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Tiene una vida de película. Con extras de primer nivel: en una misma tarde puede comer con Quentin Tarantino y compartir una interminable charla de café con Jane Fonda. Es argentina, claro. Su padre es Federico Polak, ex vocero de Raúl Alfonsín; y su madre, Mariana Skulj. Hace quince años, muy enamorada, dejó sus estudios para acompañar al modelo Máximo Morrone en su aventura por Estados Unidos. Tuvieron una hija a la que bautizaron Camila (13), pero su historia de amor no prosperó. En Los Angeles, Lucila Polak (31) se hizo actriz. Y, por recomendación de un agente ('deberías usar un apellido latino', le dijo), cambió su nombre artístico: se convirtió, definitivamente, en Lucía Solá.
Hace poco más de tres años, en una cena de amigos, conoció a Al Pacino (70). Salieron dos veces y se volvieron inseparables. Es común verla en cada estreno, sobre las más importantes red carpets del planeta, del brazo de su novio. Aún no lo convenció de volar a Argentina. 'Pero el proyecto está', asegura Lucila.
Ahora está en casa de sus padres, en el barrio de Belgrano. Vino al país para promocionar la ópera prima de Nicolás Del Boca, Un buen día, el largometraje que la tiene como protagonista.
-¿Cómo se ve el cine argentino desde Los Angeles?
-Genial. El cine argentino pisa cada vez más fuerte en el mundo. Me ha pasado de estar en comidas y que de repente gente muy importante, como Quentin Tarantino, se me acerque y me diga: 'Me encanta el trabajo de ese actor, Ricardo Darín'.
-¿Cómo es Hollywood por dentro?
-Con Al accedí a un círculo muy reducido, donde pude conocer el negocio desde adentro. Es brutal y cruel a la vez. Contra lo que muchos piensan, hay cero glamour. Filmás quince horas por día y vivís en un hotel durante tres meses, lejos de tu familia. El glamour está en la red carpet, pero dura cinco minutos.
-Hace más de tres años que estás de novia con Al Pacino.
-Al es especial, siente tanto amor por su trabajo... Estar con él es inspiración.
-¿Qué fue lo que te atrajo de él?
-En realidad, yo me resistí mucho apenas lo conocí. Me asustó mucho la diferencia de edad. Además, él tenía sus hijos y yo, a Camila. De todas maneras, nos empezamos a ver en alguna salida con los chicos. Es un hombre extremadamente sexy y carismático. ¡Las vivió todas! Eso me parece muy atractivo en una persona. Hoy sigo enamorada como el primer día. Es una fuente de sabiduría y sabe cómo tratarme. Es súper cariñoso, como buen italiano. [Se ríe.]
-Tardaste mucho tiempo en hablar de tu relación con Pacino.
-No quise explotar nuestra relación. De hecho, la primera foto juntos recién salió publicada a los dos años de novios.
-¿Tienen amigos del ambiente?
-Los íntimos de Al, los que vienen a casa, son Sean Penn, John Cusack, Johnny Depp… Siempre me cruzo con Jane Fonda y Charlize Theron. Nos vemos seguido, son nuestros vecinos.
-En 2011 se estrena el documental Wilde Salome, dirigido por Al Pacino, donde tenés una pequeña intervención.
-Está en etapa de posproducción. ¡También mi hija Camila tiene una participación! En la película se ve mucho la manera de trabajar de Al, su compañerismo y cómo son todos iguales cuando están en el set. Hay cero divismos. Hace poco él me dirigió en un corto para el Actor´s Studio. Era una escena requetedifícil, en la que tenía que llorar porque me habían quitado a mi hija. En medio de la filmación, Al dejó el cuarto diciendo que tenía que hacer un llamado. Me dejó sola en el momento más complicado. Cuando volvió le dije: '¿Cómo te fuiste? Te perdiste la mejor toma'. Enseguida me contestó: '¿Por qué pensás que me fui?'. Se había ido para que yo trabajara libremente. Y ahí me di cuenta de que Al siempre sabe lo que está haciendo.
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