Oscar Martinez: “El hombre y la mujer no somos iguales”

Su mujer acaba de morir y él se resiste a cumplir con su último deseo: que la cremaran y esparcieran sus cenizas en la costa de Marbella. Bernardo (Oscar Martínez) es un arquitecto exitoso, por momentos soberbio y machista, que emprende un revelador viaje a España, donde descubre aspectos desconocidas de la mujer con la que vivió 40 años. "Yo, mi mujer y mi mujer muerta" es un filme del sevillano Santi Amodeo que empieza en La Argentina y continúa en España, una comedia dramática que lleva al protagonista a una transformación. Oscar Martínez, quien fue galardonado con la Copa Volpi al Mejor Actor por su interpretación en "El Ciudadano Ilustre" y que en 2017 fue elegido académico de número en la Academia Argentina de Letras, reflexiona sobre el matrimonio, el feminismo y la cultura en Argentina.

-¿Hay una o dos mujeres en la película?

-La historia devela que no es única, que hay dos en una. El viaje más que un viaje físico, será un viaje mucho más movido. Sobre todo cuando llega a Marbella y empieza a descubrir cosas que le demuestran que su mujer no era sólo la que él creía conocer. Por ejemplo, se entera de que frecuentaba un club nudista, pero lo niega, no quiere aceptarlo; hasta que ya no tiene más margen para evadirse de la verdad y la enfrenta.

-Termina siendo un viaje de transformación.

-La película es muy conmovedora porque finalmente se convierte en una historia de amor. él se transforma al tener que aceptar lo que la vida tiene para enseñarle y cambiar.

-Muchas veces sucede que creemos conocer a nuestra pareja a fondo y sin embargo hay lugares adonde no hemos llegado.

-Y es bueno que sea así, porque cuando se pierde ese misterio se esteriliza la pasión, el erotismo. No hay que creer que uno tiene colonizado al otro, así como el otro no nos tiene colonizados a nosotros. Todos tenemos distintas facetas, somos muchos seres al mismo tiempo.

-Bernardo es un hombre machista y el machismo hace que el hombre se pierda ciertas características de la mujer en esa estructura, facetas que podría disfrutar y que al mismo tiempo lo alejan de ella, ¿es así?

-Sí, absolutamente. Todos venimos de una mujer y tenemos células femeninas, y si no nos abrimos a nuestra parte femenina, a la sensibilidad, a la intuición y, por otro lado, encasillamos a la mujer, nos perdemos lo más interesante para compartir y disfrutar en pareja.

-¿Cómo ves a la mujer en el contexto actual y su revolución?

-Yo fui feminista siempre, tengo cuatro hijas mujeres y estoy a favor de la igualdad de derechos de género en todos los órdenes, pero defiendo la diversidad entre el hombre y la mujer; no somos iguales, somos complementarios.

-¿Creés que hay una confusión ahí?

-En querer ser iguales que el hombre, sí. Creo que está muy bien que luchen por tener los mismos derechos, y en eso estoy al lado, pero somos diferentes y complementarios. Lejos del sometimiento o la esclavitud. El espíritu de la femineidad, que yo amo profundamente, a veces se pierde en la guerra.

-¿Cómo es hacer cine en el exterior y en coproducción con Argentina?

-Hice cuatro películas fuera del país, esta es una, además de "Vivir dos veces", de María Ripoll, una comedia dramática española con Irma Cuesta. "Tú me manques", una coproducción entre Estados Unidos, México y Bolivia. Dirigida por Rodrigo Bellott, el filme se rodó en Nueva York, y "La Misma sangre" coproducción chilena. A mí me gusta mucho, celebro las coproducciones. El mundo de habla hispana está integrado por 800 millones de personas y nosotros podríamos enriquecernos y trabajar de manera conjunta en muchos casos aunando esfuerzos económicos y artísticos y, así, enriquecer a la industria. Me encanta salir y trabajar en el exterior, todas las últimas experiencias fueron muy gozosas.

-¿Cómo ves la cultura en Argentina hoy?

-No es fácil hacer un balance. Siempre ha habido una evolución importante, pero está opacada en relación a otras épocas, por motivos económicos. Pero además hemos sido ganados por cuestiones de orden político y social en los últimos años.