"Nunca estuve tan a mil como ahora". Con estas palabras, recibe Laurita Fernández a ¡Hola! Argentina en su recién estrenado departamento de Núñez. Es mediodía y ella ya condujo su programa de radio Dale que vale y a la noche tiene función deSugar, la obra que protagoniza sobre calle Corrientes desde abril de este año. Y como si esto fuera poco, por delante le quedan sábado y domingo, de 16 a 20, al frente de Combate, el ciclo de Canal 9. Desde que empezó a estudiar baile, a los 4 años, nunca paró. Hoy, a los 27, con una energía arrolladora que ella misma considera uno de los secretos de su éxito, vive un espectacular presente de agenda completa. Y siempre con una sonrisa, esa sonrisa de haber logrado lo que siempre soñó.
–¿Alguna vez te imaginaste con tanto éxito?
–Siempre soñé poder dedicarme a lo que me gustaba. Nunca mi objetivo fue ser famosa. Eso lo veo como algo más efímero. A los 18, cuando terminé el secundario, seguí tomando clases de danza y hasta apliqué para una beca para ir a estudiar comedia musical en Estados Unidos, pero justo acompañé a una amiga a un casting del Bailando… y terminé quedando yo.
–¿Qué creés que ve la gente en vos?
–Creo que muchas chicas me ven como un reflejo de todo lo que se puede lograr si se pone esfuerzo y dedicación. Fui a muchos castings que me dijeron que no, pero seguí esforzándome sin bajar los brazos. La perseverancia es la mejor consejera. Soy una chica común que tuvo la bendición de poder cumplir sus sueños. Me muestro como soy, no pretendo demostrar otra cosa. Me gusta mantener las mismas costumbres de toda mi vida.
–Tuviste momentos de mucha exposición de tu vida personal. ¿Te arrepentís de algo?
–No, para nada. Sé que hay cosas que no puedo manejar, tal vez ahora miro para atrás y hubiera hecho algunas cosas de manera diferente, pero fui aprendiendo en el camino. Hubo errores y momentos feos que me tocó vivir de los cuales aprendí mucho, pero entiendo que la exposición y la popularidad que te da la televisión también trae que tengas que hablar de tu vida privada o de cosas íntimas.
–¿Qué fue lo que más te dolió que dijeron de vos?
–Las peleas con familiares o amigos me duelen, me paralizan. Pero todo lo que digan de mí por querer figurar o las críticas con mala intención no me afectan. Es gente que no me conoce y entiendo con qué intención lo hace. Tomo las criticas sólo cuando son constructivas. Me enfoco y les presto atención a las cosas que tienen que ver con la gente que está cerca de mí y quiero. Tanto en mi lugar de trabajo como en mi círculo íntimo me gusta la armonía. Si hay peleas o malos entendidos, primero necesito solucionarlos para poder avanzar.
–Desde que estás en Sugar bajaste tu perfil mediático. ¿Te sentís más cómoda así?
–Creo que el Bailando es un espacio en el que estás muy expuesta y no estar ahí hace que tu vida sea más tranquila. Todo lo que viví en el programa lo pongo en la balanza y me pesa más lo positivo. Es un lugar donde tenés la libertad de hacer lo que quieras y de crecer mucho. Ahora con Sugar estoy viviendo un momento de pura felicidad, es un sueño hecho realidad. Después de diez años, volver al teatro Lola Membrives, donde empecé como reemplazo y utilera ("Yo estaba feliz por entrar en el apagón vestida de negro a correr la escenografía y mis papás me sacaban fotos con flash en el apagón mientras yo movía todo", recuerda) en El fantasma de Canterville, es maravilloso.
–¿Sentiste algún prejuicio por venir del bailey no de la actuación?
–No por ser bailarina, sino por venir del Bailando. Haber estado mucho tiempo en ShowMatch hizo que algunos creyeran que sólo sabía bailar con una pollera corta. Es cuestión de que conozcan cómo soy trabajando para que sepan cómo soy verdaderamente.
–¿Susana Giménez y Griselda Siciliani –que protagonizaron la obra antes que vos– te dieron
algún consejo?
–Susana aún no vino a vernos, pero vio videos y dijo que le encantó. Griselda pudo ver una función y me felicitó. Ambas me dijeron que me divierta y que lo disfrute, porque es un personaje para hacerlo. Yo antes de salir a escena tengo la misma adrenalina que el primer día, pero nunca dejo de divertirme. Cuando me voy a dormir y siento las piernas cansadas de haber trabajado todo el día me hace acordar a cuando volvía a mi casa en colectivo después de haber tomado miles de clases de danza.
–¿Qué fue lo primero que te compraste con tus ahorros?
–Unos zapatos de baile. Una amiga viajaba a Estados Unidos y le pedí que me los trajera. A los 21, me fui de mi casa familiar para mudarme a un monoambiente. Ahora me pude cambiar a un departamento un poquito más grande.
–¿Qué sueño te queda por cumplir?
–Muchos. Me encanta la comedia musical, amo conducir, me gustaría que a lo largo de mi carrera pueda seguir teniendo posibilidades en distintos rubros. Me imagino haciendo eso toda la vida. Me encantaría hacer cine y trabajar en el exterior. Nunca tuve la posibilidad de viajar mucho, sólo lo hice algunas veces por trabajo, y ahora que tengo la plata no tengo tiempo. Así que viajar es algo pendiente.
–¿Tenés ídolos?
–¡Muchísimos! Beyoncé, Michael Jackson, Madonna y Britney Spears fueron inspiraciones en mi adolescencia. De acá, me gusta mucho Susana, tiene una frescura que me encanta y creo que representa al empoderamiento femenino. Es independiente y fuerte, se nota que disfruta cada cosa que hace.
LOS TIEMPOS DE AMOR
–¿Te definís como una mujer enamoradiza?
–No tanto, la verdad. Aunque soy muy independiente y me gusta liderar en el trabajo, en el amor necesito sentirme cuidada. Me gusta aflojarme, que me acompañen y no mandar. Ahora no tengo mucho tiempo para dedicarle al amor.
–¿Sos celosa?
–Puedo ser un poco celosa, pero en general me gusta la libertad. Poder sentirme tranquila y segura, no estar pendiente del otro. A través de los años y de diferentes experiencias, fui aprendiendo qué es lo que quiero para en el amor, qué cosas acepto y cuáles no.
–¿Qué recuerdo tenés de tu noviazgo con Federico Hoppe?
–Un excelente recuerdo. Sin dudas, fue alguien muy importante para mí. Hoy en día seguimos teniendo muy buena relación y lo quiero mucho.
–Cuando estabas en pareja con Federico Bal existieron rumores de embarazo. ¿Te imaginás como mamá?
–Sí, pero más adelante. No me imagino madre joven. Y supongo que todo lo que me imagino de mí como madre va a cambiar el día que suceda. Tengo ganas de ser mamá, pero ahora no es el momento.
–Tus papás están separados. ¿Te pesa la historia de ellos a la hora de armar tu propia historia?
–No, para nada. La separación de mis papás me sirvió mucho para entender cómo me gustan que sean mis relaciones y darme cuenta de que no siempre es todo como uno quiere.
Producción: Anita Korman. Asistente de fotografía: Matías Salgado. Maquillaje: Gabriela Águeda Romero. Peinado: Sergio Bertrán. Agradecimientos: Divano mudanzas, María Gorof, Valdez, Dot Store, Juan Hernández Daels, Gato Store, Landmark, Mariela Raffaelli, Puma y Saverio Di Ricci.
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