Postales de Turquía

VAN (Especial).- Aunque sean las que más llaman la atención del visitante occidental, las mujeres que usan velo en Turquía son una minoría. Porque si bien el 90 por ciento de la población turca es musulmana, el Estado es laico y prohíbe por ley el uso de las prendas que impone la tradición islámica en edificios públicos, escuelas y universidades. Aquí, algunas postales de un viaje reciente.

• Ella está sentada sola, con los brazos cruzados, en un bar de la ciudad de Van, en la frontera turca con Irán. A su lado, decenas de jóvenes toman té, fuman y juegan a las damas. Es la única que usa un velo atado al cuello, que cubre la cabeza. Cuando nota que una mujer occidental la enfoca con una cámara, le dedica una mirada desafiante, como diciendo qué mirás.

• La mirada más profunda, la sonrisa más grande: ése es el efecto que suele producir el velo que enmarca la cara. Los hay con múltiples diseños y colores; las marcas de ropa promocionan variados modelos con carteles gigantes en calles y aeropuertos, y hasta en los museos se venden con reproducciones de obras de arte. Très chic.

• Las más jóvenes, como la que posa celular en mano, siguen las tendencias de la moda: la combinación de estampados y los botones en la pollera demuestran que conservar la tradición no necesariamente implica hacerlo con solemnidad.

• Además del velo, algunas mujeres turcas usan polleras y tapados que cubren el cuerpo hasta los pies. Son menos aún las que usan burka, el velo negro que tapa todo el cuerpo y sólo deja ver los ojos. Su función es protegerlas de las miradas masculinas y el resultado es sumamente efectivo, como puede comprobarse en esta foto.