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"El quinto infierno" no se estrenó en las salas argentinas
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"El quinto infierno" ("Boondock saints" es el título original) aparece como un arrasador film de acción que se inscribe en ese prolífico subgénero que conforman las historias de gangsters. No estamos en presencia de un nuevo "El padrino", es cierto, pero la película tiene sus aciertos.
En esta oportunidad, a los ya tradicionales mafiosos italianos e irlandeses se suman en la opera prima del realizador Troy Duffy (de 30 años) las despiadadas bandas de origen ruso, a las que el cine estadounidense viene adjudicándoles desde comienzos de los años 90 el lugar del mal absoluto.
El largometraje, que la editora SBP lanzó ayer al mercado de alquiler sin haber pasado previamente por el circuito cinematográfico local, contó con el aporte de buenos actores como el experimentado Willem Dafoe (visto en films tan diversos como "Psicópata americano", "eXistenZ, mundo virtual", "El paciente inglés" y "Corazón salvaje"), y dos ascendentes jóvenes como Sean Patrick Flannery (protagonista de la serie televisiva "El joven Indiana Jones") y Norman Reedus (actualmente en cartel como el galán psicopático de "Rumores").
Un realizador que promete
Dafoe interpreta a un extravagante y legendario agente del FBI que sigue las pistas de los hermanos McManus (Flannery y Reedus), dos jóvenes católicos irlandeses que están inmersos en una sangrienta guerra de pandillas que transcurre en los barrios más decadentes de Boston.
No es precisamente una trama novedosa la que el escritor y director Duffy está en condiciones de ofrecer, pero "El quinto infierno" sí asegura un moderno y sostenido relato de acción, bien filmado y mejor editado, aunque con algunos excesos estilísticos sucedáneos de esa parafernalia visual que la publicidad y el videoclip aportaron -para bien y para mal- a la realización cinematográfica.
Tras esta prometedora carta de presentación, Duffy ya vendió en precios que rondan el medio millón de dólares cada uno, otros dos guiones a la productora Paramount y uno a Miramax. Un artista al que, evidentemente, habrá que seguirle de cerca sus próximos pasos artísticos ya definitivamente instalado en la industria de Hollywood.




