Murió Héctor Aure, figura fundamental del espectáculo local
Fue director, productor, actor, gestor cultural, quien le presentó a Caetano y Gal Costa al público argentino y quien logró el histórico concierto de Ástor Piazzolla en el Colón
“Soy Héctor Aure. Una vida dedicada al teatro, la televisión, la comunicación a través de las artes y la publicidad es lo que puedo ofrecer como garantía de idoneidad y capacidad.” Así se presentaba el gran Aure cada vez que iniciaba un proyecto o un nuevo sueño. Hasta el mismísimo día en que entró en el inicio del “no despertar”, él siguió planeando, soñando y produciendo el gran homenaje a Astor Piazzolla –en el marco del 100° aniversario de su nacimiento– que venía armando desde hace un año y no le dejaban concretar.
Hoy murió luego de una larga serie de complicaciones cardíacas este hombre de la cultura y espectáculo que fue actor, director teatral, de cine y de televisión, gestor artístico, productor musical y hasta funcionario público.
Cuando llamaba por teléfono sus amigos ya sabían la primera frase que abriría esa charla: “¡No sabés la idea que se me ocurrió, te la quiero contar!”. Creativo incansable, aunque algunos no lo recuerden empezó en el medio como actor. Se formó en el Conservatorio Nacional pero también con los maestros Roberto Durán y Juan Carlos Gené. Comenzó su carrera artística formando parte de la compañía de Cecilio Madanes en el Teatro Caminito, durante la década del 50, como intérprete y como asistente de dirección.
En 1962 formó el vanguardista Teatro del Buen Ayre con Roberto Durán y Leandro Ragucci, hasta 1964. En 1966 integró otra compañía importante de la escena independiente local: Grupo Buenos Aires, con Juan Carlos Gené, Pepe Soriano, Cipe Lincovsky, Ragucci y Héctor Goméz. En aquel grupo estrenó Los prójimos, de Carlos Gorostiza; y Se acabó la diversión, de Juan Carlos Gené, entre muchas otras.
A su vez, dejó una huella importante en la escena porteña como gestor cultural y director de dos salas emblemáticas: el teatro Margarita Xirgu, entre 1970 y 1972; y el Lasalle, entre 1973 y 1981. En este último produjo o dirigió obras de autores argentinos como Carlos Izcovich, Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Germán Rozenmacher, Oscar Viale y Roberto Cossa, y en algunas hasta se dio el gusto de volver a trabajar como actor. Muchos recuerdan su trabajo en La venganza de Don Mendo (1975), dirigido por Norma Aleandro. Bajo su dirección trabajaron actores de la talla de Luis Brandoni, Walter Santa Ana, Edda Díaz, Ulises Dumont, Inda Ledesma, Alberto Segado, Irma Roy y Oscar Martínez. Entre sus puestas más recordadas cabe mencionar Amo (1971), El pan de la locura (1977), El padre, el hijo y compañía (1977), Argentine Quebracho Company, con música de Antonio Tarragó Ros (1973), No hay que llorar (1979) y El ex alumno (1979).
En 1977 también formó el Grupo de Trabajo, junto con Roberto Cossa, Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Leandro Ragucci y Héctor Gómez. Hasta 1979 llevaron a cabo un proyecto de promoción y producción de teatro nacional. A su vez, fue parte vital de la comisión directiva de Teatro Abierto, en 1981.
En 1973, bajo la presidencia de Héctor Cámpora, fue gerente general de Canal 7. Desde 1983 hasta 2005, trabajó en publicidad, teatro, televisión y en la producción de espectáculos musicales. Precisamente las décadas del 80 y del 90 lo encontraron en su versión más multifacética. Trabajó en los medios de comunicación, dirigió espectáculos, pero también produjo no sólo obras teatrales sino eventos artísticos de gran envergadura. Fue quien introdujo al país a cantantes brasileños de la talla de Caetano Veloso y Gal Costa; y coproductor de conciertos de las principales figuras de la música popular argentina.
El 11 de junio de 1983 tuvo uno de sus hitos artísticos al dirigir y producir el concierto de Astor Piazzolla en el Teatro Colón de Buenos Aires. En aquella función, el compositor que renovó como nadie la música ciudadana, blandió su bandoneón al frente de su Conjunto 9, de su Quinteto, y de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. El concierto fue captado íntegramente por cámaras y técnicos de ATC, aunque salió al aire por otra señal. El editado final fue donado al Archivo Histórico de RTA por Héctor Aure, verdadero factótum de su transmisión televisiva, ya que no sólo montó y dirigió las cámaras, sino que se encargó inclusive de conseguir el auspiciante que la hiciera posible.
Además del concierto, el programa incluyó raras secuencias captadas durante los ensayos, donde puede apreciarse cómo el autor de “Adiós Nonino” y “Balada para un loco”, trabaja en el aceitado de su maquinaria musical junto a sus músicos Fernando Suárez Paz, Hugo Baralis, Delmar Quarleri, José Bragato, Héctor Console, Oscar López Ruiz, Pablo Ziegler y Enrique Roizner. Asimismo, el programa alternó testimonios de algunos de los protagonistas. En ellos, Piazzolla explica qué significa para él alcanzar el escenario del Teatro Colón y realiza algunas reflexiones donde expresa los sentimientos más íntimos sobre su música y sus sensaciones artísticas en ese punto culminante de su carrera.
Por aquellos años también dejó demostrado su amor por la danza. Cabe destacar su producción para la inauguración de la sala Pablo Neruda del Complejo La Plaza (1989). En aquella ocasión montó un gran espectáculo de tango y folclore en el que participó la orquesta del maestro Horacio Salgán y un cuerpo de baile con coreografía de Ana María Stekelman; además del exquisito espectáculo Contragolpe, con los grupos Noires Fleurs y Tangokinesis, en el Maipo; la rupturista Tango/love & sex, con las coreografías de Doris Petroni, Laura Roatta, Pablo Villarraza y Dana Frígoli, en el Teatro Avenida y luego en gira por Europa.
También de su paso por la televisión cabe recordar la dirección del prestigioso ciclo Sebastián y su amigo el artista (Canal 13), de Aída Bortnik, Joge Goldemberg, Gius y Oscar Viale, y actuaciones de Víctor Laplace y Emilio Alfaro (1975); y varios capítulos de Alta comedia, en la década del 70.
En 1992 regresó al teatro comercial para producir Locos de contento, exitazo escrito por Jacobo Langsner, con Oscar Martínez y Mercedes Morán.
En los últimos años su trabajo se vinculó con la televisión, en varios ciclos junto a su gran amigo Víctor Hugo Morales. En 2017 regresó a la dirección teatral con el estreno de Catacumbias, obra de su amigo Oscar Viale actualizada en clave de teatro musical, con Déborah Turza y Julián Pucheta al frente del elenco.
Hace dos años su nombre volvió a sonar con fuerza cuando el cineasta marplatense Carlos Müller dio con San Perón, un corto de 1973 que se creía perdido. Se emitió en el programa de Canal 7 de Fernando Martín Peña y Héctor Aure reconoció que era su película, perdida durante los años oscuros de la dictadura militar.
Su talento hacía la combinación perfecta con su entusiasmo pero, sobre todo, por su generosidad. De ideales inquebrantables, Héctor Aure dejó una huella importante en el mundo del espectáculo local. Se notará su ausencia.