. Se trata de músicos que, además de una extensa y reconocida trayectoria en orquestas y como intérpretes de música de cámara, se interesan por el repertorio contemporáneo.
¿Por qué el Pestalozzi? Porque, desde 1993, la institución educativa tiene como director de su Asociación Cultural al compositor Claudio Alsuyet.
Alsuyet, que se formó con Guillermo Graetzer y obtuvo la Beca Antorchas en 1998, le propuso a Andrés Spiller (su extenso e intenso presente lo señala como integrante de la Sinfónica Nacional, en calidad de oboísta y subdirector de la orquesta, miembro de la Camerata Bariloche) realizar una serie de conciertos en el auditorio del Pestalozzi, un espacio ideal para el repertorio de cámara. Y con un buen piano. Así, entre una programación con muestras de artes plásticas, cursos de teatro y conciertos, la música contemporánea se transformó en una característica distintiva de la institución educativa.
"A Andrés lo conocí cuando asistí al Camping Musical Bariloche de 1993. Vimos la posibilidad de hacer algunos conciertos con la participación de instrumentistas del nivel que finalmente tuvo el grupo. Y quisimos marcar una diferencia: ensayar un poco más de lo habitual para que las obras suenen lo mejor posible. Por eso apostamos a un número reducido de conciertos", explica Alsuyet, en diálogo con La nacion.
Esta temporada de los diez años terminará con solamente tres, pero con un perfil bien definido. Es que, además de mantener un alto nivel de interpretación, los Solistas de Música Contemporánea se destacan por la diversidad estética del repertorio y una autoimposición: siempre hay por lo menos un estreno mundial de obras encargadas por el propio grupo a compositores argentinos.
Así, Los SMC estrenaron más de treinta obras para uno o varios de sus integrantes, por creadores de diferentes generaciones como Julio Viera, Germán Cancian, Pablo Cetta, Salvador Ranieri, Jorge Horst, Antonio Zimmerman, Carlos Mastropietro, Antonio Moliterni, Marcelo Delgado, o Teodoro Cromberg, entre otros.
Cuatro estrenos
En el concierto de festejo de este sábado no será uno sino cuatro los estrenos: del propio Alsuyet, el rosarino Jorge Horst, Salvador Ranieri y Dante Amícola, más piezas de Washington Castro y Manolo Juárez , completando un menú ecléctico y, en este caso, enteramente argentino de obras para diferentes combinaciones de oboe y trío de cuerdas.
Andrés Spiller sostiene que la elección de los autores a los que les encargan obras "es bastante abierta, no estamos enrolados con ninguno de los grupos de compositores que funcionan en Buenos Aires". Una amplitud que aplican también compositores extranjeros del siglo XX, de Ligeti a Gubaidullina y de Debussy a Takemitsu.
-¿Por qué decidieron bautizar al grupo como "Solistas"?
Andrés Spiller: -En casi todos los programas se tocan obras para instrumentos solos que requieren un esfuerzo individual muy grande. Y por las características de los integrantes del grupo: todos son músicos que se destacan en el campo de la música contemporánea como tales.
-A partir de estos diez años de este experiencia, ¿cuál es el perfil que podría trazarse sobre la producción musical contemporánea en la Argentina?
Spiller: -Cuando empezamos, en el ambiente de este repertorio se solía hablar de "escuelas": los gandinianos , los etkinianos. Puede que haya habido algo así en un principio, pero los compositores van tomando caminos individuales, sin renegar de su pasado, y se forman luego su propio camino en el mundo de los sonidos. Es similar a lo que ocurre a nivel internacional. Si bien hay movimientos como para encasillar gente, ahora todo es más libre. ¡En una época era muy mal visto no ser serialista, y luego, al revés ! Ahora hay más apertura y libertad. Hay gente joven que de repente está escribiendo música tonal, como Benzecry o Guareschi, por ejemplo.
-¿Como intérprete le interesa la diversidad?
Spiller:-Sí. Claro que, al tener que hacer una selección, de alguna forma uno está juzgando. Pero con una conciencia de que es un juicio momentáneo: el de la historia puede ser el mismo u otro. Creo que hay que ser muy cuidadoso en cuanto a definiciones demasiado duras. Eso sí, con una cierta experiencia acumulada, uno abre una partitura y se da cuenta si el que la escribió estudió composición o no. Esto es: si domina el material o no, que me parece algo fundamental. Es importante que sea un profesional que sepa componer, instrumentar. A veces te das cuenta de que lo que está escrito no va a sonar y otras que hay un trazo de un compositor hábil más allá de que no sea el lenguaje preferido de uno. En este momento la producción creció enormemente.
-Alsuyet, ¿qué perspectiva tiene usted teniendo en cuenta su papel de coordinador y compositor?
Alsuyet: -Aprendí mucho de la apertura de Andrés para mirar otras obras. Uno carga con más prejuicios. Yo observo dos tendencias. Están los que abrazan fuertemente las técnicas y los que buscan, se equivocan y aciertan alternadamente. Mi corazón, más allá del gusto, está en esa actitud.
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