Tricky, una muy buena noticia

A Tricky le llegó la hora de mirar por el espejo retrovisor. Sin nostalgia, el músico, productor y rapero rompió un silencio discográfico de casi cinco años y lo hizo con un álbum que repasa su infancia en Knowle West, la zona pobre de Bristol, Inglaterra. Knowle West Boy se titula el disco que sirve de excusa para su primera presentación en Buenos Aires, en compañía de Francesca Belmont (voz), Pete Clements (bajo), John Maiden (batería), Gareth Bowen (teclados) y Tristan Cassel-Delavois (guitarra).

En el hotel de Puerto Madero donde se hospeda, Tricky podría pasar como un visitante más, pero apenas aparece por el lobby del hotel queda en claro que no pertenece a la especie de los turistas. Su andar y su figura se emparientan con los de Carlitos Tévez, y hasta se podría trazar un paralelismo entre sus días en el council estate (viviendas construidas por el Estado, primas lejanas de los monoblocks de Buenos Aires y título de uno de sus temas nuevos) de su barrio con la infancia del futbolista en Fuerte Apache. "El disco está inspirado en el lugar donde crecí, un sitio muy pobre", cuenta el músico, al tiempo que se quita de encima la campera de cuero que llevó puesta por unos minutos. Al descubierto quedan sus tatuajes, sus marcas, que Tricky luce con el orgullo de quien sabe que representan el lugar de donde viene. "Un maestro me dijo que iba a tener que trabajar muy duro para progresar y que cuando me preguntaran en dónde vivía iba a tener que mentir. «Nadie te va a dar trabajo si dices que vienes de Knowle West», me dijo. De adolescente entraba en un shopping y veía que la gente de seguridad me seguía. Mi apariencia les daba a entender que podía ser alguien peligroso." Por aquellos días Tricky estaba tratando de no caer en la delincuencia, bando al que se habían pasado varios amigos y parientes. Se interesaba por escuchar los discos de sus abuelos. Hasta que descubrió el rap, claro.

"Mi primera experiencia musical fue escuchar a Billie Holliday, una de las preferidas de mi abuela. A ella le gustaban las películas de Fred Astaire y Gene Kelly y el jazz. Al hip-hop llegué a través de UTFO (banda neoyorquina de comienzos de los 80), pero los que me cambiaron la vida fueron Rakim y Public Enemy."

Hombre de posturas definidas, Tricky aprovecha una pregunta para ir más allá, para contar que siempre supo que iba a ser músico, que empezó a escribir en forma intuitiva y que eligió lo que tenía a mano, que era el hip-hop. ¿Y la producción? "Yo no sé nada de música, pero me vi obligado a producir mis discos porque no me entendían en los estudios de grabación. Yo le decía al productor lo que quería hacer y él me decía que era imposible. ¡Cómo va a ser imposible si está dentro de mi cabeza!"

Atrás quedaron sus inicios con Massive Attack, y eso que todos llamamos trip hop él simplemente lo llama música. "No me gustan las etiquetas. Mi escena personal es la música. Yo empecé a trabajar con Massive Attack porque necesitaba dinero, pero yo venía de un barrio muy distinto al de ellos. Después, cuando tuve listo Aftermath (su primer single), ellos intentaron convencerme de que no lo sacara, de que me enfocara en la banda, pero yo tenía que seguir mi camino. Por eso después me fui a Londres y más tarde a Nueva York, porque tenía que hacer mi música."

En su nuevo disco vuelve a aparecer el mejor Tricky: del hip-hop a la electrónica y con algunas paradas en el pop. Pero cinco años no es mucho tiempo entre un disco y otro. "Es que soy una persona muy insegura, siempre creo que está mal el trabajo y que debo empezar de nuevo para llegar a un mejor lugar. Necesitaba tomarme un tiempo y reflexionar un poco acerca de lo que había hecho mal y lo que había hecho bien. Necesitaba pasar tiempo solo."

Para agendar

Tricky. Presentación del álbum Knowle West Boy .

El Teatro de Colegiales, F. Lacroze y Alvarez Thomas. Hoy, a las 21. Entrada, $ 180 y $ 260.

Por Sebastián Espósito

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