Fabio Di Tomaso: su historia con una mujer despechada, sus años como colectivero y su relación con Valentina Bassi
El galán de Floricienta protagoniza actualmente en teatro Nunca te fíes de una mujer despechada, con Miriam Lanzoni, Sabrina Carvallo, Nancy Gay, Fiamma Curtosi y Angy Jaume
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Fabio Di Tomaso es el único protagonista masculino de Nunca te fíes de una mujer despechada, comedia en la que comparte elenco con Miriam Lanzoni, Sabrina Carvallo, Nancy Gay, Fiamma Curtosi y Angy Jaume y que puede verse los sábados y domingos en el Teatro Premier. En una charla con LA NACION, el actor habla de la cosificación, recuerda sus propias vivencias de despechos de una expareja y se remonta a los tiempos en que hacía dramatizaciones en el programa de Mauro Viale y manejaba un colectivo de la línea 71. Tambíén habla de su relación de más de tres años con la actriz Valentina Bassi y de por qué decidieron vivir cada uno en su casa.
-Es muy sugestivo el título de la obra...
-Mucho. La primera vez que leí el material me generó cuestiones. Estamos en momentos en los que nos replanteamos muchas cosas, las estamos reviendo, entonces hay que ser muy cuidadosos. El autor y director, Hernán Krasutzky, decía que había tomado recaudos, pero en los ensayos no teníamos un ida y vuelta con el público, así que había algunas dudas. Y cuando estrenamos fue una grata sorpresa, porque las situaciones trascienden todo. La obra trata sobre una reunión de amigas, en la que la anfitriona tiene el secreto deseo de vengarse de una supuesta infidelidad de su expareja con una de ellas. Pero algo sucede y las chicas quieren desquitársela con ese hombre. Es una comedia desopilante en la que a mi personaje lo ponen como culpable de todo y cuando entra a escena empieza el plan que trazaron ellas para vengarse de él. Es muy divertida. Y en el transcurso de la obra, ellas, mujeres de más de 30 años, hablan de sus conflictos, de la maternidad, de las decisiones, del trabajo.
-En la comedia cosifican al hombre, ¿qué se siente?
-Me divierte mucho, porque es una comedia y así está tratado el tema. Pero muchas veces me puse en lugar de la mujer y no es lindo. La obra reivindica un poco la cosificación de las mujeres. Te das cuenta de que, si fuese al revés, no se podría hacer y no por moral sino porque generaría rechazo. De todas maneras, no estoy de acuerdo con ningún despecho, ni de mujeres ni de hombres.
-¿Cómo es trabajar con cinco mujeres, siendo el único varón?
-Con Miriam Lanzoni, Sabrina Carvallo, Nancy Gay, Fiamma Curtosi y Angy Jaume hacemos un grupo bárbaro, no hay conflictos, nos reímos mucho y es un mundo que conozco porque me crié con mi mamá y dos hermanas. Pero a veces me falta hablar de fútbol, o termino de ver un partido solo en el camarín y busco con quién poder comentarlo (risas).
-Entonces, Nunca te fíes de una mujer despechada, ¿de un hombre sí?
-Tampoco (risas). No se trata de fiarse o no, porque no comparto el despecho. Me han pasado cosas después de separarme de una pareja. Me han sacado mi línea de teléfono, me cortaron la luz y ahí me fui con la escritura de la casa a pedir que me activaran la luz y a averiguar qué pasaba con el gas. Y la empleada me dijo que en otra oficina, en ese momento, estaban solicitando el corte de gas, así que le dieron el alta también. Fue tremendo. No hacía falta. Cuando nos separamos nos pusimos de acuerdo, o al menos eso pensaba yo. Ella se fue a otro lugar, pero la cosa no terminó ahí. Un día fui a guardar el auto al garage, frente a mi casa y el tipo me preguntó si me estaba mudando, porque había visto que cargaban todo en un camión. Se llevó todo, a escondidas. Podíamos haber hablado, acordado. Me dijo que iba a buscar un mat de yoga y se llevó todo. Me molestó mucho la forma. A la distancia es gracioso, pero en ese momento fue tremendo y muy desconcertante.
-¿Es verdad que hiciste dramatizaciones en el programa de Mauro Viale?
-Sí. Estudiaba teatro y conocí a una persona que buscaba actores para hacer dramatizaciones en ese programa de América. Improvisábamos situaciones para contextualizar la noticia. Me gustaba porque era la forma de acercarme a lo que me interesaba, que era la actuación. Sentía que estaba cerca (risas). Creo que en ese momento todavía manejaba el colectivo o vendía telefonía móvil en la calle.
-Fuiste colectivero durante un par de años, ¿qué recuerdos tenés de esa etapa?
-La línea en la que trabajé durante dos años, la 71, pasa por la puerta de mi casa. Tengo recuerdos súper lindos. Era muy joven y era un desafío que quería hacer porque mi papá fue colectivero, inspector y estuvo involucrado en empresas de colectivos. Yo era chofer y él inspector en Plaza Once. Es un trabajo muy sacrificado y de mucha paciencia. Capaz sacaban un boleto de 65 centavos y ponían todas monedas de un centavo y se trababa la máquina (risas). Y ya había mucho tráfico. Hasta no hace muchos años, soñaba que estaba manejando el colectivo e iba chocho, porque me encantaba. Ya tenía la cabeza puesta en ser actor y estudiaba teatro.
-Tu primer personaje fue en Resistiré...
-Sí. Había hecho un bolo muy chiquito en Yago y había participado en una película de Juan José Jusid, Bajo bandera, haciendo de soldado. Resistiré fue la primera novela en la que tuve un personaje con historia propia. Tuve dos etapas, en la primera no estaba cómodo, no podía disfrutarlo, sentía mucha presión y no enganchaba por dónde. Después mi personaje salió de la historia y al tiempo volvieron a incorporarlo porque querían darle un cambio y en esa segunda etapa pude relajarme y disfrutar. A partir de ahí seguí trabajando.
-Casi enseguida llegó la oportunidad de protagonizar Floricienta, ¿no?
-Primero hice Padre coraje y me fui antes para sumarme a Floricienta. Tuve buenas experiencias a lo largo de mi carrera, trabajé con actores tremendos y lo disfruté mucho. No me quería ir de Padre coraje (risas) y le dieron a mi personaje una salida súper heroica, porque le salvaba la vida al protagonista, que era Facundo Arana. Y en Floricienta había un riesgo que asumí, que era entrar a una tira en la que el galán de la primera temporada estaba muy presente en el público. Pero la pasé muy bien.
-Naciste en Canadá, ¿cómo es esa historia?
-Soy de familia de inmigrantes, mis padres vinieron de Italia. Pero esta historia de ir y venir empieza con mi abuelo, que de muy joven estuvo en Nueva York, volvió a Italia y después se fue a Canadá, donde compró un terreno. Volvió a Italia y ahí nacieron mi papá y mis tíos. Volvieron a migrar, esta vez a la Argentina, excepto una tía que se fue a Canadá, donde había quedado el terrenito. A todos los que vinieron al país en algún momento se les dio por ir a Canadá, entre ellos mi papá y mi mamá, que ya estaba embarazada. Nacer en Quebec fue una casualidad. Mi mamá no se adaptó, no le gustó, hacía 50° bajo cero en invierno. Vinimos cuando yo tenía un año y medio y nunca volví a Canadá, aunque supongo que alguna vez iré. También me gustaría conocer el lugar donde nacieron mis viejos, en Italia. Es un viaje que tengo pendiente y que voy a hacer, porque mi familia es muy tana y me han contado muchas historias.
-Tenes un gran parecido con Mario Pergolini y varias veces te confundieron con él, ¿alguna vez hablaron de eso?
-Pergolini estaba haciendo La TV ataca y Hacélo por mí y en ese momento yo usaba el pelo un poco más largo y con rulos. Cada dos por tres me decían que era parecido a Mario. Y a veces decía que era mi primo. En alguna heladería me regalaron un helado (risas). También me acuerdo que hubo un capítulo de CQC en el que parodiaban a los conductores: yo hacía de Mario, Adrián Paenza de Juan Di Natale y estaba Eduardo de La Puente. Fue muy divertido. Conocí a Mario y nos reímos un ratito de eso.
-Tenes un hijo de 5 años, Fidel, ¿qué les gusta compartir?
-Estoy muy feliz con mi paternidad, compartimos un montón de cosas porque vive mucho tiempo conmigo y cuando viene del jardín tenemos que jugar al fútbol un ratito. Me acompaña a ensayos y en la temporada de Carlos Paz estuvo conmigo. Viene al teatro y se sabe la letra mejor que yo. Es un gran compañero. Estamos disfrutándonos y aprendiendo un montón.
-¿Seguís de novio con Valentina Bassi?
-Sí. Nos conocíamos del medio, pero nunca habíamos trabajado juntos hasta el 2018, cuando hicimos La ratonera. En ese momento cada uno estaba en su historia, pero se armó un grupo hermoso y seguimos en contacto. Después me separé, al tiempo ella también, vino la pandemia y volvimos a conectarnos.
-¿Empezaron la relación por zoom?
-Algo así (risas). Se fue dando y estamos juntos hace un par de años. Cada uno en su casa, aunque compartimos en familia. Yo conozco a su hijo, ella al mío y está todo bien. Pero el camino es casas separadas. No es tan simple el encuentro y hay mucha logística. Estamos muy felices.
Nunca te fíes de una mujer despechada
La obra que Fabio Di Tomaso protagoniza con Miriam Lanzoni, Sabrina Carvallo, Nancy Gay, Fiamma Curtosi y Angy Jaume se puede ver los sábados y domingos de octubre y noviembre, a las 20, en el Teatro Premier, Corrientes 1565. Entradas, desde 6000 pesos en Plateanet
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