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Con más de veinticinco años de carrera, Max Cavalera puede ser cualquier cosa menos inocente. Por eso sorprendió cuando comparó a Omen con el mítico Reign in Blood (Slayer). La estrategia probó ser de inexorable mecha corta. Ansiedad inicial por escuchar lo nuevo de Soulfly, ineludible desilusión posterior (Reign in Blood hay uno solo y ni siquiera los propios Slayer lograron repetirlo). Una vez que se dejan atrás las comparaciones incómodas, Omen empieza a crecer como un disco brutal y sin respiros. Acá no hay lugar para brasileirismos y los trazos grooveros / nü metal casi no se perciben. Las coordenadas thrash / death metal ganan la partida y se suman ocasionales pinceladas industriales y de hardcore. En ese marco, se inscriben la brutalidad de "Bloodbath & Beyond"; el rebote triturador de "Rise of the Fallen" (con Greg Puciato de The Dillinger Escape Plan); la febril, ganchera y de final épico "Off With Their Heads"; y la aplastante densidad de "Lethal Injection" (con Tommy Victor de Prong). Lejos de la novedad y magia de Sepultura, Max se las arregló para demostrar que todavía puede hacer un disco de metal rompehuesos.






