Explotando una estética clásica que es ya denominación de origen, y con un estilo moderno y no tan elitista, las tabaquerías porteñas son espacios ideales para saborear.
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Por Fermín Huisman
<b>Prado y Neptuno</b>
Cuban Bar Boutique
Ayacucho 2134

El mundo del tabaco es principalmente masculino aunque en la Argentina las personas que más saben de habanos son dos mujeres. Una de ellas es Ana Alsogaray, presidenta de Prado y Neptuno, quien explica que “en el mercado, quizás solo un 15% es femenino”. Este local abrió sus puertas en 2010 y es un recomendado de los hoteles porteños cuando un cliente sibarita busca comprar humo del mejor. Pero además de estos extranjeros exigentes “nuestro público es variado, tenemos clientes que pueden ser amigos o habitués que vienen todos los días y sienten Prado como la extensión de su casa”, dice Ana. Una de las razones por la cual esta cómoda y bella tabaquería es sinónimo de excelencia es que solo se prende lo que Ana, exquisita especialista, “fumaría y fuma”. La otra es su barra: Juan Cruz Policella, socio, bartender y anfitrión, es quien se ocupa de darle vuelo al placer del tabaco y sus maridajes. Con cócteles y destilados premium, incluye ofertas para quien no bebe alcohol. “Nosotros nos especializamos en maridajes, en la recomendar el cóctel correcto para el habano elegido, y viceversa”.
<b>Vuelta Abajo Social Club</b>
Guido 1949 || Vuelta de Obligado 1932

Como explica Pablo Weil, su dueño, el nombre Vuelta Abajo hace referencia “a la región tabacalera en Cuba con la mejor selección tabaco”. Lo de Social Club no es afectación: esta tabaquería también funciona como club y hoy cuenta con 4000 miembros que pueden disfrutar de catas, degustaciones, lockers de guarda y hermosos sectores fumadores para maridar el mejor puro con una excelente bebida. “Un puro es una buena manera de premiar un día”, dice Nicolás Weil, CEO de la tabaquería. Por eso Vuelta Abajo ofrece una atención personalizada que depende del perfil del consumidor, al que se trata de guiar con un breve cuestionario, en donde se incluyen preguntas como sus fortaleza, tiempo de fumada y preferencias en bebida. “Luego de tener una información base cerramos nuestra sugerencia”, explica y comenta que el segmento de clientes de su espacio es variado, aunque en general son gente de muy buen pasar, empresarios y algunos políticos. Vuelta Abajo es un espacio armado para el disfrute con un exclusivo salón fumador, cava de puros, vinos, bebidas espirituosas, juegos, accesorios y regalería para hombres.
<b>La casa del Habano</b>
San Martin 690

Blanca Alsogaray, madre de Ana y otra de las mayores expertas en la materia, afirma que un habano es fruto de una increíble paciencia y que fumarlo es una habilidad que requiere la máxima atención al detalle. “Se trata de una fuente de efímero placer, fumar es un arte”, dice. En esa línea, se puede afirmar que La casa del Habano es un espacio construido siguiendo al pie de la letra el mandato de su propietaria: una casa construida con el propósito de disfrutar del genuino sabor y aroma del habano, junto con un servicio de destilados y café de gran calidad. La historia de este local es extensa, se inauguró en el año 1993 en un exclusivo primer piso frente a Galerías Pacífico. Era una de las pocas casas, sino la única, en ofrecer lo mejor en habanos en Buenos Aires. Con una proyección en continuo ascenso, en el año 2010, debido a una demanda cada vez mayor, se mudaron al local actual donde cuentan con un espacio de 150 metros con diversos livings donde el tiempo dedicado a su habano se vuelve un oasis en pleno microcentro de la cuidad.
<b>Casa Lotar</b>
Av. Nazca 19 || Av. De Mayo 358

Casa Lotar fue fundada en el año 1977 como una empresa familiar y desde entonces se dedica a satisfacer las necesidades de los fumadores de puros y pipa, pero no solo con todo lo que tiene relación directa con el tabaco. Esta casa también vende accesorios e indumentaria. Se sabe que hay algo en el mágico universo de las tabaquerías que recuerda e imita el mobiliario victoriano. En esta tabaquería, sin dudas, uno podría encontrarse con Sherlock Holmes, pero como eso no es del todo posible, decidieron, a cambio, comercializar la marca Sherlock, de aquellas célebres tiendas inglesas que en los sesenta se apropiaron del mundo del personaje de Arthur Conan Doyle. El propósito de traer una marca tan especial fue transmitir, como explican, “la esencia del auténtico caballero inglés”. Sombreros y sacos de tweed, sweaters y camperas hechas para pasear por la verde campiña mientras se disfruta un buen cigarro. Ese, al menos, es uno de los viajes mentales que propone el espacio. Además de esto, ofrecen delivery, humidores personales, lockers y un agradable living de fumadores para disfrutar su buen tabaco.






