La pareja dio el presente en el tradicional Baile de la Rosa de Mónaco
La familia Grimaldi inauguró el calendario social y festivo del Principado con el Baile de la Rosa, la celebración que abre las puertas a la primavera y que, año tras año, rinde homenaje a la memoria de la princesa Gracia recaudando fondos para su fundación. El baile estuvo inspirado en "la belle epoque", con sus plumas, flecos, pailletes, sombreros, collares infinitos y pedrería.
La princesa Carolina, presidenta de la Fundación Princesa Gracia, fue la encargada de elegir la nueva temática de la tradicional cita, que se realizó en la sala de las estrellas del Sporting Montecarlo, y contó con la invalorable colaboración de su amigo el diseñador alemán Karl Lagerfeld. Por unas horas, el salón se convirtió en un gran casino en el que no faltaron las ruletas, los juegos de cartas, las fichas y, lo más importante, numerosos 'jugadores' de excepción que acompañaron a la familia Grimaldi en esta especial fecha como las modelos Cara Delevingne y Natalia Vodianova, que acudió con su marido Antoine Arnault, heredero del imperio LVHM (que engloba marcas como Louis Vuitton, Möet Chandon, DKNY, Givenchy, Gucci o Loewe), el pintor y escultor colombiano Fernando Botero, o la cantante de Burundi Khadja Nin.
A pesar de que una de las más esperadas de la noche fue la princesa Carolina, que reapareció en su primer acto público tras convertirse en abuela por primera vez, todo la atención se la llevó su hija, Charlotte Casiraghi, que asistió acompañada de su novio, el actor Gad Elmaleh. Enamorados e inseparables, la pareja se mostró de lo más cómplice, regalándose delatadoras miradas que los fotógrafos pudieron captar con sus cámaras. A principios de este año, cumplieron su primer aniversario juntos.
Charlotte deslumbró con un precioso vestido de color rosa pastel con cola de plumas que por delante dejaba al descubierto sus estilizadas piernas. Luciendo su corta melena ligeramente ondulada, completó su look con unas sandalias de plataforma de color negro, bolso a juego, uñas de purpurina y joyas muy sencillas que resaltaban su belleza. Sin duda, un estilismo que pasará a formar parte del álbum de glamour que ha convertido a la hija de la princesa Carolina en una de las damas más elegantes y con más estilo de la realeza.
Fueron muchos los que aseguraron que, en un primer momento, cuando Charlotte comenzó a salir con Gad y aparecieron fotografiados juntos por primera vez en París, el romance no fue visto con buenos ojos por la princesa Carolina, aunque, por respeto a su hija, jamás expresó públicamente contrariedad alguna. Los rumores se avivaron cuando durante unos meses madre e hija no fueron vistas juntas en público, sin embargo, el cariño incondicional de la princesa por su hija fue más fuerte que cualquier otra cosa y, lejos de que hubiera cambiado su buena relación, la presencia del actor francés en las vacaciones familiares del pasado verano, alejaron todas las dudas.
Meses después, y con el inicio de la Navidad, llegó el siguiente gran paso, su entrada en el palacio monegasco para disfrutar de las fiestas en familia. Ahora, Elmaleh ya es uno más en la familia Grimaldi y ya no es tan extraño verle acompañado a su novia en diferentes actos, al igual que Charlotte estuvo a su lado en las citas más importantes de su carrera en este último año. "Nací en Marruecos y ahora vivo en París junto a una princesa. Pero la realidad, en este caso, es mejor que cualquier película", aseguró el actor hace unos meses.
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