Noticia de un secuestro, una miniserie que se queda a mitad de camino

Noticia de un secuestro (Colombia, Chile/2022). Director: Andrés Wood. Elenco: Cristina Umaña, Majida Issa, Carmenza Gómez, Julieth Restrepo, Juan Pablo Raba, Constanza Duque. Disponible en: Amazon Prime Video. Nuestra opinión: buena.

Ninguna de las adaptaciones de Gabriel García Márquez al terreno audiovisual han sido particularmente atractivas. Ni trabajos recientes como Memoria de mis putas tristes (2011) o El amor en los tiempos del cólera (2007), ni mucho menos intentos previos como Crónica de una muerte anunciada (1987), aun cuando entonces generaron una gran expectativa.

A juzgar por quienes estuvieron detrás de aquellos guiones y cámaras, la razón no fue la falta de talento. Probablemente tenga que ver con que el universo literario de Gabo es tan vasto y rico en detalles que necesita de la inmensidad de la imaginación para mostrarse como es. Cualquier intento de recrearlo en (otras) palabras se vuelve necesariamente incompleto.

La miniserie Noticia de un secuestro -que puede verse por Amazon Prime Video- cuenta desde su génesis con un gran punto a favor: el libro del autor colombiano en el que se apoya es una investigación periodística sobre secuestros y terrorismo en su país. No hay Aureliano Buendía, realismo mágico, o Mamá grande, pero sí una pintura de situación sobre la violencia en Colombia durante los años 90, con víctimas, victimarios y un omnipresente Pablo Escobar, como aquel que mueve a su antojo los hilos del tejido social y político del país.

La serie comienza igual que el libro, con un episodio de violencia que termina con el secuestro de Maruja Pachón (Cristina Umaña) y Beatriz Villamizar (Julieth Restrepo), esposa y hermana del congresista Alberto Villamizar (Juan Pablo Raba), defensor a ultranza de una ley que permita extraditar a terroristas para que se los juzgue en los Estados Unidos. A partir de ese momento la serie se desarrolla en un contrapunto entre la situación de las rehenes (a las que se suman otros nombres, también víctimas) con la reacción de sus familiares y el entramado de corrupción política en torno a las acciones a seguir en pos de la liberación de los prisioneros. También hay espacio para los flashbacks, que si bien ayudan para completar el rompecabezas de las relaciones entre los diferentes personajes, son el recurso menos atractivo del producto.

Que uno de los productores del proyecto sea Rodrigo García -director, productor, guionista e hijo del escritor- le da al proyecto un aval, así como también la seguridad de que los seis capítulos que componen la totalidad de la temporada, no se alejarán de las intenciones del autor. Sin embargo, a la hora de sumergirse otra vez en ese mundo dominado por el narcotráfico y la connivencia, cuesta apartar la propuesta de otras tantas “narco series” disponibles en pantalla. Y es que en esta Noticia de un secuestro se ha simplificado la abundante cantidad de datos que resultaban ser uno de los puntos más atractivos del texto original.

Además de un escritor exquisito, García Márquez fue un dedicado periodista. Y la investigación que siguió durante años, repleta de información, fechas, detalles, fue profusamente volcada en la historia publicada en 1996, pero no así en su adaptación. ¿Están los personajes? Sí. ¿Está el contexto político? Sí. ¿Están los detalles principales? Sí. Pero falta ese valor agregado de la documentación que le brinda a los hechos su trágica dimensión. Asimismo, los responsables de esta adaptación han decidido bajarle el tono a algunos hechos descritos en el libro, para que el resultado sea más sugerido y menos violento. El libro angustia, la serie se disfruta.

Noticia de un secuestro es un prolija traslación del original a un formato que, en principio, no parecía compatible. Es probable que quienes encuentren especialmente atractivo el resultado sean aquellos que no hayan leído el texto original; y de ser así, es deseable que la buena recepción de esta producción le permita a esa audiencia bucear a continuación en la narrativa de Gabriel García Márquez. Dos experiencias muy diferentes, pero absolutamente complementarias.