Lo mejor y lo peor de las nominaciones al Emmy
Repasamos las sorpresas, ausencias y aciertos de las principales categorías
Los premios Emmy no se caracterizan precisamente por la innovación. A diferencia de los Globos de Oro y de los Critic's Choice Awards, por lo general nominan siempre a los mismos programas o se rehúsan a reconocer producciones inventivas. Este año ese proceder fue más notorio que en otras oportunidades. A continuación, un breve recorrido por los altibajos de las recientes nominaciones a los premios televisivos que se entregarán el 25 de agosto y que, nuevamente, dejaron unas cuantas injusticias:
*LO MEJOR
*1. El gran apoyo a Orange is the New Black
La serie de Netflix tuvo una extraordinaria segunda temporada, pero los Emmy se ajustaron a lo que vieron en la primera. Si bien su posicionamiento en la categoría de comedia es hasta cierto punto discutible, el merecido reconocimiento a Kate Mulgrew ("Red", para los seguidores de la serie) como mejor actriz de reparto fue una gran sorpresa. Curiosamente, y a pesar de haber tenido casi el mismo nivel de protagonismo, Uzo Aduba, Natasha Lyonne y Laverne Cox fueron relegadas a la categoría de mejores actrices invitadas (una pena que Yael Stone haya quedado afuera). Por otro lado, la cara visible de la serie, Taylor Schilling, logró meterse en el sexteto de mejores comediantes del año. Lo que se dice un excelente desempeño para la creación de Jenji Kohan. Bonus: la nominación a Jodie Foster por su dirección en "Lesbian Request Denied", el tercer capítulo de la primera temporada (gran dirección, gran capítulo, gran actuación de Laverne Cox).
*2. Breaking Bad y True Detective, cabeza a cabeza
Desde el momento en que True Detective se presentó para competir como mejor serie y no miniserie que sabíamos que se convertiría en la principal antagonista de Breaking Bad. Así las cosas, la última temporada del gran drama de Vince Gilligan se ve completamente eclipsada por la producción original concebida por Nic Pizzolatto. Si bien este enfrentamiento demuestra hasta qué punto las series dramáticas vienen presentando una calidad notable, nadie quiere ver a ninguna imponerse por sobre otra. Sin embargo, a pesar de la magnética interpretación de Matthew McConaughey como Rust Cohle (inolvidable personaje), hay pocas actuaciones comparables a la de Bryan Cranston, especialmente en los episodios pico de Breaking Bad como "Ozymandias" y el final "Felina" (ambos nominados en la categoría mejor guión), y sería una pena verlo al hombre que le puso la cara a Heisenberg irse nuevamente derrotado, después de haber perdido el año pasado a manos de... Jeff Daniels.
*3. Veep recibe el cariño que se merece
Armando Iannucci es una topadora. Luego de ese hito en la televisión británica que fue The Thick of It - que tuvo su spinoff cinematográfico con In The Loop -, volvió con Veep, serie que alcanzó un excelente nivel en su ajustada tercera temporada. Comandada por Julia Louis-Dreyfus (hay que decirlo: no hay ninguna otra comediante que esté a su altura hoy en día), Veep contó con diez episodios hilarantes que demuestran el talento de Iannucci para reírse de la política sin caer en lo inverosímil (sumado a otro talento: el de las puteadas mejores concebidas y más ocurrentes). Asimismo, el elenco es de una homogeneidad indiscutible, desde los nominados Anna Chlumsky, Tony Hale y Gary Cole hasta el olvidado (otra vez será) Timothy Simons. Mención especial para la nominación recibida en la categoría mejor guión por "Special Relationship", el mejor capítulo de la serie. Por otro lado, la comedia también tuvo dos grandes sorpresas con las merecidas inclusiones de Fred Armisen (Portlandia) y Andre Braugher (Brooklyn Nine-Nine, excelente sitcom que se merecía mucho más).
*LO PEOR:
*1. Tatiana Maslany, eterna olvidada
No hay caso. ¿A qué se le puede atribuir una nueva omisión de Tatiana Maslany entre las mejores actrices dramáticas del año? ¿Acaso el ser Orphan Black una serie "de culto" y bajo rating de la BBC America redujo sus chances? ¿O porque se trata de una obra "de género"? Es la única explicación ante la ausencia de Maslany, simplemente la mejor intérprete femenina en televisión de los últimos dos años. La actriz no sólo se pone al hombro nueve (sí, nueve) personajes en una misma serie sino que además uno pierde noción de que está ante a una misma persona hablando consigo misma. Basta ver la memorable escena de la bañera, en la que las hermanas-clones Helena y Sarah interactúan entre el terror y el dolor, para convencerse del descomunal trabajo de Maslany. Como suele suceder con los Emmy, nuevamente se inclinaron por opciones más seguras como Kerry Washington por Scandal (inexplicable) y Michelle Dockery por Downton Abbey. ¿Una buena? La presencia de Lizzy Caplan por Masters of Sex.
*2. Excesivas nominaciones para Downton Abbey y House of Cards
A diferencia de Orange is the New Black, la otra producción de Netflix, House of Cards tuvo una segunda temporada con muchos más desniveles narrativos, decisiones que le costaron (el adiós a Peter Russo/Corey Stoll) y un final concebido con una prolijidad excesiva. Si bien la nominación a Robin Wright se encuentra entre las más justas (al no estar Tatiana Maslany, el Emmy debería ser de ella), la inclusión de Kate Mara como actriz invitada es inexplicable, lo mismo que la presencia de la serie entre los mejores dramas del año (Hannibal, The Americans, Orphan Black, The Good Wife, cualquiera de las cuatro es infinitamente superior a House of Cards). Lo mismo podría aplicarse a Downton Abbey, producción que decayó después de la segunda temporada y que volvió a imponerse en las categorías actorales. Confiemos en que Anna Gunn de Breaking Bad podrá volver a alzar la estatuilla por sobre Maggie Smith y Joanne Froggatt y que Peter Dinklage (Game of Thrones) o Mandy Patinkin (Homeland) harán lo propio ante la inmerecida presencia de Jim Carter. ¿Quién nos faltó como actor de reparto? Dean Norris (Hank) de Breaking Bad.
*3. The Americans y Hannibal, otra vez será
Ya nos quedó claro. Ni The Americans ni Hannibal son del gusto de la academia televisiva. De lo contrario, hubiese sido imposible no nominarlo a Matthew Rhys (¿hay algún actor que sepa manejar mejor los cambios de acento en la televisión actual?) o a Keri Russell (sencillamente brillante en la producción de Joe Weisberg). Por otro lado, lo de Hannibal es mucho más llamativo. La creación de Bryan Fuller es de una belleza visual indiscutible (incluso la ignoraron en categorías como fotografía y dirección de arte) y con una narrativa intrincada, poética y atípica para cualquier drama. Asimismo, las actuaciones de Mads Mikkelsen y Hugh Dancy son tan contrapuestas como excelentes. El primero representa lo contenido, mientras que el segundo es el desborde emocional en su máxima expresión. Una pena que los Emmys vayan siempre a lo seguro y sigan ignorando a los programas que apuestan a la innovación.
Participación. ¿Cuáles les parecieron los aciertos y desaciertos de las nominaciones al Emmy?
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