Inseparable de Debora Bello y de su hija –cada vez más parecida a la abuela Lolita–, disfrutó de una tarde de sol y mar en South Beach
Fueron semanas intensas para Diego Torres (44), quien, a principios de año, recaló en Miami junto con sus dos amores, Débora Bello (38) y Nina (2), para grabar su nuevo disco, que saldrá a la luz a principios de septiembre. Pero aunque dedica mucho tiempo a su carrera, Diego siempre encuentra el momento para consentir a sus chicas y disfrutar de una tarde de a tres.
El domingo 2, no bien terminaron de almorzar, bajaron a la playa en South Beach y pasaron unas horas de relax y juegos bajo el sol. Amante del mar, la pequeña Nina –que el 12 de marzo cumplió 2 años– fue la protagonista indiscutida de la jornada, que incluyó varios chapuzones junto a papá y mamá, y hasta se animó a andar en el fourtrax de un policía argentino, George, que se ofreció a llevar a la mini "chica rockera" –así llama Diego a su heredera– a dar una vuelta. "Cuando Nina se ríe y se le achinan los ojitos es igual a mi mamá", dijo Diego orgulloso. "Le encanta el mar desde el primer baño", agregó.
Felices tras doce años de amor, Diego y Débora comparten todo lo que tiene que ver con su princesita: la bañan, la visten, le dan de comer y la hacen dormir. Y, aunque todavía no saben para cuando, tienen planes de agrandar la familia. "Yo creo que todo va a llegar –contó él–. La idea es no dejar sola a Nina. Vengo de una familia grande y, pese a que en los tiempos actuales es muy difícil criar varios hijos, ojalá podamos estar bien y Nina pueda tener un hermanito".
Embobado con su heredera, el artista aprovecha cada vez que puede para dar un paseo con ella: la sienta en su bicicleta y la lleva al estudio, donde da los últimos toques al disco. "Es muy tranquila y se porta bárbaro. La pasamos muy bien cuando salimos juntos", confesó.•
Fotos: Luis Fernández
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