Adoptó una mascota salvaje y dejó boquiabiertos a sus vecinos

Una mujer de Sri Lanka, en Asia, encontró a un jabalí en el jardín de su casa. En ese momento intentó llevarlo a un refugio, pero descubrió que en su ciudad no había alguno que admitiera a este tipo de animales, por lo que decidió adoptarlo. Esto provocó una gran sorpresa entre quienes la rodeaban, dado que ella ya tenía cuatro perros como mascotas. Aun cuando ella también estaba expectante sobre la reacción de sus animales, poco después descubrió que uno de ellos se convertiría en el mejor amigo del jabalí y, además, sería parte fundamental para su desarrollo.

Dora Ngal contó su experiencia para The Dodo, un medio que recopila historias relacionadas con animales. Explicó que una mañana de 2021, su jardinero llegó hasta la puerta de su casa para informarle que había encontrado al mamífero dentro de su patio. La mujer se conmovió porque el trabajador llevaba al animal en una caja muy pequeña. “Nunca me imaginé lo que había dentro”, dijo.

Abrió el compartimiento y se dio cuenta de que era un jabalí que tenía tan solo unas horas de vida y que medía lo mismo que un teléfono celular. Ngal creyó que la madre del pequeño se encontraba cerca del lugar y la buscó por toda el área, pero no halló ningún indicio. Así que supuso que alguien más lo había abandonado allí. Al no saber qué más hacer para encontrarle un hogar adecuado, decidió quedárselo.

Llamó a uno de sus amigos, quien es veterinario, para que revisara al pequeño Yezhu, como lo nombró. El experto le indicó que podría criarlo junto a sus otras mascotas, siempre y cuando realizaran los procesos de adaptación adecuados. Para su sorpresa, el jabalí logró acoplarse a su nueva casa, incluso, entabló una buena relación con los cuatro perros que vivían con ella.

Un padre para Yezhu

La joven enfatizó en la gran amistad que Biu Biu, uno de sus cuatro canes, sostuvo desde el primer momento con Yezhu. “Fue como un padre, nunca había visto algo así, de inmediato supe que había algo especial entre ellos”, dijo. Explicó que los animales no solo se divertían juntos, sino que el nuevo inquilino obtuvo aprendizajes del perro, como alimentarse con comida sólida.

Según la mujer, Biu Biu siempre estuvo con Yezhu “para mostrarle el camino”. Además, tenía comportamientos empáticos hacia él, como permitirle comer de su propio bowl de alimento. Asimismo, lo protegía ante cualquier cosa que le sucediera o actividad que hiciera y dio como ejemplo que a veces el jabalí entraba a la piscina y el can vigilaba que no estuviera en riesgo.

Un año después de su adopción, el animal salvaje pasó de ser una cría de tan solo 2 libras (0,9 kilos) a convertirse en un jabalí de 62 libras (28 kilos). Aun así, mantuvo su amistad con Biu Biu y al día de hoy una de sus actividades favoritas es tomar la siesta encima de él. “Fui muy feliz de que (el perro) nos acompañara en el crecimiento de Yezhu, no sé qué hubiéramos hecho sin él”, declaró Dora.

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