Pieza de Beckett con muñecos

Las piezas cortas de Samuel Beckett, producidas casi todas a fines de los años 50, no sólo aparecen como emblemáticas en la producción del autor sino que además son muy utilizadas por diversas compañías del mundo como productos de investigación.

Uno de esos casos es el de Sobrevento, de Brasil, que está presentando en el Teatro Nacional Cervantes "Acto sin palabras I y II" e "Improvisación en Ohio". Las dos primeras están recreadas por muñecos, siguiendo la técnica de manipulación directa, en tanto que la tercera está a cargo de dos actores.

La experiencia se destaca por su buena factura. Los muñecos aportan a los textos un dramatismo singular. En el primer caso asoma el tema de un mundo incomprensible para el hombre, pero al que éste termina adaptándose, en tanto que en la segunda Beckett arremete contra lo absurdo de las rutinas cotidianas. En uno y otro caso resulta muy contundente la imagen. Esos pequeños títeres movidos por fuertes señores vestidos de negro (pilotos y sombreros que apenas dejan ver el rostro) resultan la metáfora más elocuente, pero a la vez hay en ella ciertos signos muy obvios para estos tiempos. Tanto que a veces el espectador se detendrá más a seguir las acciones de los manipuladores que la de los títeres.

En este sentido, vale considerar la referencia de que el espectáculo fue estrenado por Sobrevento en 1992. Por esos años era muy común que en algunos países latinoamericanos ciertos trabajos mostraran las instituciones democráticas desde una óptica un tanto opresora. En estos años, también, los habitantes de la ciudad de San Pablo salieron a la calle, vestidos de negro, pidiendo la renuncia del presidente de turno, y la consiguieron.

"Improvisación en Ohio", por su parte, hace hincapié en el texto. Dos actores, sentados en torno de una mesa, leen las páginas finales de una historia. Hay mucho dramatismo en esa escena. La dirección se afirma en una imagen casi sombría, en una lectura que expresa patetismo y en una reiteración que no hace más que enfatizarlo.

Sobrevento, que llega a Buenos Aires por primera vez, se muestra como un grupo sólido técnicamente y por demás atractivo en su propuesta artística.