Cuando el protagonista de Perfume de mujer conoció por primera vez a la triple ganadora del Oscar aseguró sentirse “poco impresionado” por ella; sin embargo, con el correr del tiempo, una tragedia los fue uniendo y se convirtieron en amigos incondicionales desde entonces
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“Cuando lo conocí, yo no era nadie, me acuerdo cómo me temblaba la voz cada vez que quería decirle algo y cómo bajaba la mirada. Eso me hizo pensar en el efecto que puede tener la fama en otra persona, y en cómo no me gustaría generar algo similar en alguien que no es parte de este medio o que recién está comenzando. A fin de cuentas, somos todos individuos”, expresó Meryl Streep en una reveladora entrevista para Good Morning America, en la que recordó cómo fue la primera vez que se encontró, cara a cara, con unos de sus máximos ídolos en ese momento: Al Pacino.
El actor venía de protagonizar nada menos que El padrino y su secuela, Serpico y Tarde de perros, y Streep, a sus 29 años, recién estaba irrumpiendo en la industria cinematográfica con un rol secundario en Julia de Fred Zinnemann, película para la que se estaba preparando cuando, en 1976, Pacino fue invitado a verla al teatro en una puesta de la obra de William Shakespeare, Medida por medida. Si bien con el tiempo se convertirían en grandes amigos, en ese entonces Pacino reconoció haber juzgado a Streep de manera muy dura. Los actores fueron presentados por John Cazale, colega y compañero del actor en El padrino y Tarde de perros, y quien se convertiría en uno de los grandes amores de Streep.
En ese momento, Cazale quería que esa mujer de la que se estaba enamorando en los ensayos de la obra en la que trabajaban juntos y su querido amigo pudieran tener una relación amistosa, por lo que propició una salida de a tres para que ellos pudieran a conocerse. Como revelaría el protagonista de Caracortada, Cazale estaba buscando la opinión de Pacino sobre Meryl.
Sin embargo, esa noche no empezó de la mejor manera, como recordaría Pacino años más tarde. En primer lugar, porque prefirió no ver la obra y, en segundo lugar, porque tuvo una actitud de altanería con la actriz, quien a su vez no le generó una buena impresión. “Me pareció una persona normal, pero demasiado tímida, algo que podía entender, pero de todos modos no me hablaba”, expresó el actor sobre ese primer encuentro y añadió: “Naturalmente, pensé que la mala impresión era mutua, pensé que le caía pésimo”.
De acuerdo al testimonio de Pacino, Cazale le hablaba de ella constantemente, siempre remarcando su inteligencia y candidez, pero también asegurándole que tenía un enorme talento que estaba por ser descubierto. Tuvo que generarse un segundo encuentro para que Pacino y Streep pudiesen tener una relación fluida, ya que ella se sentía intimidada por él, y él confundía esa timidez con desinterés. “Como siempre, John tenía razón sobre todo lo que decía de ella”, manifestó. Asimismo, pudo comprobar que iba en camino a la grandeza interpretativa. “Mis amigos actores, cada vez que se enamoraban de una colega, me decían: ‘Oh, Al, es la mejor actriz del mundo’ y me ponían en la posición de tener que decirles: ‘Oh, sí, bueno, no es tan mala’; con Meryl no tuve que fingir, fue lo que él me dijo”.
En 1978, Streep formó parte de El francotirador, la memorable película de Michael Cimino en la que también actuaba Cazale. En lo que fue su segundo trabajo en cine, la actriz obtuvo su primera nominación al Oscar, galardón que ganaría por primera vez dos años después, por el drama Kramer vs. Kramer. En cuanto a su relación con Pacino, esta se fue volviendo cada vez más estrecha, no solo por cómo se unieron ante el dolor por la prematura muerte de Cazale, sino también porque se descubrieron como personas con intereses en común.
Aún así, pasó mucho tiempo hasta que un proyecto los reunió, y fue nada menos que en la adaptación televisiva de la enorme obra de Tony Kushner, Ángeles en América, dirigida por Mike Nichols para HBO y con guion del dramaturgo, emitida hace nada menos que 20 años. “Trabajar con Meryl te hace sentir seguridad, confianza, porque tiene ‘eso’, una forma de cuidarte sin descuidar lo que está haciendo con su personaje, a mí me ayudó muchísimo”, declaró Pacino durante la promoción de la miniserie por la que ambos ganaron premios Emmy de la Academia televisiva.
En efecto, los actores se conocían como amigos, pero nunca habían colaborado en un proyecto, por lo que todo resultó novedoso. “Yo también me sentí cuidada por él, porque no conocíamos la manera en la que el otro trabajaba, cuál era su método, pero existía una confianza ciega, y a veces nos juntábamos a hablar solos, formando nuestra propia burbuja”, amplió la actriz.
Meryl Streep y John Cazale: un amor breve signado por el dolor
El amor que sentía Cazale por Streep era mutuo, pero aguardaron un tiempo hasta ponerlo en palabras. “No había nadie como él (...). Podía transformar algo sin sentido en otra cosa de mayor significado. Nunca conocí a alguien así. Lo que tenía era una cierta especificidad, humanidad y curiosidad por aprender más de la gente, era muy compasivo”, dijo la actriz sobre ese hombre del que no pudo evitar enamorarse ni bien lo conoció. “Una vez que empezó con los ensayos de la obra de Shakespeare, de lo único que hablaba era de ella”, recordó un amigo de John, el actor Marvin Starkman. Lo mismo le sucedió a Pacino, quien fue a conocerla tres la función por pedido expreso de Cazale, quien era un hombre muy reservado, hasta que Streep lo ayudó a mostrarse más espontáneo.
Según el biógrafo de la actriz, Cazale no era tan racional cuando se trataba de Meryl y, al saber que era el amor de su vida, no esperó demasiado y le pidió que se mude con él a su departamento de Tribeca. En ese momento, Streep estaba abocada a su debut cinematográfico cuando una inesperada noticia la sacudió. Luego de una función de la obra Agamenón, Cazale se empezó a sentir mal y debió ser internado de urgencia. Ella no se separó en ningún momento y recibió la peor noticia sosteniéndole la mano. El actor fue diagnosticado con un cáncer de pulmón que ya había avanzado demasiado como para ser tratado.
“John quedó callado, y por unos minutos Meryl también. Pero como la actriz no es una persona que sucumba fácilmente a la adversidad, lo miró y le preguntó a qué lugar le gustaría ir a cenar luego”, escribió el biógrafo de la actriz en su libro, Her Again. Cazale tardó en contarles la mala noticia a sus seres queridos. De hecho, cuando lo hizo, fue Pacino quien lo persuadió a realizarse sesiones de radiación para luchar contra la enfermedad. Sin embargo, el actor solo quería enfocarse en El francotirador, su última película y la primera junto a su pareja.
Durante el rodaje, su compañero en el film, Robert De Niro, pagó por su seguro médico por miedo a que lo despidieran del largometraje: “Estaba más enfermo de lo que creía, pero yo quería que estuviera en la película”, declaró. Además, Streep amenazó con renunciar al proyecto para que su pareja pudiera seguir trabajando. Cuando dicho rodaje finalizó, Meryl se embarcó en otra filmación, la de la miniserie Holocausto, que tuvo lugar en Austria, para afrontar los gastos médicos de Cazale. La actriz volvió a Nueva York tras dos meses y medio de rodaje, y se encontró con un panorama desalentador que la condujo a retirarse por cinco meses de la actuación para no separarse de su primer gran amor.
“Meryl siempre fue muy perseverante, optimista, y ese espíritu, esa perspectiva, la trasladó a su novio, sin hacer dramas ni cuidarse de sí misma, simplemente hizo lo que tenía que hacer por él”, expresaban sus allegados. Por otro lado, Streep le contaba su situación a su profesor de teatro a través de cartas. “Mi novio está enfermo y lo están cuidando muy bien en el hospital; yo trato de no flaquear, pero estoy preocupada todo el tiempo, y pretendo estar alegre, lo cual se convirtió en el trabajo más física y psicológicamente extenuante que he hecho en mi vida”, se sinceró Meryl en una de sus misivas. John Cazale falleció en Nueva York el 13 de marzo de 1978.
“El médico le dijo ‘se fue’, pero Meryl no estaba lista ni para escucharlo ni para creerlo”, contaron sus amigos, como Pacino, quien recordó: “Por más genial que sea en su trabajo cuando pienso en Meryl no pienso en eso, sino que recuerdo a esa chica que estaba con John. No había nada como eso, y es eso lo que la define”, expresó. Con el tiempo, la actriz siguió adelante con su vida y se casó con su actual marido, Don Gummer. De todas formas, el recuerdo de Cazale sigue intacto, como ella misma explicó: “No lo superé. No lo quiero superar. No importa lo que hagas, el dolor está siempre ahí en algún rincón de tu mente, y afecta todo lo que sucede en tu vida posterior. Creo que podés asimilar ese dolor y seguir adelante, pero sin obsesionarte con ello”.
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