
Sobre dar una mano para que otros despeguen
María de las Mercedes Aranguren
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Es psicóloga, madre de dos hijos varones y –desde hace 15 días– abuela de Franco. María de las Mercedes Aranguren también es vicepresidenta de la Fundación Convivir y se jacta de tener calle y vida bien vivida. "Me casé joven, fui madre, me separé, me vi obligada a salir a trabajar muchas horas por día y luego tuve la dicha de volver a formar una familia con un hombre estupendo y sus tres hijos. Ese fue el motor que me motivó a trabajar por los demás. Porque yo sé que la gente necesitada desea crecer, que si uno le da una mano la toma de inmediato y puede despegar."
Se sumó a la fundación "de la mano generosa de María Florencia Alconada Sempé, la presidenta", y su trabajo consiste en "mostrarles que la salida está en ellos mismos, que no hay que esperar que venga de afuera, sino usar los recursos que cada uno tiene. Nosotros sólo nos encargamos de darles algunas herramientas".
La Fundación Convivir existe hace 20 años y sus objetivos tienen que ver con la prevención del uso indebido de drogas, la rehabilitación del adicto y su reinserción social. Siempre desde una óptica integral, considerando todos los aspectos y las dimensiones del ser humano.
"Creemos que la mejor prevención es la que elabora propuestas mediante las cuales las personas sientan que merecen vivir, impulsando alternativas de vida en los niveles individual, familiar y social –sigue Aranguren–. La realidad de la drogadependencia es compleja, y nuestro trabajo tiene que ver con la educación permanente, promoción de la salud y el fortalecimiento ciudadano. Damos charlas, fomentamos talleres, capacitamos docentes, creamos una cantidad enorme de programas, foros y seminarios. Lo que más me gusta es salir a la calle, estar en contacto con la gente, dar clases e involucrarme cara a la cara con la realidad. Ese es mi cable a tierra."
Apasionada con su trabajo, a Aranguren no le cuesta nada sacarse los anillos o suspender la clase de gimnasia matutina si es que tiene que subirse a la combi que la llevará a Villa Rosa (Pilar), Llavallol o cualquier barrio necesitado donde se estén ofreciendo programas comunitarios.
"En Pilar estamos trabajando junto con el párroco del lugar, y la experiencia es maravillosa. Yo capacito y hacemos trabajos de reflexión en los que surgen temas como los miedos, la violencia familiar, la educación, el sida y los embarazos precoces. No es cuestión de llegar y decir: No se droguen porque está mal. Hay un trabajo previo importante, de mucha contención, donde se llega al fondo del problema. Por supuesto, no es simple. A veces siento que lo que hacemos es tan poco en comparación con lo que sucede, que nuestro aporte es una gota en un inmenso mar."
Vive en un departamento de Recoleta y dice que su vida es de lo más normal. "Hago las compras y organizo todo. Los hijos de mi marido están en edad de estudio, así que en casa entra y sale gente todo el día. No cocino, es una buena manera de no tentarme y mantenerme en forma. El gran problema es que mi marido es un sibarita, hombre de buen comer y sabio en las elecciones de los lugares. El sabe dónde está el mejor restaurante de cada barrio. En una época íbamos a Pompeya, La Boca, Villa del Parque..., a cualquier sitio del que a él le llegaba el dato gourmet. Ahora, de todas formas, salimos menos. Hoy que estoy más libre, con los chicos mayores ya casados, prefiero invertir en libros y capacitarme. En unos días me voy a Puerto Rico a participar en un congreso sobre comunidades terapéuticas. Es que mi sueño es también poder hacer asistencia. Sin duda es un proyecto fuerte, pero a este altura de mi vida siento la obligación de hacerlo."
Aranguren exprés
Educación sexual: "Creo que debe existir una ley de educación sexual, pero esa ley no puede consistir en repartirle píldoras o preservativos a los preadolescentes. Detrás de todo eso debe haber un programa de formación a los educadores; sería una barbaridad que cada formador hiciese las cosas a su manera. Pero por supuesto que hay que educar y tratar el tema. Sólo de esa manera tendríamos menos madres solteras y chicos abandonados".
Empezar de cero: "Estamos trabajando en el tema sida, ya que está muy ligado con el problema de las adicciones. Llegamos a varias conclusiones. Entre otras, que no hay información suficiente, que falta muchísima educación y que, lamentablemente, debemos empezar de cero".
Prevención obligatoria: "Nuestra próximo objetivo, para el que estamos trabajando muchísimo, es conseguir que la prevención de adicciones sea obligatoria en los colegios, en los niveles comunitario y laboral".





