La escena hot de Jennifer Aniston y Jon Hamm que levantó la temperatura de las redes sociales

Jennifer Aniston y Jon Hamm levantaron la temperatura en las redes sociales. Ambas estrellas protagonizaron candentes escenas en el nuevo episodio de la tercera temporada de la serie The Morning Show, que despertaron furor entre los fanáticos.

En el capítulo, titulado “El estudiante de Stanford”, Alex Levy, la conductora del programa matutino encarnado por Aniston, entrevista al excéntrico multimillonario Paul Marks (creado a imagen y semejanza de Elon Musk), a quien –fuera de cámara– debe convencer de que invierta una parte de su cuantiosa fortuna para salvar a UBA, la cadena televisiva de la que Levy es estrella, del desastre financiero tras la pandemia. La química entre ambos personajes fue instantánea, y en este capítulo seis, la pareja da rienda suelta a la pasión.

Los fanáticos del drama de Apple TV+, en el que también participan Reese Witherspoon y Billy Crudup, realizaron encendidos comentarios en las redes sociales acerca de las imágenes que muestran a los personajes en la intimidad. Entre los momentos más sensuales del capítulo, se aprecia una escena en la que Aniston aparece acostada sin ropa sobre la espalda del actor.

“¿Qué fue esa escena? Necesito un par de días para recuperarme”, expresó un usuario en la sección de comentarios a los diversos clips posteados en las redes sobre la secuencia. “Después del episodio de hoy, he llegado a la conclusión de que ver una comedia romántica con Jennifer Aniston y Jon Hamm no es un deseo, ¡es una necesidad!”, agregó otro.

Contado a través de la lente de las dos conductoras centrales del ciclo que da nombre a la serie, The Morning Show es un drama que analiza las dinámicas de poder en el lugar de trabajo. La serie aborda en este sentido la compleja tarea de aludir al movimiento #MeToo, y lo hace trazando un ineludible paralelismo con Matt Lauer, el exconductor de The Today Show que fue despedido del programa por múltiples denuncias de conducta sexual inapropiada en el ámbito laboral, decisión que fue anunciada al aire por su colega Savannah Guthrie. Aquí sale a hablarles a los Estados Unidos “la esposa televisiva” del conductor, Alex Levy (Aniston), y la serie comienza a revelar su verdadera intención: exponer el artificio. También explora otros temas que van desde el racismo y la homofobia hasta la cultura de la cancelación y las adicciones.

Esta tercera temporada de la serie comenzó con un salto en el tiempo: de aquel apocalíptico 2020 y el Covid, de la segunda, pasamos a 2022, con la pandemia ya en retirada, el aparente regreso a la normalidad en la vida cotidiana de la cadena y la atención informativa dominada por la invasión rusa a Ucrania. Alex cumple sus dos primeras décadas en UBA como estrella del segmento matutino (el clásico Morning Show del título) y Bradley ahora está al frente del principal noticiero vespertino de la señal.

Aniston vuelve a lucir aquí sus formidables recursos expresivos y hace crecer a un personaje que mezcla de un modo extraordinario el ego, el amor propio y los principios éticos de su oficio –ponderó Marcelo Stiletano en su reseña del regreso de la ficción– hasta que parezcan una misma y única cosa, para defender su lugar en una cadena de noticias que explora un futuro incierto. Witherspoon, consciente de que está siempre un par de pasos detrás, también aprovecha su momento. Ahora le toca evitar un nivel de exposición que en el pasado siempre defendió, pero que esta vez afecta a su intimidad. La relación con otra periodista televisiva, ahora en una cadena rival, Laura Paterson (Julianna Margulies) entró en un paréntesis, hasta que un poderoso ciberataque contra UBA deja al desnudo y a la vista de todos por completo los secretos íntimos de cada uno de sus integrantes, especialmente en el caso de Bradley.

Con este nuevo disparador, The Morning Show aprovecha una vez más su mayor fortaleza: cómo la historia personal de cada uno de los personajes centrales condiciona y configura a cada momento el rumbo de la cadena informativa. Cada uno de ellos quiere jugarse el futuro aferrado con uñas y dientes al lugar que ocupa en ese pequeño universo lleno de intrigas, rencores e incertidumbres.