Tiene 23 años y está en boca de todos: mientras forja fama de galán en televisión y disfruta de su nuevo romance con Candelaria Tinelli, aprende kung fu para su primer protagónico en teatro
Son las siete de la tarde y el día de Franco Masini (23) no parece estar cerca de su final. Luego de ensayar por varias horas para la obra de teatro Marco Polo –producida y dirigida por Carla Calabrese–, llega a la producción con una sonrisa y dispuesto a hablar de todo. Es que en el último mes su nombre no sólo es reconocido por su carrera artística, sino también por su relación sentimental con Candelaria Tinelli (26). “Estamos tranquilos, somos una pareja normal como cualquier otra”, son las primeras palabras que dispara Franco para dar inicio a una charla íntima con ¡Hola! Argentina.
–A partir de tu noviazgo con Candelaria Tinelli, estás en todos lados. ¿Cómo te llevás con semejante exposición?
–Bien… No es algo que me gusta mucho, pero sé que es parte de mi trabajo. Me gusta más cuando me felicitan por lo que hago. Casi siempre se me acercan con buena energía y lo recibo con mucho cariño.
–¿Cómo conociste a Cande?
–La vi por primera vez hace mucho tiempo, y hace poco nos volvimos a hablar, nos fuimos conociendo y hoy elegimos estar juntos. Salimos hace cinco meses y formalizamos hace poco. Estoy muy tranquilo, disfrutando la relación.
–¿Qué es lo que más te gusta de ella?
–Todo. Nos llevamos muy bien. A mí no me importa quién es Cande para los demás, para mí es una persona normal. Por más que su vida llame la atención, en la intimidad tenemos una relación como cualquier otra pareja.
–¿Ya hubo presentación familiar?
–Se dio de manera natural, yo a Marcelo lo conozco hace mucho tiempo y siempre me trató super bien. Es muy buena persona y me hizo sentir cómodo desde un principio.
–¿Sos celoso?
–Antes sí, ahora un poco menos. Cuando era más chico me ponía mal con las cosas que me decían de mi hermana Mili. Ahora ya tiene 20 años y aprendí a no hacerme mala sangre. Confío en mí y en la relación que tengo con mi entorno.
–¿Cómo te definirías?
–Soy reservado, prefiero observar, escuchar y después hablar. Mucha gente me dice que cuando me conoce, doy impresión de mala onda, pero en realidad es porque al principio me cuesta soltarme. Me suelto cuando tengo confianza con alguien.
UN LARGO CAMINO
A los 13 años hizo su primera obra de teatro, Ricardo III, gracias a un profesor de teatro de su colegio St. Gregory’s, en Vicente López. “Cuando me lo propuso me dio nervios, pero desde un principio me di cuenta de que era eso a lo que me quería dedicar”, cuenta Franco. “A partir de ahí la tele llegó sola, hice un tráiler, un proyecto y al tiempo estaba en una productora. Mi familia siempre me acompañó, pero ellos nunca me habían llevado a un casting. Era parte de un hobby hasta que mientras todos mis amigos sólo iban a la escuela yo ya tenía trabajo”, agrega.
–¿Te perdiste algo por empezar a trabajar desde tan chico?
–No, a comparación de mis amigos, siempre tuve más responsabilidades. Tenía que cuidarme cuando salía con ellos, levantarme temprano para ir al colegio y después ir a grabar, pero siempre me gustó. Me hice tiempo para mantener a mis amigos del colegio, que son mi cable a tierra.
–Te estás por recibir de licenciado en Relaciones Públicas, ¿por qué tomaste la decisión de hacer otra carrera?
–Para mí el estudio siempre viene bien, entonces busqué una carrera relacionada con las cosas que me gustan. Lo hice para tener un recurso más. Ahora me quedan cuatro finales por rendir, pero con las grabaciones y los ensayos que tuve en el último tiempo no pude sentarme a prepararlos.
–¿Cómo fue aprender kung fu para tu papel en teatro?
–Muy divertido. En el colegio había hecho rugby, pero no me gustó demasiado. Cuando empecé con la obra y me mandaron a clases de kung fu me enganché al toque. Aunque me resultó difícil, porque no soy bueno a la hora de mover el cuerpo, hace dos meses que estoy entrenando con un profesor y ahora ya sé lo básico.
- Texto: Sofía Kotler
- Fotos: Matías Salgado
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