9 preguntas para saber si estás usando tu presupuesto de forma inteligente
El contexto actual nos exige poner atención a nuestras finanzas personales, para hacer gastos inteligentes. No se trata de ahorrar más, sino de analizar en qué se nos va el dinero y cómo gestionar el presupuesto, sin sacrificarnos demasiado. Estos son algunos signos de que es hora de organizarse.
1.¿Analizás tus resúmenes de cuenta y de tarjeta de crédito?
No saber a qué destinamos el dinero es uno de los errores más frecuentes. "A diferencia de cuando pagamos en efectivo, no sentimos la falta física del billete, entonces le restamos importancia al control de resúmenes", explicó Sebastián Fonzo, especialista en economía del comportamiento y toma de decisiones.
2.¿Usás más de 1/3 de tus ingresos para vivienda (alquiler o cuota de un crédito)?
¿Qué es lo recomendable? Cumplir con la regla de los 3/3 que nos mencionó Fonzo: 1/3 para gastos variables o corrientes, 1/3 para ahorro o inversión, y 1/3 para vivienda.
Salvador Di Stefano, analista económico y de mercados, propuso una fórmula parecida: "El 40% de tus ingresos debería alcanzarte para comer, trasladarte y cubrir los gastos cotidianos. Los gastos de esparcimiento no deberían superar el 15% y el ahorro debería ser del 10%".
3.¿Estás recurriendo a tus ahorros constantemente?
El "fondo de emergencia" debería servir, justamente, para eso. Si esta alarma se dispara, Di Stefano aconsejó "buscar un mejor empleo o potenciar el ingenio para tratar de capturar más recursos en las horas de ocio".
4.¿Pagás productos de consumo con tarjeta de crédito, en cuotas?
"No deberías pagar en cuotas la compra del supermercado, por ejemplo, sino reservar la financiación para bienes durables, como una heladera", explicó José Mitre, asesor en planificación financiera.
Hay excepciones: si hubiera un descuento importante (3x2 o segunda unidad a un precio reducido),convendría pagar con tarjeta si no tenemos efectivo disponible, porque la financiación va a ser más barata que lo ahorrado con la promoción.
5.¿Estuviste pagando el mínimo de la tarjeta de crédito?
"Es un signo de alarma muy grande. No se debería hacer nunca", añadió Mitre.
6.¿Cuándo fue la última vez que comparaste servicios, revisaste suscripciones o recotizaste pólizas?
La membresía anual del gimnasio: ¿qué tanto la usaste? ¿Sabés cuántos GB de Internet consumís por mes con tu plan de celular? ¿Lo que incluye tu plan? "Quizás, por no fijarte y comparar te estás privando de utilizar ese ahorro en otras cosas", advirtió Fonzo.
"Cuando hay recesión, conviene comunicarse con las compañías prestadoras de servicios para conseguir un descuento o beneficio", alentó Mitre. "En el caso de las prepagas, se puede ahorrar bastante sin sacrificar prestaciones. Hay planes muy buenos que significan una diferencia de $3000 o más en el grupo familiar", ejemplificó.
Otro consejo: comparar los seguros de autos. "Se puede generar un ahorro con la misma cobertura de otra compañía", afirmó Mitre. "Todo lo que sea un gasto corriente en tu casa, recotizalo", sugirió.
7.¿Te permitís muchas "licencias por ahorros"?
"Me ahorré $500 en el supermercado, entonces puedo destinarlos a otra cosa". "No tiene nada de malo, pero si destinamos ese ahorro a otra cosa que no es de orden primario en necesidades, al final de cuentas no ahorramos nada", ilustró Fonzo.
8.¿Tu contabilidad mental te juega en contra?
Inconscientemente, hacemos cajas de ahorro o cuentas corrientes mentales. Nos asignamos presupuestos para salidas, vacaciones, gastos extraordinarios, etc., como si fuesen frascos de ahorro. Esta puede ser un arma de doble filo que nos lleve a tomar decisiones subóptimas, por no cruzar límites mentales.
"A veces, por ahorrar para un determinado objetivo, incurrimos en costos de financiación de otros gastos. Por ejemplo, para no usar el dinero que alocamos mentalmente para las vacaciones de verano en seis meses, compramos una heladera con un alto costo de financiación", indicó Fonzo.
9.¿Buscás oportunidades de inversión para no perder poder adquisitivo?
Fonzo aconsejó tener lo mínimo en la caja de ahorro y el resto en un plazo fijo o en otra herramienta de inversión que resguarde el valor del dinero.
"Más allá de tener cierta liquidez por una emergencia, en contextos inflacionarios no conviene tener la plata inmovilizada porque destruye el poder adquisitivo", concluyó.
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