José Meolans junto a sus tres mujeres, hizo punta en las playas del Este

Hacía ocho años que José Meolans (40) y su mujer, Valeria Lebeau (37), no veraneaban en Punta del Este. Este año, sin embargo, después de una breve escapada a Punta Cana, desembarcaron nuevamente en Uruguay. "Fijate cómo son las cosas. La última vez que vinimos, Martina (8) era una beba; tenía casi ocho meses, la edad de Felicitas. Siento que este regreso es como un volver a empezar; casi la misma historia pero con una hija más", dice el ex nadador olímpico, cuya segunda hija nació el 1 de abril pasado, luego de que su mujer se sometiera a un tratamiento de fertilización asistida. Tal como le contó a ¡Hola! hace unos meses el deportista, hacía rato que con su mujer querían darle un hermano a Martina, pero no les resultaba fácil. Hasta que felizmente pudieron concretarlo. "Ha sido un grandioso 2018, tanto en lo laboral como en lo personal. Y si tuviera que pensar los deseos para el año que viene, no pediría nada; sólo agradecería por todas las cosas buenas que me pasaron. Para nosotros, la llegada de Feli fue de verdad un sueño hecho realidad. Así que si 2019 viene igual que este, ya soy feliz", dice.

–¿Cómo estás viviendo esta segunda paternidad?

–[Piensa]. Estoy mucho más relajado, disfrutando más el día a día de mi hija. Con Martina siempre estaba ansioso y quería que creciera lo más rápido posible para poder charlar con ella. En cambio, con Feli me pasa todo lo contrario. Voy viviendo cada momento de ella, su primera comida, su primer paseo en el mar. Uno con el tiempo está más cansado pero también más plantado en el presente, en el ahora.

–¿Y tu hija Martina cómo se lleva con Feli?

–Muy bien, de hecho ella fue la que le eligió el nombre. Al principio estaba celosa, pero ahora está fascinada con su hermana. Y Marti es la única que si la "peque" está de mal humor, enseguida le saca una sonrisa. A mi mujer y a mí nos cuesta horrores que se ría, pero llega Martina y es increíble cómo se le dibuja una sonrisa en su cara.

–¿Cuáles son los momentos que más disfrutás con tu beba?

–Últimamente viajo un montón por las clínicas de natación que coordino por el interior del país, así que el mejor momento es cuando llego o después de estar dos o tres días fuera de casa. No sabés lo contenta que se pone Feli. Y a mí me dan muchas ganas de volver sólo para ver esa carita. Ese momento es como tocar el cielo con las manos. Y ella es una locura, además, es una buenaza. Me deja que la llene de besos, no se queja. [Risas]. Ahora que está grande, a Martina le da un poco de vergüenza que haga eso adelante de la gente, así que tengo que aprovechar con la más "peque". Ahora es el momento; después crecen y ya nada es lo mismo.

El mejor momento con Feli es cuando llego después de estar dos o tres días fuera de casa por trabajo. No sabés la cara que me pone. Es como tocar el cielo con las manos